Coche bomba deja 43 muertos en Turquía cerca de frontera con Siria
Por Mehmet Emin Caliskan
REYHANLI, Turquía (Reuters) - Dos coches bomba dejaron el sábado cerca de 43 personas muertas y muchas más heridas en un pueblo turco cerca de la frontera con Siria, y Ankara dijo que sospecha la participación de fuerzas sirias.
El ataque con bombas aumentó los temores de que la guerra civil siria se extienda a estados vecinos a pesar de los renovados esfuerzos diplomático por poner fin a los enfrentamientos que han dejado más de 70.000 personas muertas.
Las bombas estallaron en medio de concurridas calles en la tarde en Reyhanli, destruyendo automóviles y diseminando trozos de concreto en la sureña provincia turca de Hatay, que alberga a miles de refugiados sirios.
Restaurantes y cafés fueron destruidos y en las calles era posible hallar restos humanos. Los daños se extendieron al menos por tres cuadras a la redonda desde el lugar de la explosión.
El gobierno del presidente Bashar al-Assad es el "sospechoso habitual" de los ataques, dijo el viceprimer ministro turco, Bulent Arinc.
"Sabemos que la gente que se está refugiando en Hatay se ha convertido en blanco del régimen sirio", dijo Arinc en comentarios divulgados por la televisión turca. "Nosotros pensamos en ellos como los sospechosos habituales cuando se trata de planificar un ataque tan horrendo", agregó.
Otro viceprimer ministro, Besir Atalay, fue citado por NTV diciendo que hallazgos iniciales sugieren que los ataques fueron realizados por elementos del interior de Turquía, pero que tenían relación con la agencia de inteligencia de Siria.
Nadie se atribuyó inmediatamente la responsabilidad del ataque. Tampoco hubo comentarios de Damasco.
Turquía, miembro de la OTAN, ha respondido al lanzamiento de morteros contra su territorio de parte de fuerzas del gobierno sirio, pero a pesar de sus fuertes palabras parece reacia a involucrar a su considerable poder militar en el conflicto.
El ministro de Relaciones Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, dijo que Turquía se reserva el derecho a tomar "todo tipo de medidas", pero agregó que no ve la necesidad de una reunión de emergencia de la OTAN, el que sería el primer paso para involucrar a la alianza en cualquier posible respuesta.
Estados Unidos condenó con fuerza los ataques y prometió su apoyo en las tareas de identificación de los responsables, mientras que el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, y el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Laurent Fabius, expresaron su "total solidaridad" con Turquía.
El despacho del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, dijo que el funcionario espera que los perpetradores sean rápidamente llevados ante la justicia.
Turquía apoya el alzamiento contra Assad y la violencia había cruzado su frontera antes, pero no a esa escala. Los atentados son el hecho más sangriento en suelo turco desde que comenzó el conflicto sirio hace más de dos años.
TEMORES FRONTERIZOS
Turquía no es el único país que teme el impacto de la guerra civil en Siria, que ya está inflamando las divisiones religiosas, sectarias y nacionalistas de Oriente Medio.
La violencia ha agravado el enfrentamiento entre musulmanes chiíes y suníes en Oriente Medio. Irán, un país de mayoría musulmana chií, apoya a Assad, y potencias suníes como Arabia Saudita respaldan a los rebeldes.
Israel lanzó ataques aéreos hace una semana con el objetivo de impedir que misiles iraníes que se encontraban cerca de Damasco llegasen a Hezbollah, los aliados de Teherán en El Líbano, pasa su posible uso contra el Estado hebreo.
Días después, el líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, dijo que sus fuerzas apoyarían cualquier esfuerzos sirio por recapturar los Altos del Golán ocupados por Israel, planteando la posibilidad de un nuevo conflicto luego de décadas de calma en esa frontera.
Davutoglu dijo que no es coincidencia que los ataques con bombas ocurrieran mientras se intensifican las medidas diplomáticas para poner fin al conflicto en Siria.
"Podría haber quienes quieran sabotear la paz de Turquía, pero nosotros no permitiremos eso", dijo Davutoglu a periodistas durante un viaje a Berlín. "Nadie debería intentar poner a prueba el poder de Turquía", agregó.
Esta semana parecieron mejorar las posibilidades de que la diplomacia ponga fin a la guerra civil, que está en su tercer año, luego de que Moscú y Washington anunciaron un esfuerzo conjunto por llevar al Gobierno y a los rebeldes a una conferencia internacional.
Pero un funcionario ruso dijo el sábado que ya existen desacuerdos sobre quiénes participarían y dudó de si podría realizarse una reunión este mes.
Además de las disputas sobre quién debería representar a los rebeldes y al gobierno en cualquier negociación, existen preguntas sobre la posible participación de Irán. Los rebeldes son respaldados en su mayoría por estados suníes del golfo.
Diplomáticos en Nueva York dijeron que la reunión sobre Siria posiblemente se haría en junio y no está claro quién participaría.
CIFRA DE MUERTOS PODRIA AUMENTAR
En Reyhanli, salía humo desde los escombros quemados después de las explosiones en las afueras de edificios administrativos.
"Mis hijos estaban muy asustados porque les recordó de los bombardeos cuando estábamos en Aleppo. Que Dios nos ayude", dijo un refugiada que se identificó como Kolsum, madre de tres niños.
Atalay dijo que cerca de 43 personas habían muerto, mientras que el primer ministro Tayyip Erdogan podría aumentar debido a la gran cantidad de heridos de gravedad.
Turquía ha recibido a más de 300.000 sirios, la mayoría de ellos en campos de refugiados a lo largo de una frontera de 900 kilómetros, y está luchando para lidiar con el flujo de personas.
La Coalición Nacional Siria, el principal grupo opositor, dijo que los ataques fueron un fallido intento por "destruir a la hermandad" entre sirios y turcos, y que tenían como objetivo castigar a Turquía por su apoyo al alzamiento.
Erdogan dijo esta semana que Turquía apoyaría una zona de restricción aérea aplicada por Estados Unidos sobre Siria y advirtió que Damasco cruzó el límite establecido hace largo tiempo por el presidente Barack Obama sobre el uso de armas químicas.
Una zona de exclusión aérea para impedir que los aviones del Ejército sirio ataquen blancos rebeldes ha sido mencionada por los legisladores estadounidenses como una opción que Washington podría utilizar para presionar a Assad.
Erdogan debe reunirse con Obama en Washington el 16 de mayo.
(Reporte adicional de Ece Toksabay y Ayla Jean Yackley en Estambul, Gulsen Solaker en Berlín, Parisa Hafezi en Ankara, Steve Gutterman en Moscú, Louis Charbonneau en Nueva York; Escrito por Nick Tattersall; Editado en Español por Ricardo Figueroa)
REYHANLI, Turquía (Reuters) - Dos coches bomba dejaron el sábado cerca de 43 personas muertas y muchas más heridas en un pueblo turco cerca de la frontera con Siria, y Ankara dijo que sospecha la participación de fuerzas sirias.
El ataque con bombas aumentó los temores de que la guerra civil siria se extienda a estados vecinos a pesar de los renovados esfuerzos diplomático por poner fin a los enfrentamientos que han dejado más de 70.000 personas muertas.
Las bombas estallaron en medio de concurridas calles en la tarde en Reyhanli, destruyendo automóviles y diseminando trozos de concreto en la sureña provincia turca de Hatay, que alberga a miles de refugiados sirios.
Restaurantes y cafés fueron destruidos y en las calles era posible hallar restos humanos. Los daños se extendieron al menos por tres cuadras a la redonda desde el lugar de la explosión.
El gobierno del presidente Bashar al-Assad es el "sospechoso habitual" de los ataques, dijo el viceprimer ministro turco, Bulent Arinc.
"Sabemos que la gente que se está refugiando en Hatay se ha convertido en blanco del régimen sirio", dijo Arinc en comentarios divulgados por la televisión turca. "Nosotros pensamos en ellos como los sospechosos habituales cuando se trata de planificar un ataque tan horrendo", agregó.
Otro viceprimer ministro, Besir Atalay, fue citado por NTV diciendo que hallazgos iniciales sugieren que los ataques fueron realizados por elementos del interior de Turquía, pero que tenían relación con la agencia de inteligencia de Siria.
Nadie se atribuyó inmediatamente la responsabilidad del ataque. Tampoco hubo comentarios de Damasco.
Turquía, miembro de la OTAN, ha respondido al lanzamiento de morteros contra su territorio de parte de fuerzas del gobierno sirio, pero a pesar de sus fuertes palabras parece reacia a involucrar a su considerable poder militar en el conflicto.
El ministro de Relaciones Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, dijo que Turquía se reserva el derecho a tomar "todo tipo de medidas", pero agregó que no ve la necesidad de una reunión de emergencia de la OTAN, el que sería el primer paso para involucrar a la alianza en cualquier posible respuesta.
Estados Unidos condenó con fuerza los ataques y prometió su apoyo en las tareas de identificación de los responsables, mientras que el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, y el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Laurent Fabius, expresaron su "total solidaridad" con Turquía.
El despacho del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, dijo que el funcionario espera que los perpetradores sean rápidamente llevados ante la justicia.
Turquía apoya el alzamiento contra Assad y la violencia había cruzado su frontera antes, pero no a esa escala. Los atentados son el hecho más sangriento en suelo turco desde que comenzó el conflicto sirio hace más de dos años.
TEMORES FRONTERIZOS
Turquía no es el único país que teme el impacto de la guerra civil en Siria, que ya está inflamando las divisiones religiosas, sectarias y nacionalistas de Oriente Medio.
La violencia ha agravado el enfrentamiento entre musulmanes chiíes y suníes en Oriente Medio. Irán, un país de mayoría musulmana chií, apoya a Assad, y potencias suníes como Arabia Saudita respaldan a los rebeldes.
Israel lanzó ataques aéreos hace una semana con el objetivo de impedir que misiles iraníes que se encontraban cerca de Damasco llegasen a Hezbollah, los aliados de Teherán en El Líbano, pasa su posible uso contra el Estado hebreo.
Días después, el líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, dijo que sus fuerzas apoyarían cualquier esfuerzos sirio por recapturar los Altos del Golán ocupados por Israel, planteando la posibilidad de un nuevo conflicto luego de décadas de calma en esa frontera.
Davutoglu dijo que no es coincidencia que los ataques con bombas ocurrieran mientras se intensifican las medidas diplomáticas para poner fin al conflicto en Siria.
"Podría haber quienes quieran sabotear la paz de Turquía, pero nosotros no permitiremos eso", dijo Davutoglu a periodistas durante un viaje a Berlín. "Nadie debería intentar poner a prueba el poder de Turquía", agregó.
Esta semana parecieron mejorar las posibilidades de que la diplomacia ponga fin a la guerra civil, que está en su tercer año, luego de que Moscú y Washington anunciaron un esfuerzo conjunto por llevar al Gobierno y a los rebeldes a una conferencia internacional.
Pero un funcionario ruso dijo el sábado que ya existen desacuerdos sobre quiénes participarían y dudó de si podría realizarse una reunión este mes.
Además de las disputas sobre quién debería representar a los rebeldes y al gobierno en cualquier negociación, existen preguntas sobre la posible participación de Irán. Los rebeldes son respaldados en su mayoría por estados suníes del golfo.
Diplomáticos en Nueva York dijeron que la reunión sobre Siria posiblemente se haría en junio y no está claro quién participaría.
CIFRA DE MUERTOS PODRIA AUMENTAR
En Reyhanli, salía humo desde los escombros quemados después de las explosiones en las afueras de edificios administrativos.
"Mis hijos estaban muy asustados porque les recordó de los bombardeos cuando estábamos en Aleppo. Que Dios nos ayude", dijo un refugiada que se identificó como Kolsum, madre de tres niños.
Atalay dijo que cerca de 43 personas habían muerto, mientras que el primer ministro Tayyip Erdogan podría aumentar debido a la gran cantidad de heridos de gravedad.
Turquía ha recibido a más de 300.000 sirios, la mayoría de ellos en campos de refugiados a lo largo de una frontera de 900 kilómetros, y está luchando para lidiar con el flujo de personas.
La Coalición Nacional Siria, el principal grupo opositor, dijo que los ataques fueron un fallido intento por "destruir a la hermandad" entre sirios y turcos, y que tenían como objetivo castigar a Turquía por su apoyo al alzamiento.
Erdogan dijo esta semana que Turquía apoyaría una zona de restricción aérea aplicada por Estados Unidos sobre Siria y advirtió que Damasco cruzó el límite establecido hace largo tiempo por el presidente Barack Obama sobre el uso de armas químicas.
Una zona de exclusión aérea para impedir que los aviones del Ejército sirio ataquen blancos rebeldes ha sido mencionada por los legisladores estadounidenses como una opción que Washington podría utilizar para presionar a Assad.
Erdogan debe reunirse con Obama en Washington el 16 de mayo.
(Reporte adicional de Ece Toksabay y Ayla Jean Yackley en Estambul, Gulsen Solaker en Berlín, Parisa Hafezi en Ankara, Steve Gutterman en Moscú, Louis Charbonneau en Nueva York; Escrito por Nick Tattersall; Editado en Español por Ricardo Figueroa)
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