Turquía rehúsa reconocer los cambios en Egipto
Foto: EPA
El jefe del gabinete de ministros turco ni
siquiera quizo hablar por teléfono con Mohamed el Baradei, alegando a
que fue nombrado para el cargo de vicepresidente a raíz de un
cuartelazo. El premier turco enfatizó que los “egipcios no permanecerán
cruzados de brazos y empezarán a luchar contra el golpe de Estado”,
expresando así la esperanza en el retoma del poder por los Hermanos
Musulmanes con quienes Turquía mantenía una estrecha cooperación.
Pero
en la correlación de fuerzas en esta área se han operado unos cambios
irreversibles, opina el orientalista ruso Stanislav Tarásov:
–La
alianza Turquía-Egipto, en la que tantas esperanzas cifraba Ankara, se
desmoronó. El gobernante Partido de Justicia y Desarrollo, de corte
islamista, entabló alianza táctica con Hermanos Musulmanes en Egipto. Al
triunfar Morsi, el partido turco estaba seguro que podría erigirse en
fuerza dominante en la zona. Ahora, con el desmoronamiento de la alianza
y el distanciamiento de los Estados del Golfo Pérsico, Turquía se ha
visto políticamente aislada.
Turquía ha hecho una
apuesta errónea tanto en la política interna como en la exterior. Ahora
sus posiciones son tan débiles que nadie presta oído a su opinión,
sostiene el experto del Instituto de apreciaciones estratégicas, Serguéi
Demidenko:
–Otras fuerzas internacionales ahora
ejercen influencia sobre la situación en Egipto. Al primer plano se
promueven Arabia Saudí que en Egipto se impuso a Catar, y los Estados
del Golfo Pérsico – los Emiratos Árabes Unidos y Kuwait- que siguen la
estela de la política saudí. Al fin de cuentas, a Turquía no le quedará
otro remedio que entablar contacto con los nuevos dirigentes egipcios.
También
el propio Egipto ha cambiado mucho durante los últimos dos años. Del
principal aspirante a desempeñar el papel de líder regional se ha
convertido en país receptor de la ayuda internacional.
Sin
la ayuda financiera extranjera el Cairo es incapaz de alimentar a su
pueblo, sin hablar ya de las reformas prometidas. Arabia Saudí, los
Emiratos Árabes Unidos y Kuwait ya anunciaron su decisión de conceder a
las autoridades provisionales de Egipto una ayuda por un monto de doce
mil millones. Tampoco Washington planea redtirar su ayuda financiera al
Cairo, aunque la Casa Blanca todavía no definido su actitud respecto al
arresto de Mohamed Morsi. Si Egipto es abandonado a su propia suerte,
ello ejercería una influencia negativa sobre toda la zona, cree el
orientalista Serguéi Demidenko:
–Sin lugar a dudas,
la situación en Egipto con sus ochenta y cinco millones de habitantes
influirá seriamente en todo el mundo árabe, desestabilizando la
situación en torno a la República Árabe. Si en Egipto cunden los ánimos
extremistas, esto afectará también al vecino Israel. La situación en la
Península del Sinaí sería complicada, pues los islamistas egipcios se
dispersarían por diversos países.
El nuevo gabinete
de ministros debe encargarse de estabilizar la situación e entablar
contactos con la comunidad internacional. Está formado fundamentalmente
por economistas y tecnócratas. Solo tres ministros del Ejecutivo
anterior han pasado a ser miembros del nuevo gobierno: los del Interior,
de Turismo y de Defensa. Este último, Abdel Fattah el Sisi, protagonizó
el golpe de Estado. Los islamistas no pasaron a integrar el nuevo
gabinete, lo que les dio pie para afirmar que no lo reconocen.
ach/lj/er
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