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Las mentiras sobre el 'gasolinazo' en el discurso del presidente Peña Nieto
Uriel Salmeron
“Sé
que hay mucha molestia y enojo por esta situación (gasolinazo). Son
sentimientos que entiendo y que comprendo”, “este ajuste en el precio de
la gasolina no se debe a la reforma energética (…) viene del exterior,
el gobierno no recibirá ni un centavo más de impuestos de este
incremento”, “tratar de mantener el precio artificial nos hubiera
obligado a recortar programas sociales, a subir impuestos o a
incrementar la deuda del país”, son algunas de las frases más representativas del mensaje que el presidente Enrique Peña Nieto ofreció en cadena nacional la noche del 5 de enero.
En el polémico discurso de la noche del pasado jueves 5 de enero, el presidente Peña Nieto también anunció el recorte del 10% al salario de altos funcionarios, es decir, en casi 190 mil millones de pesos. De acuerdo con el académico Leonardo Núñez González, la afirmación y el supuesto ajuste que sufrieron los sueldos de los funcionarios es inexistente, ya que sólo con cifras que Hacienda envió a la Cámara de Diputados en septiembre, el presupuesto para 2016 se había pasado por 220 mil 262 millones de pesos del gasto neto presupuestado en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2016. “Que el gobierno gaste más de lo presupuestado no es una anomalía, sino una constante“, afirma Núñez González en su colaboración en el portal Animal Político.
Esta información concuerda con la presentada en una investigación realizada por el periódico El Universal: el supuesto recorte y ‘apretón de cinturón’ que EPN anunció en su mensaje televisivo no tiene nada que ver con la realidad. Dependencias como la Secretaría de Relaciones Exteriores; Comunicaciones y Transportes; Energía; Educación Pública; Gobernación; Marina y Procuraduría General de la República gastaron más en 2016, respecto al año anterior, en servicios personales (sueldos, salarios, dietas, prestaciones y honorarios).
La mentira recae, según el autor, en que se nos quiera hacer creer que la única manera para no recortar o cancelar el funcionamiento de algunos programas, era necesariamente aprobar el incremento en el precio de los combustibles, sin que este sea un argumento a favor de seguir subsidiando la gasolina, cuando en los últimos años ha crecido exponencialmente el gasto en en otras funciones como publicidad y comunicación social, sin que esto haya significado la cancelación de un programa como Prospera.
Apenas un día después de que el mandatario anunciara el regreso de Luis Videgaray al gabinete presidencial y enmarcado en el contexto de las manifestaciones, bloqueos y saqueos contra la medida, el presidente Peña Nieto volvió a recalcar que el ajuste en el precio de las gasolinas era necesario porque de otra manera se tendrían que haber tocado programas sociales, en detrimento de la población con menos recursos. “Tan sólo en el sexenio anterior se perdieron casi un billón de pesos, es decir, un millón de millones, subsidiando la gasolina”, dijo EPN respecto a las medidas tomadas por la administración del expresidente Felipe Calderón Hinojosa.Tres cosas que ya habían ocurrido en este gobierno. https://t.co/It36f2JAox— José Merino (@PPmerino) 6 de enero de 2017
El presidente Peña Nieto criticó la gestión del panista al asegurar que ese subsidio a los combustibles, que asciende a más de 200 mil millones de pesos, bien se pudo haber ocupado para invertir en en transporte público, escuelas, hospitales y universidades. Según EPN, durante el sexenio de Calderón el dinero se quemó subsidiando gasolina en lugar de logrando inversión en infraestructura, aunque durante la actual administración las cosas no han sido muy distintas.Ojalá debatieran el secretario de Hacienda de Calderón y el de Peña: ¿por q quemaron un billón para subsidiar gasolina?— Daniel Moreno (@dmorenochavez) 6 de enero de 2017
Sería algo como—> pic.twitter.com/yxk3y5pc2q
Reparto modal e inversión destinada a movilidad urbana en las zonas metropolitanas de México, 2015 (porcentajes) pic.twitter.com/ySMelXkthi¿Entonces ahora habrá un programa anual de 200 mil millones para transporte público e infraestructura para bici y peatones? https://t.co/HNlGIjLhaF— Salvador Medina (@ElNahual) 6 de enero de 2017
— Salvador Medina (@ElNahual) 28 de diciembre de 2016
En el polémico discurso de la noche del pasado jueves 5 de enero, el presidente Peña Nieto también anunció el recorte del 10% al salario de altos funcionarios, es decir, en casi 190 mil millones de pesos. De acuerdo con el académico Leonardo Núñez González, la afirmación y el supuesto ajuste que sufrieron los sueldos de los funcionarios es inexistente, ya que sólo con cifras que Hacienda envió a la Cámara de Diputados en septiembre, el presupuesto para 2016 se había pasado por 220 mil 262 millones de pesos del gasto neto presupuestado en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2016. “Que el gobierno gaste más de lo presupuestado no es una anomalía, sino una constante“, afirma Núñez González en su colaboración en el portal Animal Político.
Esta información concuerda con la presentada en una investigación realizada por el periódico El Universal: el supuesto recorte y ‘apretón de cinturón’ que EPN anunció en su mensaje televisivo no tiene nada que ver con la realidad. Dependencias como la Secretaría de Relaciones Exteriores; Comunicaciones y Transportes; Energía; Educación Pública; Gobernación; Marina y Procuraduría General de la República gastaron más en 2016, respecto al año anterior, en servicios personales (sueldos, salarios, dietas, prestaciones y honorarios).
O se subsidia la gasolina o hubiéramos cerrado los hospitales
El problema con la pregunta insidiosa del presidente Peña Nieto, afirma el académico Núñez González, es que propone el gasolinazo como la única manera de no dar marcha atrás a programas sociales para beneficiar a las clases menos favorecidas, es decir, un chantaje que no muestra otras opciones para hacerle frente a la crisis y que no contempla la reasignación y cambios en el presupuesto “como si el presupuesto de ninguna otra área hubiera sido susceptible de ser reasignado”.La mentira recae, según el autor, en que se nos quiera hacer creer que la única manera para no recortar o cancelar el funcionamiento de algunos programas, era necesariamente aprobar el incremento en el precio de los combustibles, sin que este sea un argumento a favor de seguir subsidiando la gasolina, cuando en los últimos años ha crecido exponencialmente el gasto en en otras funciones como publicidad y comunicación social, sin que esto haya significado la cancelación de un programa como Prospera.
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