Llegan las protestas a Salvador, Brasil
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SALVADOR, Brasil (AP) -- Se convocan por las redes sociales,
unidos por una sensación de frustración, molestia e impotencia. Sus
quejas varían, algunos piden mayor fiscalización en el gobierno, otros
mejores servicios, que se combata la pobreza o que no se gaste más
dinero en la Copa del Mundo.
Las protestas que
detonaron hace más de una semana en Brasil, primero por el aumento en
el precio del transporte público en Sao Paulo y que se regaron como la
pólvora a otras ciudades, llegaron el jueves a Salvador con nuevos
enfrentamientos entre manifestantes y policías.
Como
muchas ciudades en Brasil, la capital del estado de Bahía está llena de
contrastes. Ubicada en la costa del noreste, frente a un imponente
Oceánico Atlántico conviven zonas coloniales, edificios de lujo y
favelas. En estos días, es común ver visitantes y periodistas comiendo
en restaurantes, mientras niños piden limosna a unos cuantos metros.
La
manifestación coincidió con el partido entre Uruguay y Nigeria en la
Arena Fonte Nova, ubicada en medio de la ciudad, frente a la laguna de
Tororó, y remodelada por completo a un costo de casi 300 millones de
dólares. Rodeado por edificios nuevos a un lado y favelas al otro, el
estadio se alza como un monumento a las quejas de los manifestantes: una
obra multimillonaria para el fútbol plantada de cara a la pobreza.
"Necesitamos
hospitales, necesitamos calidad de vida, infraestructura, y el gobierno
gasta miles de millones en la Copa", reclamó Italo Santos, un
estudiante de 25 años que caminaba con cinco amigos rumbo al lugar de
reunión de los manifestantes en Campo Grande, una enorme plaza en el
centro de Salvador ubicada a unos dos kilómetros del estadio.
"Queremos
cambios, no queremos más corrupción. Queremos saber qué hacen con
nuestro dinero, y calidad de vida", agregó el joven, que dijo haber
vivido seis meses en Dublín donde "la vida era mucho más barata" que en
Brasil. "Pagamos mucho dinero en impuestos, por la electricidad, por los
servicios, y queremos saber dónde está ese dinero".
Mientras
Santos y sus amigos caminaban hacia la plaza, algunos con pelucas
auriverdes y otros con banderas de Brasil, decenas de policías
antimotines recibían instrucciones de sus superiores en una de las
calles cercanas al estadio. Armadas con escudos, macanas, gases
lacrimógenos y balas de goma, las fuerzas del orden presentaban una
imagen imponente e intimidante.
Bastante
desorganizados, los manifestantes se reunieron en Campo Grande, donde en
su momento de mayor auge unas 5.000 personas empezaron a marchar hacia
la Fonte Nova. Algunos portaban pancartas con críticas a la FIFA, otros
con leyendas que pedían mejoras y fiscalización. Pitos, cornetas y
cánticos creaban un ambiente caótico y carnavalesco.
Sin
un líder visible, la marcha se dividió en varias ocasiones. Algunos
doblaban en una esquina, otros seguían derecho. Gritos y reclamos por
todos lados.
Policías sin vestimenta
antimotines observaba todos los movimientos, formando una primera línea
de seguridad sin intervenir con la marcha.
Finalmente,
un grupo de unas 800 personas llegó por una calle hasta el cordón de
seguridad más cercano al estadio, donde aguardaba la caballería pesada.
Allí, decenas de antimotines detuvieron el paso de la marcha, y empezó
el enfrentamiento. Los manifestantes usaron inodoros portátiles como
escudos para protegerse de las balas de goma de la policía, que también
lanzó gases lacrimógenos y bombas de estruendo. Unos 45 minutos de
escaramuzas, en los que al menos una mujer recibió un balazo en un pie.
El
enfrentamiento terminó en Salvador, pero la Copa Confederaciones sigue,
en otras ciudades, donde seguramente habrá nuevos episodios.
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AP Video: http://youtu.be/sZPlfWZgjVk
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Ricardo Zúñiga está en Twitter como http://twitter.com/Ricardo-Zuniga
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