Damasco,
21 jun (PL) Siria denunció a Naciones Unidas las acciones de jeques y
líderes religiosos del Medio Oriente quienes lanzan fatwas (ordenanzas
islámicas), que incitan al terrorismo y al asesinato de miembros de
otras denominaciones religiosas en el país.
En cartas idénticas al secretario general, al presidente del Consejo de
Seguridad y al Comité de dicho órgano de la ONU, la Cancillería repudió
las acciones de Yusef al-Qaradawi, presidente de la llamada Federación
Mundial de Ulemas Musulmanes, al cual acusó de emitir comunicados
takfiríes (extremistas)
Desde hace dos años al-Qaradawi, junto a
otros jeques de Arabia Saudita, Kuwait y Egipto, lanzan de forma
continúan llamados a cometer asesinatos y actos terroristas en suelo
nacional, en contravención de los principios del derecho internacional y
las resoluciones del Consejo de Seguridad, señala el texto.
Detalló que desde un sermón el 31 de mayo último, al-Qaradawi ha venido
llamando a la Yihad (Guerra Santa) y al asesinato de alauitas (rama del
chiísmo), judíos y cristianos, algo que repitió junto a otros jeques
sediciosos el 12 y 13 de junio en El Cairo, durante lo que denominaron
Conferencia de apoyo al pueblo sirio.
Explicó la diplomacia
siria que otro líder salafista y de ideología takfirí en Kuwait
reconoció públicamente a través de un canal satelital que los
terroristas del Frente al-Nusra fueron los responsables de la matanza de
60 civiles en la aldea de Hatlah, provincia de Deir Ezzor.
Dicho jeque prometió cometer masacres semejantes contra la población de
las ciudades de Nubel y Zahraa, en el norte de Alepo, y exhortó a
financiar y armar a las bandas mercenarias que aquí operan y a enviar
cientos de terroristas takfiríes a Siria, agregó.
Subraya la
Cancillería que dichas fatwas con cobertura religiosa forman parte de la
campaña hostil protagonizada por Doha, Riad, Ankara y algunos países
occidentales que promueven de manera abierta el asesinato y el
terrorismo contra la ciudadanía.
Considera que la tolerancia del
gobierno de Egipto para la ocurrencia de tales exhortaciones al
extremismo en su territorio evidencia la complicidad de su gobierno con
el delito de terrorismo y el derramamiento de sangre siria.
Damasco insta a los destinatarios de las misivas a exigir a los estados
involucrados, especialmente Catar, Arabia Saudita, Turquía y Francia, a
detener dichas violaciones que amenazan la paz y la seguridad en Siria.
Advierte por último sobre el riesgo de la propagación del extremismo,
el terrorismo y el pensamiento takfirí, así como la incitación al
asesinato y la intolerancia, mientras alerta que mantener silencio sobre
el asunto equivale a convertirse en cómplice del terrorismo vinculado a
Al Qaeda.
jf/lr |
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