Día de la Raza
Hoy
es el Día de la Raza, que celebra el descubrimiento de América. El 8 de
noviembre, el día de las elecciones presidenciales en los Estados
Unidos, se acerca inexorablemente. Sólo queda la última ronda de debate
entre la protegida del Gobierno Mundial, Hillary Clinton, y el portavoz
de la voluntad del estadounidense promedio, Donald Trump, el verdadero
representante de Norteamérica. Todo se decidirá pronto...
Durante estas elecciones, por primera vez en
siglos, está siendo resuelta una cuestión fundamental: ¿a dónde van los
Estados Unidos? Este problema se decidió durante la Guerra de la
Independencia, y no todo el mundo apoyó a los masones de la logia de los
Hijos de la Libertad que levantaron una revuelta contra la corona de Su
Majestad. La segunda vez en la historia de Estados Unidos que se hizo
una elección tan vital fue en la Guerra Civil, cuando el Norte
republicano universalista, representando el progresismo liberal,
forcejeó con el Sur democrático, ya que muchas personas, los sudistas de
la Confederación, votaron a favor de la esclavitud y vieron en las
iniciativas de Lincoln un atentado contra la soberanía del auto gobierno
de los estados. La tercera vez estuvo marcada por los 14 puntos del
presidente Woodrow Wilson, que se hicieron fundamentalmente importantes
cuando, después de la Primera Guerra Mundial, declaró que los Estados
Unidos tomarían la misión de ser los garantes de la democracia y del
liberalismo a una escala global.
Esto significaba que Estados Unidos
pasó de ser un aislacionista tradicional a la expansión imperial,
tomando el relevo de la antigua metrópoli de Gran Bretaña, que a su vez
se convirtió en una nueva periferia del imperio norteamericano.
En el siglo XX, el éxito de los Estados Unidos
sólo se vio reforzado por las buenas jugadas de la élite globalista. El
colapso de la URSS en el 91 marcó el establecimiento del orden mundial
unipolar. La cuestión de la proclamación de un Gobierno Mundial, por el
que las logias masónicas se habían esforzado durante siglos, era ahora
un asunto del futuro cercano ya que los Estados Unidos no tenían un
rival serio. Los neoconservadores, surgidos de entre los ex trotskistas,
anunciaron el inicio del Nuevo siglo Estadounidense. El edificio del
imperio global estadounidense entró en su etapa final.
Todos los candidatos, tanto demócratas
como republicanos, estaban de acuerdo con esta posición. Todo el mundo,
excepto Donald Trump. Esta es la singularidad de la situación actual.
Trump representa un norteamericano verdadero y
absoluto. Según él, la libertad es siempre la libertad de elección, de
palabra y de acción. No importa lo que las élites consideren o cuáles
sean las reglas que demanda la corrección política. Él piensa: "Si van
en contra de mi voluntad y mi mente, no importa, porque yo estoy dotado
de libertad". O, como dice el lema del estado de New Hampshire: "Vive
libre o muere" Estas palabras son el lema de Donald Trump. La libertad
es la manera de decir sí o no a algo. Esto puede decirse ahora del mismo
modo de la globalización, los neoconservadores, las élites
políticamente correctas, y el Gobierno Mundial. Trump no es un ideólogo.
Él no tiene ninguna estrategia evidente de largo alcance. Él sólo
piensa en Norteamérica. ¡Estados Unidos es lo primero para él! No son
palabras vacías. Si Estados Unidos es grande, entonces se completará su
programa.
Pero esta grandeza no es compatible con el curso
actual del país. Todos los pueblos y países del mundo, incluso los
aliados, odian a los Estados Unidos. Algunos de ellos simplemente
todavía tienen miedo de Norteamérica y son dependientes, mientras que
otros ya no están en sus garras. A la cabeza de los que no tienen miedo y
son independientes está la Rusia de Putin. Rusia es el principal
enemigo del Gobierno Mundial. Pero Trump no acepta esto. ¿Está Rusia
realmente invadiendo los Estados Unidos y su integridad territorial?
¿Está Rusia socavando el poder económico de Estados Unidos? ¿Tiene
realmente este país un plan para asestar un golpe a los Estados Unidos?
¿Está Putin luchando realmente contra el Estado Islámico de Siria e
Irak, una organización prohibida en Rusia? ¡Claro que sí! Putin rechaza
el Gobierno Mundial, e insiste en la soberanía, pero al mismo tiempo
actúa de una manera norteamericana, poniendo en primer lugar la
libertad. Tal vez este tipo duro podría ser no tanto un enemigo como un
amigo y un aliado, incluso si, por supuesto, Estados Unidos es grande y
libre una vez más.
Por esta razón es por la que Donald
Trump es condenado. Parece ser que la élite mundial de los banqueros y
los globalistas que actúa en nombre del liberalismo y de la libertad,
odia esta misma libertad. Externamente, ven un enemigo en el rostro de
Putin, y en el país, en el rostro de Trump.
Pero el hecho más importante es que ya es
irreversible. Los Estados Unidos nunca volverán a ser lo que eran antes.
De hecho, Trump ha iniciado una nueva revolución americana. Esta
revolución es una vez más por la libertad. Pero esta vez, se trata de
liberarse de la maníaca élite globalista. Esto es como el genio de una
botella. Una vez liberado, no se puede ocultar de nuevo. Pase lo que
pase, el propio Trump y sus seguidores simplemente no desaparecerán
después de las elecciones.
La sociedad estadounidense ha sentido el sabor de
la libertad una vez más. El sabor de la libertad es el camino para
decidir, elegir, hablar y actuar. Así que ahora esto significa. ya sea
la victoria, o la nueva revolución de Trump. Por su libertad y la
nuestra, queridos hermanos estadounidenses.
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