Tras
la Guerra Fría, EE.UU. y Rusia concluyeron que un ataque nuclear
inteligente se centraría en neutralizar los depósitos nucleares del
‘enemigo’.
Stephen Schwartz, escritor de “Auditoría Atómica: costes y consecuencias de las armas nucleares estadounidenses desde 1940”,
dice que Washington y Moscú han pasado de apuntar a las ciudades más
pobladas del contrario a concentrarse en los depósitos nucleares.En su libro, Schwartz publica un mapa que muestra los puntos esenciales que Rusia tendría que atacar para acabar con las fuerzas nucleares de Estados Unidos.
El mapa presenta los que podrían ser los objetivos de un ataque completo a la infraestructura nuclear estadounidense y a sus centros de mando y control.
Es extremadamente improbable que un ataque de este tipo tenga éxito pleno”, considera el escritor Stephen Schwartz.“Es extremadamente improbable que un ataque de este tipo tenga éxito pleno”, ha dicho este jueves Schwartz al diario estadounidense Business Insider. “Hay un gran número de variables que tener en cuenta para sacar adelante de manera impecable tal ataque. Si incluso un puñado de armas salen ileso, EE.UU. podría tomar represalias”, ha añadido.
A juicio de Schwartz, si son atacados todos los depósitos de misiles balísticos intercontinentales estadounidenses, las armas nucleares acumuladas y los bombarderos con capacidad nuclear, quedarían aún los submarinos nucleares, capaces de atacar el territorio ruso.
El escritor recuerda que EE.UU. tiene al menos cinco submarinos equipados con armas nucleares en áreas desconocidas, esperando la orden de lanzar misiles hacia sus objetivos.
“Ni siquiera los oficiales de alto rango del Ejército de EE.UU. saben dónde están desplegados los submarinos. Los rusos no podrían ir por ellos antes de la reacción al ataque”, ha sostenido Schwartz.
Asimismo, el experto asegura que Rusia no puede albergar esperanza alguna de sobrevivir a un acto de agresión nuclear al territorio estadounidense.
Estados Unidos posee 7100 armas nucleares y Rusia 7300 de estas letales armas, según las últimas estimaciones de la Asociación de Control de Armas de EE.UU. La gran mayoría de las armas nucleares de Rusia y de EE.UU. se fabricaron durante la Guerra Fría.
La amenaza de una posible guerra nuclear aumenta en un momento en que los presidentes de ambos países, Donald Trump y Vladimir Putin, respectivamente, han anunciado que deben ampliar significativamente sus capacidades nucleares.
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