La
crisis cíclica del capitalismo golpea con crudeza a las capas
trabajadoras de todo el mundo. Nuestro país no es ajeno a este proceso
de descomposición del capitalismo, que únicamente puede ofrecernos ya
miseria a los trabajadores.
El paro forzoso, consecuencia del capitalismo, azota con crudeza a las familias que en ningún momento fueron culpables de la situación. Pagan justos por pecadores. Este paro crónico no solamente conlleva la situación de desempleo para el trabajador que la sufre, también afecta a sus familias, y a la población trabajadora en general. Es, desde luego, un problema social y no individual. Un problema de clase y no un problema sectorial o de gremio, y por tanto, la lucha debe ser conjunta.
Vemos como padres trabajadores no tienen con que alimentar a sus hijos y deben recurrir a la solidaridad de vecinos o bancos de alimentos, los más jóvenes no pueden aspirar a estudios superiores ante la imposibilidad de pagar cada vez mayores tasas, las parejas jóvenes ni siquiera pueden plantearse el empezar un proyecto de vida independiente e incluso sufren los niños de las familias trabajadoras, en los cuales aparece la desnutrición infantil. No estamos hablando de Somalia, sino de los barrios obreros en la España capitalista del siglo XXI, esa España donde cada vez el empleo es más precario, donde cada vez trabajamos más horas por peores salarios.
A los obreros y a las capas populares no solamente nos afecta esta situación en el plano económico. También en todos los ámbitos de nuestra existencia, lo que nos impide llevar una vida digna; lo cual no significa indigna pues en estos casos es en los que se demuestra la gran dignidad de la clase obrera y el orgullo de pertenecer a ella: muchos vecinos cuya situación tampoco es boyante ayudan como y cuanto pueden, demostrando que la clase trabajadora posee un potencial y una fuerza invencibles si realmente actuamos unidos como clase.
Pero todo esto, ¿es una situación artificial o surge por arte de magia? No, esta situación es consecuencia del sistema socio-económico de la sociedad española: el capitalismo, que es el causante del sufrimiento actual de la clase trabajadora.
Solamente en un sistema criminal que no está para satisfacer las necesidades del pueblo sino para enriquecer a un puñado de capitalistas adinerados se dan situaciones tales como que exista miseria cuando mayor es la riqueza que los trabajadores producimos. Solamente en el criminal capitalismo se dan situaciones tales como que cuanto mayor sea la producción cárnica y alimenticia los trabajadores, y sus familias, pasen hambre. Es decir, el paro y el hambre existen estando rodeados de riquezas y mercancías.
¿Y porqué esta situación? Por el capitalismo, el sistema socio-económico en que vivimos en la España del siglo XXI. En el capitalismo existen dos clases enfrentadas: la clase obrera o los trabajadores y la clase burguesa o empresarios. Ambas tienen intereses contrarios. Los empresarios son los dueños de las fábricas, los almacenes, los centros de trabajo, las tierras, etc. y su objetivo es obtener cada vez mayores ganancias al menor coste, puesto que de lo contrario se verían superados por la competencia. Para ello deben producir cada vez más barato, invertir más en maquinaria, absorber a otros competidores, bajar los salarios, aumentar las jornadas laborales y reducir los derechos de los trabajadores. Asimismo, la distribución de la riqueza que crean los trabajadores va a parar íntegra al bolsillo del capitalista, estando los trabajadores privados del acceso a esas riquezas que ellos mismos crean.
Esta situación lleva al empeoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores. Pero la cosa no acaba ahí. Al producir para obtener más beneficios sin importar las consecuencias y no para satisfacer las necesidades del pueblo, los capitalistas producen cada vez más y más. Sin embargo, esta manera de producir sin control tiene un límite, debido a la merma en las condiciones de vida de las clases trabajadoras y en sus ingresos, estos no son capaces de adquirir todas las mercancías que se producen y fabrican. Y si las mercancías no encuentran comprador, las empresas se ven abocadas al cierre.
He aquí la explicación a las crisis cíclicas del capitalismo. En este sistema económico se produce la situación de que existiendo una gran abundancia de mercancías producidas, los trabajadores no pueden adquirirlas y se ven privados de ellas. Observemos las estanterías de, por ejemplo, los supermercados y grandes superficies comerciales repletos de decenas de marcas, modelos y packs de comida y otros víveres de primera necesidad y como los trabajadores del barrio no se pueden permitir siquiera el acceso a muchas de ellas. Y eso que son los trabajadores los que producen todas las mercancías y todas las riquezas, y no los empresarios como nos quieren hacer creer para que confiemos en este sistema criminal y genocida.
Por tanto, si comprobamos que es el capitalismo el causante de las desgracias que nos aquejan a los trabajadores, si comprobamos que el capitalismo lleva en su seno la crisis que nos arroja al precipicio del desempleo y la miseria, si comprobamos que ninguna salida puede haber satisfactoria para los trabajadores en este sistema ¿por qué seguir confiando en él?
La fuerza y la solidaridad de nuestra clase se demuestra, día a día, en estas situaciones difíciles. El orgullo de pertenencia a la clase más revolucionaria y dinámica de la historia está presente en estos complicados momentos, en forma de ayuda y solidaridad entre vecinos y trabajadores. Debemos entender que nosotros somos la base de este sistema, que este sistema crece a base de chuparnos la sangre, a base de negarnos las riquezas que los trabajadores producimos. Debemos entender también que somos un conjunto, millones y que caminando y golpeando en una misma dirección podemos vencer, y venceremos, a aquellos que hoy nos parecen omnipotentes y eternos. Los obreros, y el resto de los trabajadores, tenemos en nuestras manos las llaves de la sociedad, sin nosotros no funciona, por tanto, es hora de de unirnos a la manera que se unen los que ayudan a sus hermanos de clase más necesitados, en una sola voz, en un solo pueblo, en un solo puño, en una sola lucha de clase contra los capitalistas y su estado, golpee a este sistema de manera definitiva, acabando con el actual sistema de explotación capitalista y construyendo el Socialismo y su estado proletario. Porque somos una clase: los oprimidos, los explotados, los de abajo, los parias de la tierra, es el momento de empezar a actuar como una única clase firme, férrea, que camina hacia el horizonte de su emancipación: la derrota del capitalismo, y la abolición de la burguesía, del estado y de la sociedad de clases.
¡POR LA UNIDAD POLÍTICA DEL PROLETARIADO, POR EL FRENTE ÚNICO DEL PUEBLO!
¡POR LA HUELGA GENERAL POLÍTICA!
¡SOCIALISMO O BARBARIE!
COMISIÓN DE AGITACIÓN Y PROPAGANDA DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (PCOE)
El paro forzoso, consecuencia del capitalismo, azota con crudeza a las familias que en ningún momento fueron culpables de la situación. Pagan justos por pecadores. Este paro crónico no solamente conlleva la situación de desempleo para el trabajador que la sufre, también afecta a sus familias, y a la población trabajadora en general. Es, desde luego, un problema social y no individual. Un problema de clase y no un problema sectorial o de gremio, y por tanto, la lucha debe ser conjunta.
Vemos como padres trabajadores no tienen con que alimentar a sus hijos y deben recurrir a la solidaridad de vecinos o bancos de alimentos, los más jóvenes no pueden aspirar a estudios superiores ante la imposibilidad de pagar cada vez mayores tasas, las parejas jóvenes ni siquiera pueden plantearse el empezar un proyecto de vida independiente e incluso sufren los niños de las familias trabajadoras, en los cuales aparece la desnutrición infantil. No estamos hablando de Somalia, sino de los barrios obreros en la España capitalista del siglo XXI, esa España donde cada vez el empleo es más precario, donde cada vez trabajamos más horas por peores salarios.
A los obreros y a las capas populares no solamente nos afecta esta situación en el plano económico. También en todos los ámbitos de nuestra existencia, lo que nos impide llevar una vida digna; lo cual no significa indigna pues en estos casos es en los que se demuestra la gran dignidad de la clase obrera y el orgullo de pertenecer a ella: muchos vecinos cuya situación tampoco es boyante ayudan como y cuanto pueden, demostrando que la clase trabajadora posee un potencial y una fuerza invencibles si realmente actuamos unidos como clase.
Pero todo esto, ¿es una situación artificial o surge por arte de magia? No, esta situación es consecuencia del sistema socio-económico de la sociedad española: el capitalismo, que es el causante del sufrimiento actual de la clase trabajadora.
Solamente en un sistema criminal que no está para satisfacer las necesidades del pueblo sino para enriquecer a un puñado de capitalistas adinerados se dan situaciones tales como que exista miseria cuando mayor es la riqueza que los trabajadores producimos. Solamente en el criminal capitalismo se dan situaciones tales como que cuanto mayor sea la producción cárnica y alimenticia los trabajadores, y sus familias, pasen hambre. Es decir, el paro y el hambre existen estando rodeados de riquezas y mercancías.
¿Y porqué esta situación? Por el capitalismo, el sistema socio-económico en que vivimos en la España del siglo XXI. En el capitalismo existen dos clases enfrentadas: la clase obrera o los trabajadores y la clase burguesa o empresarios. Ambas tienen intereses contrarios. Los empresarios son los dueños de las fábricas, los almacenes, los centros de trabajo, las tierras, etc. y su objetivo es obtener cada vez mayores ganancias al menor coste, puesto que de lo contrario se verían superados por la competencia. Para ello deben producir cada vez más barato, invertir más en maquinaria, absorber a otros competidores, bajar los salarios, aumentar las jornadas laborales y reducir los derechos de los trabajadores. Asimismo, la distribución de la riqueza que crean los trabajadores va a parar íntegra al bolsillo del capitalista, estando los trabajadores privados del acceso a esas riquezas que ellos mismos crean.
Esta situación lleva al empeoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores. Pero la cosa no acaba ahí. Al producir para obtener más beneficios sin importar las consecuencias y no para satisfacer las necesidades del pueblo, los capitalistas producen cada vez más y más. Sin embargo, esta manera de producir sin control tiene un límite, debido a la merma en las condiciones de vida de las clases trabajadoras y en sus ingresos, estos no son capaces de adquirir todas las mercancías que se producen y fabrican. Y si las mercancías no encuentran comprador, las empresas se ven abocadas al cierre.
He aquí la explicación a las crisis cíclicas del capitalismo. En este sistema económico se produce la situación de que existiendo una gran abundancia de mercancías producidas, los trabajadores no pueden adquirirlas y se ven privados de ellas. Observemos las estanterías de, por ejemplo, los supermercados y grandes superficies comerciales repletos de decenas de marcas, modelos y packs de comida y otros víveres de primera necesidad y como los trabajadores del barrio no se pueden permitir siquiera el acceso a muchas de ellas. Y eso que son los trabajadores los que producen todas las mercancías y todas las riquezas, y no los empresarios como nos quieren hacer creer para que confiemos en este sistema criminal y genocida.
Por tanto, si comprobamos que es el capitalismo el causante de las desgracias que nos aquejan a los trabajadores, si comprobamos que el capitalismo lleva en su seno la crisis que nos arroja al precipicio del desempleo y la miseria, si comprobamos que ninguna salida puede haber satisfactoria para los trabajadores en este sistema ¿por qué seguir confiando en él?
La fuerza y la solidaridad de nuestra clase se demuestra, día a día, en estas situaciones difíciles. El orgullo de pertenencia a la clase más revolucionaria y dinámica de la historia está presente en estos complicados momentos, en forma de ayuda y solidaridad entre vecinos y trabajadores. Debemos entender que nosotros somos la base de este sistema, que este sistema crece a base de chuparnos la sangre, a base de negarnos las riquezas que los trabajadores producimos. Debemos entender también que somos un conjunto, millones y que caminando y golpeando en una misma dirección podemos vencer, y venceremos, a aquellos que hoy nos parecen omnipotentes y eternos. Los obreros, y el resto de los trabajadores, tenemos en nuestras manos las llaves de la sociedad, sin nosotros no funciona, por tanto, es hora de de unirnos a la manera que se unen los que ayudan a sus hermanos de clase más necesitados, en una sola voz, en un solo pueblo, en un solo puño, en una sola lucha de clase contra los capitalistas y su estado, golpee a este sistema de manera definitiva, acabando con el actual sistema de explotación capitalista y construyendo el Socialismo y su estado proletario. Porque somos una clase: los oprimidos, los explotados, los de abajo, los parias de la tierra, es el momento de empezar a actuar como una única clase firme, férrea, que camina hacia el horizonte de su emancipación: la derrota del capitalismo, y la abolición de la burguesía, del estado y de la sociedad de clases.
¡POR LA UNIDAD POLÍTICA DEL PROLETARIADO, POR EL FRENTE ÚNICO DEL PUEBLO!
¡POR LA HUELGA GENERAL POLÍTICA!
¡SOCIALISMO O BARBARIE!
COMISIÓN DE AGITACIÓN Y PROPAGANDA DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (PCOE)
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