No se les vaya a morir la Maestra en la cárcel
Mancera dirá misa, pero la destronada reina
del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba
Esther Gordillo, va y viene de hospitales porque la falta de un riñón y
la presencia de otros males que se atendía en lujosos centros
hospitalarios estadunidenses están haciendo mella en su salud. Además de
sus guardaespaldas, siempre andaba cerca de ella, como parte de su
equipo, Juan Meza, su cómplice, ahora su sucesor y testigo protegido,
además de un equipo médico con todos los servicios, menos de funeraria
ni crematorio, pues ella se creía inmortal e intocable. Exsalinista,
excamachista, exobradorista, exzedillista, exfoxista y excalderonista, la
Gordillo vive en la cárcel vigilada día y noche, tanto para que no se
les vaya a morir en su celda, como para atender cualquier apuro.
Pero la Maestra, que ha tenido
tiempo para recordar sus días de gloria, dinero y poder, saca cuentas de
cómo cayó (al estilo de cuando Salinas se deshizo del líder petrolero
Hernández Galicia) en desgracia con Peña, al que ayudó a ganar en las
urnas con más de 2 millones de votos del SNTE y del Partido Nueva
Alianza. Enferma de poder y prepotencia, la bautizada como “líder
vitalicia” Elba Esther está padeciendo varios males físicos a sus casi
70 años (con actas falsas aseguraba tener 60 años, y con sus cirugías,
tratamientos de embellecimiento y visitas a la fuente de la eterna juventud en África, donde se bañaba con sangre de león, daba el gatazo juvenil).
Así que en una de esas nos salen con la
información de que falleció la chiapaneca, exdueña del SNTE y todavía
multimillonaria, porque dispuso durante 24 años de las cuotas de los
maestros sin que nadie la estorbara… Hasta que no siguió la “línea”. Los
peñistas rezan para que no se le vayan a agudizar sus males de la noche a la mañana y se les muera de un coraje atravesado que le haga padecer Chuayffet, su sucesor Juan Meza o alguna otra traición que la ha dejado a su mala suerte.
*Periodista
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