EEUU: Contratistas, clave en labor de inteligencia
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NUEVA YORK (AP) -- El gobierno de Estados Unidos vigila las
amenazas a la seguridad nacional con la ayuda de casi medio millón de
personas como Edward Snowden: empleados de firmas privadas que tienen
acceso a secretos sumamente delicados.
Cuando
Snowden, empleado de Booz Allen Hamilton, reveló detalles de dos
programas de vigilancia de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por
sus siglas en inglés), puso en evidencia los riesgos de hacer que un
alto número de empleados de contratistas privados sean una pieza clave
del aparato estadounidense de espionaje.
James Clapper, director de inteligencia nacional, calificó la filtración de Snowden como "desgarradora".
La
filtración podría hacer que las agencias de inteligencia del país
reconsideren su dependencia en contratistas externos, dijo Joseph
Augustyn, ex funcionario de la CIA y director en Booz Allen.
"Pienso que podría salir al tema el papel de los contratistas de defensa", opinó Augustyn.
Booz
Allen, con sede en McLean, Virginia, ofrece servicios de consultoría,
apoyo tecnológico y análisis a agencias y departamentos del gobierno
estadounidense. El año pasado, 98% de los 5.900 millones de dólares en
ingresos de la empresa provinieron de contratistas del gobierno. Tres
cuartas partes de sus 25.000 empleados mantuvieron sus autorizaciones
gubernamentales. La mitad de ellos tienen permisos ultrasecretos.
La
empresa ha establecido profundos lazos con el gobierno, el tipo de
vínculos que los contratistas buscan y codician. Los contratistas
mantienen ventaja ante sus competidores empleando a gente con el
conocimiento más cercano al pensamiento interno de las agencias a las
que quieren dar servicio y el mejor acceso a los funcionarios que están
dentro. Por lo general, esto significa ex empleados del gobierno.
La
relación usualmente corre en ambas rutas: el mismo Clapper fue
directivo en Booz Allen. El vicepresidente de la empresa, John "Mike"
McConnell, tuvo el puesto de Clapper durante el gobierno de George W.
Bush.
"Esto realmente ilustra la creciente
naturaleza de la relación entre la NSA y sus contratistas", explica
Steven Aftergood, jefe del proyecto en secrecía gubernamental en la
Federación de Científicos Estadounidenses.
De
los 4,9 millones de personas con acceso autorizad a información
"confidencial y secreta" del gobierno, 1,1 millones, o 21%, trabajan
para contratistas externos, de acuerdo con un reporte de la oficina de
Clapper. De los 1,4 millones que tienen acceso a información
"ultrasecreta", 483.000, o 34%, labora para contratistas.
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Goldman colaboró desde Washington y está en Twitter como: http://twitter.com/adamgoldmanap
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Fahey está en http://twitter.com/JonathanFahey
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