¿El bombardeo de Deir Ezzor fue el incidente Mukden del siglo XXI?
Los EEUU y el Japón imperial pueden ser mucho más parecidos de lo que la mayoría de gente imagina.
El Japón imperial cometió algunas de las peores
atrocidades de todo el siglo XX, a pesar la mayoría de sus crímenes
permanecen desconocidos entre la población no-asiática. Tokio también se
adhirió a una ideología fascista durante este tiempo, de la que
dependía para “justificar” su genocidio del pueblo chino y otros.
Los EEUU, al igual que el Japón Imperial, también
han realizado horrores abominables que intentaron “justificar” con la
ideología fascista del “excepcionalismo americano”, pero hay incluso más
similitudes entre esos dos imperios de las que inicialmente se ven a
simple vista.
Japón invadió la China nororiental (“Manchuria”)
en 1931 después del fabricado incidente Mukden, que fue un ataque de
falsa bandera realizado por el ejército imperial para poner en marcha el
establecimiento del Estado títere de “Manchukuo”. Lo que es
especialmente notable sobre esta estratagema, sin embargo, es que se
considera generalmente que los militares hicieron esto fuera del ámbito
de competencia del gobierno oficial, y que esta actividad de falsa
bandera fue diseñada esencialmente para presionar al gobierno en la
aceptación final de la invasión y ocupación de China nororiental como un
hecho consumado.
El incidente Mukden es así visto en
comprensión retrospectiva como la confirmación de que los militares se
habían apoderado -de facto- del control de la política exterior del
imperio japonés, que formalmente fue validado años más tarde cuando el
mismo emperador fue reducido a ser un testaferro simbólico durante el
culmen de la segunda guerra mundial. Este episodio histórico es
importante de recordar porque parece que algo muy similar está teniendo
lugar actualmente en los EEUU.
El secretario de guerra de EEUU, Ashton Carter y
el Pentágono intentaron sabotear el acuerdo de “alto el fuego” que
promulgaron el testaferro de Obama y el secretario de mentiras, Kerry,
tomando el paso sin precedentes de encargar un ataque de bombardeo
durante de una hora contra el Ejército Árabe Sirio (EAS) en Deir Ezzor
en el mes de septiembre de 2016 y anotarlo con indiferencia como un
“error” cuando inevitablemente fueron pillados.
La misma exacta cosa que había hecho el ejército
imperial japonés en 1931 al Emperador mediante la intervención fuera de
la cadena de mando al realizar un ataque de falsa bandera para
justificar la guerra venidera contra China, es precisamente lo que el
Pentágono había hecho al presidente de EEUU en 2016 mediante el ataque
al EAS y de ahí en adelante, intentando iniciar activamente una guerra
convencional contra Siria.
A pesar de las mentiras, agresión y subterfugios
de Kerry y Obama que realizaron en nombre del “Estado profundo” de EEUU
(la permanente burocracia militar diplomática y de inteligencia) a
través de los años, parecía que eran sinceros sobre el cumplimiento del
acuerdo de cese de hostilidades al que ellos invirtieron tanto de su
capital político y legado en alcanzar, pero Carter con sus aliados del
“Estado profundo” desesperadamente intentaron sabotearlo y anular los
deseos del presidente.
La situación actual de los EEUU es de
este modo muy peligrosa y altamente inestable, dado que al igual que las
secuelas del incidente Mukden de 1931, nadie sabe quién es
verdaderamente el que está tomando las decisiones en la capital
imperial. Parece que algunos elementos del “Estado profundo” intentaron
realizar un golpe a pequeña escala mediante la insubordinación que
demostraron al bombardear al EAS e intentando desatar una guerra
convencional en Siria, una que podrá convertirse peligrosamente en un
conflicto caliente con Rusia.
Ahora mismo el presidente parece que ha recuperado
el control, sin embargo puede que sólo sea porque efectivamente él se
rindió al secretario de guerra y ahora está haciendo el mandato de sus
partidarios. Después de todo, el testaferro y su departamento de
mentiras casi completamente han revertido su retórica desde principios
de septiembre y ya no hablan más sobre el “alto el fuego”, sino sobre la
posibilidad de realizar ataques de bombardeo “intencionales” contra el
EAS.
De nuevo, la experiencia del Japón imperial de
1931 durante el incidente Mukden viene a la mente, ya que alarmantemente
parece ser el caso de que los militares se han apoderado del control en
la política exterior de EEUU en el siglo XXI justo como pasó en el
Japón del siglo XX. El efecto práctico que esto tiene en la situación
internacional es que Ashton Carter y no Barack Obama, es la persona de
confianza para interactuar con los EEUU cuando llega a la guerra en
Siria, y que los tomadores de decisiones rusos y sus miembros análogos
del “Estado profundo” necesitan entender y actuar sobre esto si ellos
han de evitar una repetición de la política arriesgada tipo crisis de
los misiles cubanos sobre la guerra en Siria.
Mirando adelante, las elecciones
presidenciales americanas serán esenciales en la determinación de la
viabilidad futura del golpe del “Estado profundo” del Pentágono en
apoderarse del control de la política exterior americana. Hablando
francamente, Carter se precipitó por algunos pocos meses al hacer lo que
la misma Hillary probablemente planeó si ella conseguía el cargo, y las
acciones del secretario de guerra son prácticamente sólo un avance de
lo que ha de llegar bajo una posible presidencia Clinton.
Donald Trump, sin embargo, tiene el respaldo de
los elementos pragmáticos del “Estado profundo” dentro del Pentágono,
tal como el antiguo jefe de la Agencia de Inteligencia de Defensa,
Michael Flynn, que podría reemplazar a Carter y su clan una vez que el
Presidente Trump lo decretase. Probablemente todavía habría algunas
duras resistencias que podrían causar algunos problemas durante la
futura reestructuración, pero por lo general, una presidencia Trump se
predice que revertiría el daño que el –de facto- presidente Carter hizo
en los últimos meses de la administración Obama, pero sólo si el
usurpador no tiene éxito en activar primero una guerra convencional con
Siria y Rusia mientras todavía tiene la oportunidad.
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