El enfrentamiento inició cuando elementos de Normatividad Comercial del Ayuntamiento –apoyados por policías municipales y estatales– arribaron a la calle 8 Oriente-Poniente y 5 de Mayo para decomisar mercancía de procedencia ilegal y desalojar a los vendedores ambulantes.
De acuerdo con los comerciantes, los policías llegaron sin identificarse, y de manera violenta les arrebataron la mercancía que tenían a la venta en la vía pública, lo que originó el descontento y se armaron con palos y tubos para enfrentarlos.
Por varios minutos se desató una batalla campal que abarcó varias calles del centro histórico, durante la cual se escucharon detonaciones de arma de fuego, lo que obligó a desviar el tráfico de vehículos, mientras los comercios establecidos de la zona cerraban sus puertas.
Federico López, líder de la asociación de Ambulantes Fuerza 2000, informó que al menos cuatro de sus agremiados resultaron lesionados con arma de fuego y dos por contusiones.
En tanto, el Ayuntamiento dio a conocer que nueve policías fueron heridos, dos de ellos por arma de fuego y el resto por golpes.
En un comunicado, la autoridad municipal destacó que durante el operativo se incautaron tres toneladas de mercancía ilegal y se cerraron más de 130 puestos de comercio informal.
De acuerdo con el alcalde Luis Banck Serrato, los ambulantes iniciaron el enfrentamiento al recibir con agresiones a los policías que llegaron al lugar para inspeccionar la procedencia de la mercancía que tenían en venta.
Minutos después, alrededor de mil ambulantes realizaron una marcha hasta el zócalo para reclamar al alcalde y aseguraron que la policía llegó a agredirlos.
En las redes sociales los vendedores difundieron fotografías de las heridas por arma de fuego que algunos de ellos sufrieron.
Por su parte, la Comisión Estatal de Derechos Humanos informó que inició de oficio las investigaciones sobre esos hechos, para lo cual abrió la carpeta con folio 1487.
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