¿Y si fue legal lo que hicieron Televisa y el SAT?
Hay que destacar el dato relevante: no es que Televisa no haya pagado 3 mil millones de pesos de impuestos. Nada de eso. Lo que seguramente ocurrió fue que de una auditoría derivó una diferencia de criterios, relacionada con deducciones, entre el SAT (Servicio de Administración Tributaria) y la empresa televisora.
El SAT en estos casos es muy duro y se deja ir fuertemente contra las compañías a las que acusa; justa o injustamente, le da igual, el SAT imputa con saña. Es su obligación. De ahí que, por multas, intereses y todo eso, le exigió a la televisora de Emilio Azcárraga un pago tan elevado. No son poca cosa 3 mil millones de pesos.
Televisa, entonces, promovió un juicio de nulidad, algo a lo que tenía pleno derecho. Como ahora el ex titular del SAT, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, es ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los abogados contratados por Azcárraga con toda seguridad calcularon sus posibilidades de vencer en el litigio, y no las vieron muy elevadas. Digo, el que los perseguía (el ahora ministro Gutiérrez Ortiz Mena, del grupo político de Manlio Fabio Beltrones) pasó de acusador a ser uno de los meros jefes de todos los jueces en México. El que era el rival se convirtió en árbitro, vaya un pleito disparejo.
Además, y esto es muy importante, garantizar 3 mil millones de pesos, lo que se logra con bienes inmuebles, acciones y hasta dinero por el doble de esa cantidad (no se puede ir a un juicio de tal naturaleza sin garantizar el dinero en disputa), muy probablemente comprometía la situación bursátil de la compañía de Azcárraga.
Así que Televisa, que quizá tenía la razón (no es posible afirmar que la tenía el SAT), decidió rendirse y recurrir al programa “ponte al corriente”.
Pues bien, El Universal manejó con mala leche la nota (ya se sabe que el dueño de ese diario, Juan Francisco Ealy Ortiz, se va a asociar con Carlos Slim, que es el principal enemigo de Azcárraga, para competir en la TV abierta con Televisa); al menos, El Universal dio a conocer la nota con gran amarillismo, y el escándalo se hizo en las redes sociales de internet, en las que sobra público para difundir todo lo que huela a abusos cometidos por la “mafia” mediática.
Creo que Televisa es una empresa dañina para el desarrollo de México, tanto por su periodismo poco objetivo como por la escasa calidad de su programación de entretenimiento. Pero creo que en este caso Televisa hizo lo correcto, lo decente, lo legal.
Por cierto, quizá Televisa no se debió haber rendido, es decir, me parece que tuvo que haber insistido en derrotar al SAT en los tribunales para no dejar un precedente que puede afectar a otras empresas y a la misma Televisa en otros casos. Porque, cualquiera que haya sido la controversia relacionada con deducciones de impuestos, al aceptar Televisa que no le asistía la razón dejará en malas condiciones, frente al SAT en caso de conflictos legales, a otras compañías que hayan aplicado el criterio de la televisora.
Ojo, Televisa solicitó, formalmente, una amnistía. Ya se sabe, solo tienen derecho a ser amnistiados los que aceptan su culpa. Este es el precedente.
Pero, bueno, Azcárraga tal vez pensó que con el ex perseguidor del SAT ahora en la Suprema Corte, no iba a ganar. Es que, como Manlio Beltrones, que parece el jefe real del ministro Gutiérrez Ortiz Mena, es aliado de Ealy Ortiz y, por consiguiente, de Slim, pues Televisa prefirió no seguir arriesgando a perder tanto dinero y quizá a poner en peligro la supervivencia de la compañía.
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