Los insectos nos salvarán del hambre
Foto: Flickr.com
El futuro, insisten, está en los alimentos conseguidos en base a los insectos.
El
problema de la escasez alimenticia lleva varias décadas preocupando a
la comunidad internacional. Se han propuesto las más variadas maneras
para su solución. En su momento el uso en la agricultura de los
organismos genéticamente modificados inmunes a las plagas despertó
acalorados debates. La nueva tendencia es la siguiente: los expertos de
la FAO han calificado a los insectos de una fuente de proteínas muy
prometedora y poco explotada. La cría de insectos para uso alimenticio
podría convertirse más adelante en prioritaria para la agricultura. Pese
a que esta declaración parece poco realista, no lo es tanto, señala el
director del Instituto de Alimentación de la Academia de Ciencias de
Rusia, el académico Víktor Tutlián:
—Hemos
de realizar una búsqueda constante de nuevas tecnologías y nuevas
fuentes de sustancias nutritivas. El problema no solo afecta a los
países en vías de desarrollo, sino a toda la humanidad. Y el uso de los
insectos en la alimentación de los humanos podría suponer una solución
idónea. Contienen aminoácidos, grasas e hidratos de carbono. Lo que nos
interesa como especie biológica es obtener todos estos componentes, sin
importar la procedencia de los mismos. Hace treinta años no comíamos
marisco, por ejemplo, y hoy muchos disfrutamos de los erizos de mar.
La
idea de aprovechar los insectos en la alimentación no es reciente, dado
que platos preparados con escarabajos y saltamontes están muy
extendidos en el Sudeste Asiático. Víktor Tutelian no descarta que los
insectos, después de ser minuciosamente procesados, pudieran pasar a
formar parte de la dieta diaria de los habitantes de otras zonas del
mundo:
—¿Por qué los
insectos son tan importantes como una fuente de sustancias nutritivas?
Porque se reproducen con mucha rapidez y las tecnologías modernas
permiten convertirlos en una masa sin sabor, pero con alto contenido de
proteínas e hidratos de carbono. Se podría aprovechar como complemento
para otros platos, añadiendo aromas, para imitar la carne y los mariscos
a los que estamos tan acostumbrados.
En opinión
de algunos expertos ahora ya se podría fomentar la reproducción masiva
de algunos insectos, pero con otros objetivos. Este es el caso de las
abejas, indica el biólogo Alexéi Shipílov:
—Una
de las teorías existentes asegura que, si las abejas desaparecen de la
faz de la Tierra, la humanidad no aguantará más de tres o cuatro años,
porque ya no habrá cosechas. En la actualidad la población de abejas se
está reduciendo a ritmos alarmantes y lo más probable es que la causa
sea la telefonía móvil y la radiación. Las abejas se guían por los polos
magnéticos de la Tierra para encontrar el camino hacia la colmena y, al
no conseguirlo, mueren.
Muchos insectos
contienen grandes cantidades de proteínas y grasas, además de calcio,
hierro y zinc, aseguran los expertos de la FAO. Según sus cálculos, la
carne de res contiene un promedio de seis miligramos de hierro por cien
gramos de peso neto, mientras que las langostas entre ocho y veinte
gramos, dependiendo de la especie. Esta correlación no habla a favor de
la carne a la que estamos tan acostumbrados. Esperemos que las croquetas
hechas con saltamontes y raviolis de cucarachas no desplacen del
mercado los productos de toda la vida.
ach/mo/sm
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