“Compartimos más de 3.000 km de frontera con el país que consume más drogas del mundo”
17:04 10/10/2014
Entrevista con José Reveles, experto en narcotráfico
Vecinos del mayor consumidor del mundo
La prensa ha hecho una cobertura basada en escándalos, masacres, decapitados, colgados; pero sin profundizar en el fenómeno en el largo plazo. Tú lo has analizado, ¿cuáles son las claves de ese fenómeno?
Primero: México no es autónomo en sus decisiones sobre cómo combatir las drogas. Segundo: compartimos más de 3.000 kilómetros de frontera con el país que consume más drogas del mundo. Y tercero: somos un país subdesarrollado dependiente, con un papel en el negocio globalizado de la droga. Somos el mercado seguro de abasto para producir casi todas las drogas.
¿Qué drogas suministra México al mercado de EEUU?
Aquí se produce una heroína muy pura, blanca parecida a la asiática. Se produce mucho cannabis de varios tipos, los opiáceos y la marihuana; pero en años recientes los narcos de México se hicieron expertos en fabricar drogas de diseño, a través de precursores químicos y efedrina que ingresan por mar, las drogas sintéticas, como cristal y metanfetaminas. Ya no es el mismo perfil del siglo XX. Y la cocaína que siempre pasa por México, usando como bodegas a Centroamérica, por sus gobiernos más débiles: pero, de todas maneras, la coca debe pasar por México.
¿Ocurrió el fenómeno de Centroamérica, donde comenzaron a pagar a los traficantes de paso con droga?
Sí claro. Es la última parte de la escala. Se generó un mercado interno en el que los carteles menores jugaron un papel importante, como Los Pelones de Guerrero. Es parte de otro de mis libros, donde digo que el narcomenudeo disparó la delincuencia organizada. La venta al consumidor mexicano. Y, más recientemente, se descubrió una plantación de coca en Chiapas. Me temo que es una especie de globo sonda, para medir el impacto de que México le haga el trabajo sucio a EEUU de impedir el paso de la pasta base.
Estrategia punitiva o despenalización
¿Conoces los libros de Rubén Aguilar Valenzuela y Jorge Castañeda, dos intelectuales de izquierdas que integraron el gabinete de Vicente Fox (2000-2006), su portavoz y su canciller, La Guerra fallida de las drogas, y Los saldos del narco?
Sí, claro, los conozco.
Ellos están a favor de abolir la era prohibicionista. ¿Puede ser la salida de este país, asolado por la guerra antidroga?
Las tesis de Castañeda y Aguilar son las de los ex presidentes de México, Brasil y Chile, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Fernando Henrique Cardoso y Ricardo Lagos, quienes están a favor de la despenalización o la legalización abierta. Hay una corriente promovida tanto en las Naciones Unidas como en otros foros internacionales, incluido en EEUU, donde hay más de 15 estados donde avanzó la despenalización, y dos que la aceptan con fines recreativos.
¿Qué va a pasar con México en ese marco?
México no puede tomar una decisión autónoma. No lo digo yo. Me lo dijo Jorge Carpizo, quien fue rector de la Universidad Autónoma de México, primer presidente de la Comisión Nacional de DDHH, y luego Procurador General de la República, durante el gobierno de Carlos Salinas (1988-1994). Me dijo, “mientras los EEUU no actúen, nosotros no podemos hacer nada”. Él nunca vio posible una despenalización sin que EEUU lo haga primero. Estamos subordinados a ellos. México –que ha despenalizado una minucia de posesión para adictos- no va a poder con una frontera tan grande con la potencia global más consumidora de drogas.
Pero en la era de Carpizo no existía este movimiento global contra el prohibicionismo. ¿Ha cambiado algo en dos décadas?
Así es. Pero ha cambiado para peor, somos más dependientes que antes. México no va a tomar la iniciativa autónoma. Lo va a hacer después de EEUU, así de sencillo y duro.
Si fueras asesor del presidente Enrique Peña ¿qué le dirías?
Al presidente Peña lo están proyectando como un líder internacional del reformismo, de la apertura de la inversión petrolera extranjera, va a la ONU a ofrecer tropas para los Cascos Azules. El presidente Barack Obama hace comentarios elogiosos, y lo considera aliado en su cruzada antiterrorista. Y la prensa estadounidense lo proyecta como el salvador de México. Pero, en el fondo, no está cambiando la estrategia contra el narcotráfico implementada por Calderón. Ha cambiado la política de comunicación, que la ha relegado a cambio de las reformas, pero no la estrategia punitiva. Sigue siendo la misma. Las autodefensas armadas se han transformado en policías rurales, como en Michoacán.
Si el Presidente lo llama y le pide tres ideas para una estrategia mexicana contra el narcotráfico. ¿Cuáles le daría?
Le diría, primero, no se dedique a capturar capos. Esos son espectáculos para la galería. Eso es mediático y da primeras planas efímeras. Segundo, quíteles a las mafias el dinero, el espinazo dorsal del negocio. El Chapo lleva ocho meses en prisión y no hemos sabido que le incauten una sola casa o un auto, o una cuenta bancaria, o un yate. No hay nada sobre la pista del dinero, con trabajo de inteligencia. Y, tercero, hay que crear una seguridad ciudadana, no armar a la seguridad pública interior, que termina ligada al delito. No hay nada de eso: hoy producimos más opiáceos y más marihuana que cuando comenzó la guerra contra las drogas.
Por Víctor Flores García, Ciudad de México
No hay comentarios.:
Publicar un comentario