viernes, 28 de junio de 2013

Los desatinados intelectuales en el debate petrolero

Los desatinados intelectuales en el debate petrolero

Federico Arreola @FedericoArreola jue 27 jun 2013 13:41
En la sección sobre las reformas estructurales que ayer abrió SDPnoticias se ha reproducido un texto del poeta y ensayista Armando González Torres que originalmente, en septiembre de 2008, fue publicado en la revista Letras libres, dirigida por Enrique Krauze; ese año se discutía otra reforma energética, la de Felipe Calderón, que quedó en nada. González Torres analizó la “desatinada participación de los intelectuales en el debate”. A casi cinco años de haber sido redactado el mencionado artículo es absolutamente actual, hoy que empieza a discutirse la reforma energética, cuyos detalles nadie conoce todavía, del presidente Enrique Peña Nieto.
Vale la pena leer el escrito de González Torres. Lo sintetizo:
“Objeto de un intrincado proceso de construcción cultural, plagado de relatos heroicos, leyendas negras y anécdotas melodramáticas, el petróleo condensa episodios históricos y aspiraciones nacionales y se vuelve un referente de identidad, casi impermeable a la asimilación de nuevas circunstancias”.
“Este año (no hay que olvidar que el texto es de 2008, tan similar a este 2013) la eventualidad de una reforma al marco legal de la industria petrolera ha despertado un debate de amplias ramificaciones… En la política democrática normal, la función de los antaño indispensables intelectuales públicos resulta un tanto deslucida y su papel se ve opacado por los llamados intelectuales por certificación (técnicos, expertos, encuestólogos); sin embargo, cuando los grandes debates que permanecen difusos y latentes se reavivan, los intelectuales públicos pueden volver al escenario, manifestar su opinión, adoptar una postura y ejercer su magisterio moral”.
“Algunos intelectuales han encontrado en el petróleo una coyuntura climática, el reavivamiento de una causa de largo alcance que los proyecta en el mercado de la opinión pública”
“Algo que da una idea del pasado sentimental del petróleo en México es que gran parte de esta discusión se ha concentrado en aspectos conceptuales y jurídicos (la constitucionalidad o el grado de privatización que promueven las eventuales reformas) y se ha dedicado mucho menos espacio a aspectos como la viabilidad y la eficiencia.
“Como es natural, las posturas tienden a polarizarse y pocas veces se encuentran términos medios. En particular, se han enfrentado una trama de la inevitabilidad y la urgencia y otra de la defensa de la soberanía, a veces con argumentos atendibles, a veces con un arsenal de simplificaciones”.
“Esta propensión (a la polarización) se maximiza dado que en el mercado de la opinión aún se carece de los incentivos para que se intervenga con verticalidad y consistencia. A lo largo de la historia reciente, la participación de los intelectuales revela muchos episodios de obediencia ideológica, incongruencia personal e irresponsabilidad declarativa. Sin embargo, no parece haber una sanción social hacia el intelectual ligero y locuaz, hacia el profeta equivocado o hacia el apólogo de la violencia; por el contrario, el brillo y estimación dependen más de la postura inflamada y la figuración frecuente que de la seriedad de los argumentos o la congruencia de las actitudes”.
“De modo que quizás el mayor problema para un diálogo de buena fe sea la rentabilidad de la afirmación taquillera, la inimputabilidad de ciertas figuras sacralizadas por la inercia de sus pares y el olvido de que el diálogo intelectual habría de ser parte de la educación cívica y no del adoctrinamiento”.

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