jueves, 18 de julio de 2013

Turquía rehúsa reconocer los cambios en Egipto

Turquía rehúsa reconocer los cambios en Egipto

Turquía rehúsa reconocer los cambios en Egipto

El primer ministro de Turquía, Recep Erdoğan, rechaza reconocer como representante legítimo a Mohamed el Baradei, recientemente nombrado para el cargo de vicepresidente de la República Árabede Egipto. Erdoğan declaró que sigue considerando como presidente egipcio a Mohamed Morsi quien se impuso en los comicios de 2012.

El jefe del gabinete de ministros turco ni siquiera quizo hablar por teléfono con Mohamed el Baradei, alegando a que fue nombrado para el cargo de vicepresidente a raíz de un cuartelazo. El premier turco enfatizó que los “egipcios no permanecerán cruzados de brazos y empezarán a luchar contra el golpe de Estado”, expresando así la esperanza en el retoma del poder por los Hermanos Musulmanes con quienes Turquía mantenía una estrecha cooperación.
Pero en la correlación de fuerzas en esta área se han operado unos cambios irreversibles, opina el orientalista ruso Stanislav Tarásov:
–La alianza Turquía-Egipto, en la que tantas esperanzas cifraba Ankara, se desmoronó. El gobernante Partido de Justicia y Desarrollo, de corte islamista, entabló alianza táctica con Hermanos Musulmanes en Egipto. Al triunfar Morsi, el partido turco estaba seguro que podría erigirse en fuerza dominante en la zona. Ahora, con el desmoronamiento de la alianza y el distanciamiento de los Estados del Golfo Pérsico, Turquía se ha visto políticamente aislada.
Turquía ha hecho una apuesta errónea tanto en la política interna como en la exterior. Ahora sus posiciones son tan débiles que nadie presta oído a su opinión, sostiene el experto del Instituto de apreciaciones estratégicas, Serguéi Demidenko:
–Otras fuerzas internacionales ahora ejercen influencia sobre la situación en Egipto. Al primer plano se promueven Arabia Saudí que en Egipto se impuso a Catar, y los Estados del Golfo Pérsico – los Emiratos Árabes Unidos y Kuwait- que siguen la estela de la política saudí. Al fin de cuentas, a Turquía no le quedará otro remedio que entablar contacto con los nuevos dirigentes egipcios.
También el propio Egipto ha cambiado mucho durante los últimos dos años. Del principal aspirante a desempeñar el papel de líder regional se ha convertido en país receptor de la ayuda internacional.
Sin la ayuda financiera extranjera el Cairo es incapaz de alimentar a su pueblo, sin hablar ya de las reformas prometidas. Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos y Kuwait ya anunciaron su decisión de conceder a las autoridades provisionales de Egipto una ayuda por un monto de doce mil millones. Tampoco Washington planea redtirar su ayuda financiera al Cairo, aunque la Casa Blanca todavía no definido su actitud respecto al arresto de Mohamed Morsi. Si Egipto es abandonado a su propia suerte, ello ejercería una influencia negativa sobre toda la zona, cree el orientalista Serguéi Demidenko:
–Sin lugar a dudas, la situación en Egipto con sus ochenta y cinco millones de habitantes influirá seriamente en todo el mundo árabe, desestabilizando la situación en torno a la República Árabe. Si en Egipto cunden los ánimos extremistas, esto afectará también al vecino Israel. La situación en la Península del Sinaí sería complicada, pues los islamistas egipcios se dispersarían por diversos países.
El nuevo gabinete de ministros debe encargarse de estabilizar la situación e entablar contactos con la comunidad internacional. Está formado fundamentalmente por economistas y tecnócratas. Solo tres ministros del Ejecutivo anterior han pasado a ser miembros del nuevo gobierno: los del Interior, de Turismo y de Defensa. Este último, Abdel Fattah el Sisi, protagonizó el golpe de Estado. Los islamistas no pasaron a integrar el nuevo gabinete, lo que les dio pie para afirmar que no lo reconocen.
ach/lj/er

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