Ellas fueron las pioneras del espacio
Foto: rg.ru
En medio siglo, han volado al exterior tres
mujeres de la URSS y de Rusia: Valentina Tereshkova, en 1963; diecinueve
años más tarde, Elena Savitskaya; doce años después, Elena
Kondakova. El vuelo de cada una de ellas fue un avance, un
descubrimiento y una hazaña, declaró en entrevista a nuestra emisora
Ígor Marinin, miembro de la Academia Nacional de Cosmonáutica K.E.
Ziolkovski.
—El primer vuelo de Valentina Tereshkova
fue un experimento para observar la reacción del organismo de la mujer
en condiciones de ingravidez, para poner a prueba las capacidades
femeninas en el manejo de una nave espacial y para cumplir ciertas
tareas. Aquel experimento mostró que el vuelo espacial es un trabajo
masculino duro y, en tales condiciones, resulta más pesado para una
mujer. La etapa siguiente fue la de enviar a mujeres al espacio como a
los hombres. En 1980, la preparación mostró que el espacio, veinte años
después del vuelo de Yuri Gagarin, seguía siendo un trabajo arduo
masculino. De ahí que no todas las mujeres puedan enfrentar las duras
condiciones de este tipo de vuelos. Pero, Svetlana Savitskaya resultó
adecuada para esa tarea. Y realizó el vuelo, aventajando a la
norteamericana Sally Ride quien volaría en el transbordador Shuttle. En
aquel segundo vuelo, Svetlana fue la primera mujer que hizo una caminata
espacial, batiendo así un récord más. Las mujeres se lanzaron a la
hazaña. Y la cosmonauta siguiente fue Elena Kondakova quien realizó el
primer vuelo prolongado.
Entre los años 1960 y
1980, existían planes de hacer masiva la cosmonáutica femenina. En el
Centro de Preparación de Astronautas Zviozdni vivían, trabajaban y se
entrenaban brigadas femeninas. En un comienzo, los criterios de
selección eran rigurosos. La edad, de menos de treinta años; altura de
hasta 170 centímetros; el peso, de hasta 70 kilos y, obligatoriamente,
tener titulación en paracaidismo. Después de matricularse en el
destacamento, venían largos meses de ardua preparación, explicaba Elena
Dobrokvashin, miembro del segundo destacamento femenino de cosmonautas:
—No
soy una persona deportista, nunca me entusiasmé ni tomaba muy en serio
los deportes. Pero al llegar al destacamento me enfrenté a una carga
física enorme, la que en un primer tiempo no me resultaba nada fácil y
me exigía grandes esfuerzos. Soy médica de profesión y allí tuve que
asimilar disciplinas técnicas. Ello demandaba también esfuerzos
considerables. Tenía que hacer exámenes de balística, de sistema de
dirección de movimientos, etc.
Más tarde, se
atenuaron los criterios, sobre todo, en lo relacionado con la
preparación física. Lo principal es que la candidata, médico o
ingeniera, estuviera sana y fuera útil en la órbita. Pero, la motivación
seguía siendo la de antes: la idea romántica y las ansias de coronarse
como pionera, confesaba Nadiezhda Kuzhelnaya quien estuvo diez años
preparándose para volar al espacio, quedando, como se dice, “con los
crespos hechos”:
—Otros planetas me parecían
perfectamente accesibles. Pero, era modesta y no lo comentaba con nadie.
Los personajes sobre los que leía, incluidas mujeres, me parecían
entonces verdaderamente héroes. Conquistaban otros planetas con tanta
facilidad. Y confiaba en que yo también podría lograrlo. Entendía que
debía conquistar el cielo. Si antes simplemente miraba al cielo de abajo
arriba y soñaba, ahora entendía que debía estar allá, explorar el
espacio sideral.
La astronauta rusa siguiente
podría ser Elena Serova. Su vuelo a la Estación Espacial Internacional
está programado para otoño de 2014. Hace ya siete años que se prepara
para ello. El esposo de Elena es astronauta también. Confían en viajar,
algún día, juntos al cosmos. Ese será el primer paso en la exploración
de otros planetas, pues, en vuelos de larga duración viajarán, sobre
todo, matrimonios.
sb/lj/sm
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