viernes, 21 de junio de 2013

Reforma hacendaria y petróleo en México

Reforma hacendaria y petróleo en México

Edmar Ariel Lezama Rodríguez @edmar_ariel vie 21 jun 2013 07:11
Aunque en puerta se encuentra ya como tema político las elecciones locales en varios estados de la República Mexicana, las declaraciones de Enrique Peña hace unos días en Londres sobre la necesidad de abrir al capital privado a la empresa Petróleos Mexicanos (PEMEX) para hacerse de recursos y continuar operando, llamó a varios la atención, ya que puso a muchos a pensar en un escenario de una posible privatización de la empresa paraestatal.
No comparto la postura de quien afirma que PEMEX será privatizada como tal; ya en ocasiones anteriores he expuesto en este mismo espacio la actualidad de dicha empresa, la cual está plagada de irregularidades al momento de licitar obras o contratar servicios, por lo que una venta de la petrolera nacional acabaría con el negocio que se genera a raíz de la corrupción.
Mi idea sobre las palabras de Enrique Peña dictadas en la capital inglesa sobre PEMEX, giran en torno a otro suceso mexicano, que es la reforma hacendaria a discutirse en el marco del Pacto por México. A pesar que los cambios en materia impositiva son necesarios y urgentes, vale la pena recordar que el petróleo y la recaudación no siempre son variables equivalentes o que busquen empujar al país a una misma dirección.
No debemos olvidar que durante la década de los setenta, mientras Luis Echeverría era Presidente de México y José López Portillo fungía como Secretario de Hacienda, el tema de una reforma hacendaria era el tópico a discusión hasta que el petróleo vino a salvar las arcas del país; con López Portillo al frente del Ejecutivo, la idea de que el oro negro resolvería todos los problemas del Estado dejó en segundo plano una posible reforma y nuevas leyes impositivas.
A partir de ese momento México se financió y lo sigue haciendo con el petróleo por lo que la necesidad de una reforma hacendaria continuó en segundo término, hasta ahora. Hoy no dejo de preguntarme qué tan efectiva puede ser la propuesta que hará sobre el tema Enrique Peña y su equipo de trabajo y cuál será el papel que jugará PEMEX en dicha dinámica, debido a que muchos afirman que desean una empresa paraestatal fuerte y capaz de generar recursos económicos que favorezcan su crecimiento, aunque a mi parecer dicho plan no es del todo adecuado.
En caso de aprobarse la reforma hacendaria y la recaudación se eleve a tasas cercanas al 35% del Producto Interno Bruto (PIB) como sucede con Argentina o Brasil, el problema de financiamiento no estaría del todo resuelto, pero para eso puede seguir PEMEX.
A México de nada le sirve una nueva forma de recaudación eficiente y un PEMEX fuerte como se plantea para la inversión privada; aunque el petróleo es demandado aún por buena parte del mundo, la transición a nuevas formas energéticas parece ser el camino dentro de los próximos 20 años, por lo que nuestra nación debe plantearse explotar los recursos generados por ese recurso para generar condiciones favorables de vida.
Una reforma hacendaria en estos momentos no va a solucionar los problemas de pobreza en un plazo corto, sus efectos siempre son visibles muchos años después, por lo que los ingresos que hoy genera PEMEX para mantener al país pueden ser empleados en programas de corte productivo y educativo que lleven a mejorar las condiciones de la mano de obra y la demanda interna de productos manufacturados en el país.
Justo aquí vale la pena plantearse un par de preguntas; la primera es para qué sirve un PEMEX eficiente si el umbral de producción es limitado respecto al tiempo y desde finales de los setenta ha sido la carta fuerte para mantener al país y lo sigue siendo; la segunda es cómo sería nuestra nación de concretarse una reforma hacendaria y dejar a PEMEX tal cómo está para que funcione como un generador de divisas para los programas ya citados.
Desde el mandato de López Portillo el petróleo es nuestra forma de hacernos de recursos para el país, hoy es probable que sea la última oportunidad que tenemos para crecer a tasas del 5 o 6% si se aprovecha ese recurso combinado con una reforma hacendaria; habrá que esperar que tipo de reforma impositiva y para la paraestatal se vienen y quizá sabremos el rumbo real que tomará México los próximos años.

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