Cuentas oficiales y extraoficiales

Cuentas oficiales y extraoficiales

 

23/06/2014
Por Eduardo Ibarra Aguirre

Durante una visita al muy violento como estratégico municipio de Luvianos, estado de México, específicamente a Nanchititla, el comandante supremo de las fuerzas armadas y el general secretario inauguraron la Base de Operaciones del Ejército, obra concluida hace nada menos que seis meses, con capacidad para 100 elementos y helipuertos que permitirán “el rápido despliegue de tropas” en el llamado “triángulo de la Tierra Caliente”, donde confluyen Guerrero, Michoacán y el estado de México. Y donde los corporativos criminales ilícitos libran encarnizadas batallas que, por los buenos oficios de vaya usted a saber quién, no son registrados en los grandes medios informativos.

Pues justo allí, donde la violencia y el narcotráfico sentaron sus reales, Enrique Peña Nieto aprovechó para hacer una presentación de “las cifras alentadoras” alcanzadas en la lucha contra la criminalidad.

El principal dato ofrecido consiste en que “De los 122 delincuentes más peligrosos y buscados, hoy 82 ya no representan una amenaza para las familias o para las comunidades del país”. ¡Excelente! Sólo que es la misma lógica de la “guerra” de Felipe Calderón que privilegió el descabezamiento de las bandas, lo que origina su dispersión y posterior reagrupamiento en otras de menor tamaño que se disputan con las grandes, como La Federación, en forma más que sangrienta el control de las plazas, pero con la población civil en medio e indefensa.

Mientras los gobernantes, desde Luis Echeverría Álvarez (el de la masacre del 10 de junio de 1971) con la Operación Cóndor, hasta nuestros días no colocan en el centro de la estrategia los circuitos financieros que se utilizan para lavar e invertir las fabulosas utilidades del crimen organizado, justo donde convergen los corporativos criminales lícitos e ilícitos, el país persistirá en la danza de las cifras sobre capos y sicarios caídos en combate o detenidos, los decomisos de narcóticos ilícitos (existen los lícitos que son tanto o más dañinos que los primeros), en tanto que en el principal mercado de consumo de la mariguana, Estados Unidos, se expende cada vez más de manera legal por “motivos de salud” y “recreativos”. El colmo de los absurdos y la falta del más elemental sentido común de los gobernantes aztecas.

La reducción de los homicidios dolosos, “una prioridad que fijamos desde el inicio de este gobierno”, comparativamente con septiembre-diciembre de 2012, los últimos tres meses de Calderón Hinojosa (el presunto genocida denunciado por 34 mil mexicanos ante la Corte Penal Internacional), arroja 24 por ciento en todo el país, Ciudad Juárez, 146; Sinaloa, 26.8; Coahuila, 43; Chihuahua, 53.3, y Nuevo León, 71.4

Hace muy bien Peña Nieto en reconocer que “detrás de estas cifras hay personas que perdieron la vida y familias que nunca volverán a ser las mismas”. Y que “no vamos a bajar la guardia. Por el contrario, vamos a lograr mayor coordinación y, sobre todo, mayor eficacia en el combate a la inseguridad”, anteponiendo, sugiere este redactor, las necesidades e intereses nacionales a la geopolítica antinarcóticos de corte imperialista.

El mismo día 17, fue dada a conocer la evaluación realizada por el Instituto de Economía y Paz y concluye que la violencia criminal “no muestra signos de disminuir”, el costo económico de contener y hacerle frente alcanzó en 2013 “el equivalente a 173 mil millones de dólares, prácticamente una décima parte del valor de la economía”. México ocupa el puesto 138 entre 162 naciones, al descender tres peldaños, en la clasificación del acreditado IEP de Londres, Inglaterra.

REPORTE GENERAL

http://www.visionofhumanity.org/#page/indexes/global-peace-index/2014

MEXICO Y ESTADOS

http://www.visionofhumanity.org/#page/indexes/mexico-peace-index/2012