Viernes 17 de Mayo de 2013, 01:08 am
Científicos descubren dos ciudades perdidas bajo la selva de Honduras
Un grupo de científicos del Centro Nacional de
Cartografía “Laser Airborne”, de la Universidad de Houston (sur de
Estados Unidos) comunicó este jueves el hallazgo de algunos indicios de
“dos ciudades perdidas bajo la selva de Honduras”, en territorio
centroamericano.
Los expertos cargaron un avión con un sistema que rebota miles de millones de pulsos láser en el terreno y mide el tiempo que tardan en regresar. Según explicaron, aunque la mayoría de los pulsos se reflejan en la vegetación, una fracción pequeña llega al suelo, datos suficientes para la construcción de un mapa de la superficie de la zona.
Este método se ha utilizado para el cálculo de la masa de la Amazonía y también para “cazar” estructuras adicionales en Stonehenge, el monumento megalítico que se encuentra en el Reino Unido.
Es por ello que el equipo de científicos ha decidido utilizarlo en los densos bosques de América Central, para encontrar, entre la vegetación, "enormes agujeros negros en un territorio sobre el cual se sabe muy poco".
De allí determinaron que los datos encontrados corresponden a posibles ubicaciones de una ruina buscada, conocida como la Ciudad Blanca. "La Ciudad Blanca es la leyenda más conocida en Honduras", explicó Juan Carlos Fernández Díaz, uno de los investigadores.
Explicó que los exploradores han buscado la ciudad perdida durante décadas, aunque muchos arqueólogos creen que puede ser un mito o tal vez una amalgama de otras ciudades mesoamericanas.
Aunque los resultados de esta investigación se presentaron en mayo de 2012 al Gobierno de Honduras, fue esta semana cuando se hicieron públicos en la reunión de la Unión de Geofísicos Americanos (American Geophysical Union).
El equipo mostró imágenes inéditas del trabajo, que "incluyen montículos regularmente espaciados y otras características lineales que componen al menos dos ciudades mesoamericanas". No obstante, explicaron que "no hay garantías de que el equipo encuentre la ciudad cuando comiencen las excavaciones".
Este proyecto está financiado por el cineasta Bill Benenson, quien ya ha gastado casi medio millón de dólares. Es por ello que el grupo de trabajo quiere mantener en secreto el lugar donde se han realizado los hallazgos.
Por su parte, el autor principal del estudio, Christopher Fisher, ha indicado que este sistema puede acabar convirtiéndose en una herramienta común para los arqueólogos.
Los expertos cargaron un avión con un sistema que rebota miles de millones de pulsos láser en el terreno y mide el tiempo que tardan en regresar. Según explicaron, aunque la mayoría de los pulsos se reflejan en la vegetación, una fracción pequeña llega al suelo, datos suficientes para la construcción de un mapa de la superficie de la zona.
Este método se ha utilizado para el cálculo de la masa de la Amazonía y también para “cazar” estructuras adicionales en Stonehenge, el monumento megalítico que se encuentra en el Reino Unido.
Es por ello que el equipo de científicos ha decidido utilizarlo en los densos bosques de América Central, para encontrar, entre la vegetación, "enormes agujeros negros en un territorio sobre el cual se sabe muy poco".
De allí determinaron que los datos encontrados corresponden a posibles ubicaciones de una ruina buscada, conocida como la Ciudad Blanca. "La Ciudad Blanca es la leyenda más conocida en Honduras", explicó Juan Carlos Fernández Díaz, uno de los investigadores.
Explicó que los exploradores han buscado la ciudad perdida durante décadas, aunque muchos arqueólogos creen que puede ser un mito o tal vez una amalgama de otras ciudades mesoamericanas.
Aunque los resultados de esta investigación se presentaron en mayo de 2012 al Gobierno de Honduras, fue esta semana cuando se hicieron públicos en la reunión de la Unión de Geofísicos Americanos (American Geophysical Union).
El equipo mostró imágenes inéditas del trabajo, que "incluyen montículos regularmente espaciados y otras características lineales que componen al menos dos ciudades mesoamericanas". No obstante, explicaron que "no hay garantías de que el equipo encuentre la ciudad cuando comiencen las excavaciones".
Este proyecto está financiado por el cineasta Bill Benenson, quien ya ha gastado casi medio millón de dólares. Es por ello que el grupo de trabajo quiere mantener en secreto el lugar donde se han realizado los hallazgos.
Por su parte, el autor principal del estudio, Christopher Fisher, ha indicado que este sistema puede acabar convirtiéndose en una herramienta común para los arqueólogos.
teleSUR-efe/ad-MARL
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