jueves, 13 de octubre de 2016

¿El bombardeo de Deir Ezzor fue el incidente Mukden del siglo XXI?

¿El bombardeo de Deir Ezzor fue el incidente Mukden del siglo XXI?



Los EEUU y el Japón imperial pueden ser mucho más parecidos de lo que la mayoría de gente imagina.
El Japón imperial cometió algunas de las peores atrocidades de todo el siglo XX, a pesar la mayoría de sus crímenes permanecen desconocidos entre la población no-asiática. Tokio también se adhirió a una ideología fascista durante este tiempo, de la que dependía para “justificar” su genocidio del pueblo chino y otros.
Los EEUU, al igual que el Japón Imperial, también han realizado horrores abominables que intentaron “justificar” con la ideología fascista del “excepcionalismo americano”, pero hay incluso más similitudes entre esos dos imperios de las que inicialmente se ven a simple vista.
Japón invadió la China nororiental (“Manchuria”) en 1931 después del fabricado incidente Mukden, que fue un ataque de falsa bandera realizado por el ejército imperial para poner en marcha el establecimiento del Estado títere de “Manchukuo”. Lo que es especialmente notable sobre esta estratagema, sin embargo, es que se considera generalmente que los militares hicieron esto fuera del ámbito de competencia del gobierno oficial, y que esta actividad de falsa bandera fue diseñada esencialmente para presionar al gobierno en la aceptación final de la invasión y ocupación de China nororiental como un hecho consumado.
El incidente Mukden es así visto en comprensión retrospectiva como la confirmación de que los militares se habían apoderado -de facto- del control de la política exterior del imperio japonés, que formalmente fue validado años más tarde cuando el mismo emperador fue reducido a ser un testaferro simbólico durante el culmen de la segunda guerra mundial. Este episodio histórico es importante de recordar porque parece que algo muy similar está teniendo lugar actualmente en los EEUU.
El secretario de guerra de EEUU, Ashton Carter y el Pentágono intentaron sabotear el acuerdo de “alto el fuego” que promulgaron el testaferro de Obama y el secretario de mentiras, Kerry, tomando el paso sin precedentes de encargar un ataque de bombardeo durante de una hora contra el Ejército Árabe Sirio (EAS) en Deir Ezzor en el mes de septiembre de 2016 y anotarlo con indiferencia como un “error” cuando inevitablemente fueron pillados.
La misma exacta cosa que había hecho el ejército imperial japonés en 1931 al Emperador mediante la intervención fuera de la cadena de mando al realizar un ataque de falsa bandera para justificar la guerra venidera contra China, es precisamente lo que el Pentágono había hecho al presidente de EEUU en 2016 mediante el ataque al EAS y de ahí en adelante, intentando iniciar activamente una guerra convencional contra Siria. 
A pesar de las mentiras, agresión y subterfugios de Kerry y Obama que realizaron en nombre del “Estado profundo” de EEUU (la permanente burocracia militar diplomática y de inteligencia) a través de los años, parecía que eran sinceros sobre el cumplimiento del acuerdo de cese de hostilidades al que ellos invirtieron tanto de su capital político y legado en alcanzar, pero Carter con sus aliados del “Estado profundo” desesperadamente intentaron sabotearlo y anular los deseos del presidente.
La situación actual de los EEUU es de este modo muy peligrosa y altamente inestable, dado que al igual que las secuelas del incidente Mukden de 1931, nadie sabe quién es verdaderamente el que está tomando las decisiones en la capital imperial. Parece que algunos elementos del “Estado profundo” intentaron realizar un golpe a pequeña escala mediante la insubordinación que demostraron al bombardear al EAS e intentando desatar una guerra convencional en Siria, una que podrá convertirse peligrosamente en un conflicto caliente con Rusia.
Ahora mismo el presidente parece que ha recuperado el control, sin embargo puede que sólo sea porque efectivamente él se rindió al secretario de guerra y ahora está haciendo el mandato de sus partidarios. Después de todo, el testaferro y su departamento de mentiras casi completamente han revertido su retórica desde principios de septiembre y ya no hablan más sobre el “alto el fuego”, sino sobre la posibilidad de realizar ataques de bombardeo “intencionales” contra el EAS. 
De nuevo, la experiencia del Japón imperial de 1931 durante el incidente Mukden viene a la mente, ya que alarmantemente parece ser el caso de que los militares se han apoderado del control en la política exterior de EEUU en el siglo XXI justo como pasó en el Japón del siglo XX. El efecto práctico que esto tiene en la situación internacional es que Ashton Carter y no Barack Obama, es la persona de confianza para interactuar con los EEUU cuando llega a la guerra en Siria, y que los tomadores de decisiones rusos y sus miembros análogos del “Estado profundo” necesitan entender y actuar sobre esto si ellos han de evitar una repetición de la política arriesgada tipo crisis de los misiles cubanos sobre la guerra en Siria.
Mirando adelante, las elecciones presidenciales americanas serán esenciales en la determinación de la viabilidad futura del golpe del “Estado profundo” del Pentágono en apoderarse del control de la política exterior americana. Hablando francamente, Carter se precipitó por algunos pocos meses al hacer lo que la misma Hillary probablemente planeó si ella conseguía el cargo, y las acciones del secretario de guerra son prácticamente sólo un avance de lo que ha de llegar bajo una posible presidencia Clinton.
Donald Trump, sin embargo, tiene el respaldo de los elementos pragmáticos del “Estado profundo” dentro del Pentágono, tal como el antiguo jefe de la Agencia de Inteligencia de Defensa, Michael Flynn, que podría reemplazar a Carter y su clan una vez que el Presidente Trump lo decretase. Probablemente todavía habría algunas duras resistencias que podrían causar algunos problemas durante la futura reestructuración, pero por lo general, una presidencia Trump se predice que revertiría el daño que el –de facto- presidente Carter hizo en los últimos meses de la administración Obama, pero sólo si el usurpador no tiene éxito en activar primero una guerra convencional con Siria y Rusia mientras todavía tiene la oportunidad.

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