lunes, 19 de agosto de 2013

¿Quién recogerá la basura espacial?

¿Quién recogerá la basura espacial?

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En EEUU desean clausurar un sistema de control del espacio sideral circunterrestre, que se ocupa de la vigilancia de la basura orbital. Demás está señalar que ello puede hacer más arriesgados los vuelos de satélites y de la EEI. Aunque, en los expertos no existe consenso al respecto.

El Sistema de Vigilancia Espacial de la Fuerza Aérea de EEUU Fence Space es denominado literalmente Valla Espacial. Se trata de tres transmisores gigantescos con antenas de dos millas de largo y, de seis receptores instalados en el sur de EEUU. Ellos vigilan, desde principios de la década de los sesenta, los objetos que recorren el espacio circunterrestre.
Pues bien, el mando de las Fuerzas Espaciales, una subdivisión de la Fuerza Aérea no ha prorrogado el contrato con la empresa operadora que durante cuatro años tuvo a su cargo el trabajo de la Valla Espacial. Los funcionarios recibieron la orden de abandonar, hacia el 1 de octubre, las instalaciones de la red de radares, los que deben ser desconectados. De momento no está planteado el desmontaje de la valla, y se desconoce la suerte que le espera.
Valga señalar que este conjunto de radares ve los objetos que están en la órbita de un tamaño de más de diez centímetros, entre ellos, millares de grandes fragmentos de basura espacial, que amenazan a los satélites y, sobre todo a la Estación Espacial Internacional. Este laboratorio, una vez advertida desde la Tierra, realiza las maniobras del caso para evitar colisiones con los fragmentos. Pero, una vez desconectada la Valla Espacial, el riesgo para la tripulación no va a crecer, ya que de la vigilancia minuciosa de la basura se encargarán otros sistemas. Rusia departirá sus informaciones de la situación en el cosmos. Cuando en la agenda están planteadas las cuestiones de la seguridad de la tripulación, los intereses de Rusia y de EEUU son indisolubles, asegura Yuri Karash, miembro correspondiente de la Academia Espacial de Rusia:
—Rusia cuenta con el sistema denominado “ventana”, cuyo elemento principal está situado en Asia Central. EEUU dispone de los recursos correspondientes, de la competencia de la NASA. De ahí que estoy absolutamente segurísimo que la clausura de la Valla Espacial no revestirá una amenaza potencial alguna para la tripulación de la Estación Espacial Internacional.
Un segundo interlocutor de La Voz de Rusia llamó la atención a una particularidad de esta valla. Ígor Afanasiev, director de la revista Noticias de Cosmonáutica, la explica así:
—De la valla se hablaba que la propiedad principal de este sistema consiste en que vigila objetos a una altura de hasta veinticuatro mil kilómetros. Mientras que la Estación Espacial Internacional vuela a una altura muy inferior. Los sensores y sistemas restantes vigilarán justamente el espacio circunterrestre de hasta mil kilómetros. De suerte que en este sentido no aumentará el riesgo.
Pero, no todos los expertos piensan así. Mike Coletta, observador estadounidense de satélites y creador del sitio http://www.satwatch.org/ apuntaba una particularidad más de la Valla Espacial. No es necesario dirigir especialmente esta red hasta un lugar, pues ella lo capta todo, debido a que sus radares trabajan las veinticuatro horas del día. En buena medida se logró, gracias a esta red, precisar las órbitas de muchos fragmentos, después de dos hechos ocurridos en el espacio que acarrearon un crecimiento brusco del volumen de la basura. La prueba por China, en 2007 de un arma antisatélite y la colisión, en 2009, de ingenios de EEUU y de Rusia. De manera que en adelante será mucho más difícil predecir el movimiento de los torrentes de basura en las alturas de alta congestión, incluso allí donde vuela la Estación Espacial Internacional.
En la Fuerza Aérea de EEUU afirman que la desconexión del equipo obsoleto se debe a un ahorro de recursos, lo que no es muy creíble dado que en la valla se gastaban, anualmente, unos escasos catorce millones de dólares.
A juicio de expertos de la corporación norteamericana de análisis Rand, las declaraciones sobre la clausura de la Valla Espacial no serían más que una singular forma de presión de los “lobistas”, léase, traficantes de influencia de la industria, sobre el Pentágono y el Congreso. Ella necesita que el Congreso apruebe, lo más rápidamente posible, la asignación de financiamiento de unos tres mil millones de dólares, para la construcción de una red de nueva generación. Los encargos son esperados por las gigantes Lockheed Martin y Raytheon. El nuevo sistema se pondrá en marcha no antes de 2017.
Sin embargo, aún existen posibilidades de que el nuevo sistema sea salvado. Confiamos en que el motivo no sea la colisión de naves y satélites con la basura espacial. Es posible que los militares opten simplemente por dar humildemente la mano para reunir los catorce millones, como aconseja el portal http://www.universetoday.com

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