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HACIA UN ESTADO FALLIDO E INTERVENIDO “PACÍFICAMENTE”
HACIA UN ESTADO FALLIDO E INTERVENIDO “PACÍFICAMENTE”
Popayán, 12 de julio
de 2017
Después de hacer un seguimiento
de los hechos ocurridos a partir del 5 de julio, cuando se produce el mayor
error táctico de los sectores radicalizados del PSUV, encabezados por Cabello y
El Aissami, se puede prever con cierta aproximación, lo que va ser la lucha por
ganar el apoyo –si no de las mayorías–, si de una porción significativa de la
población más activa de ambos sectores enfrentados. El objetivo es acumular el
máximo de fuerza posible para afrontar la fase de negociación que tendrá que abordarse
en los próximos meses. Los eventos del 16 y 30 de julio serán las últimas
batallas de esta fase.
Ese día de la Independencia
(05.07.2017) el vice-presidente El Aissami con su intrépida acción autorizó la
violencia contra la Asamblea Nacional. Esa acción estaba dirigida a provocar
una reacción del mismo tipo de parte de los sectores extremistas de la MUD. Es
evidente ahora, que dicha cúpula conocía las conversaciones entre el gobierno y
los sectores más moderados de la oposición, con la mediación internacional, y
dicha acción se planificó y realizó para –en su desespero– impedir el avance de
esos diálogos.
Ya es reconocido por muchos analistas
que la decisión de conceder “casa por cárcel” a Leopoldo López fue el resultado
de varios factores. Entre ellos están: 1. La presión internacional que es
económica, política y diplomática; 2. La posibilidad de un atentado en prisión
contra la vida de López por parte de sectores radicalizados para romper los
diálogos; 3. La necesidad del gobierno de poner contra la pared a la Fiscal y legitimar
al TSJ; y 4. Construir mayores confianzas entre los protagonistas del diálogo.
Los hechos y las diversas reacciones
públicas nos permiten identificar cinco (5) sectores que se han ido configurando
sobre la marcha y que se van a medir en las próximas semanas y meses: a) El
sector moderado del gobierno (Maduro, Padrino); b) El sector extremista del
PSUV (Cabello, El Aissami); c) Los extremistas de la MUD (Guevara, Machado); d)
Los moderados de la MUD (Capriles); e) Un sector heterogéneo de ex-chavistas que
están en el PSUV y la MUD pero que por temor no han dado la cara, y otros
críticos del “chavismo” que se han arriesgado a “frentiar” (Luisa Ortega, Ferrer,
Evans, otros). En ambos bandos enfrentados hay oportunistas a la expectativa.
Por ahora los sectores
extremistas de ambos bandos han impuesto la dinámica. Para los moderados del
gobierno es imposible “bajarse” de la ANC; para los de la MUD, es inevitable mantener
la presión de calle y realizar la consulta del 16 de julio. Lo más seguro es
que se mantendrá el “empate técnico”. La oposición movilizará en la consulta importantes
fuerzas en Caracas, Carabobo y otras ciudades, y en el Táchira y Zulia, pero al
no contar con la auditoría legal del CNE o de una entidad internacional con
amplia credibilidad, las cifras de participación se desconocerán o pondrán en
duda. Igual sucederá con las elecciones de la ANC; al tener únicamente la
supervisión del CNE, serán desconocidas por la oposición y, seguramente, por la
OEA y diversos gobiernos.
Esos sucesos –si no ocurre algo
grave que desencadene una radicalización más fuerte de amplios sectores de la
población o de las fuerzas armadas que hasta ahora no han intervenido– van a
fortalecer a los sectores moderados de ambos bloques y, también, al sector no
polarizado que si se hace visible en ese interregno, puede empezar a intervenir
en favor de la paz, la convivencia, la defensa de la Constitución y la
estabilidad. El gobierno tendrá la carta de una “Constituyente en funciones” pero
con el inconveniente de que se desgastará a medida que emita “leyes
constitucionales” sobre la paz, abastecimiento, control de precios,
inseguridad, etc., pero que al no causar ningún impacto real en la vida de la
gente, obligará al gobierno a negociar en el mediano plazo.
Mientras tanto, las presiones
internacionales van a jugar un papel más importante. El Estado venezolano se
está acercando a una situación de default,
que pondrá contra las cuerdas al gobierno ante la imposibilidad de pagar sus
deudas. La situación económica y de inseguridad no va a mejorar y todo el
entorno va a seguir jugando en contra del gobierno. El “empate técnico” y el
fortalecimiento de los sectores moderados en ambos sectores enfrentados, más la
presión del gran capital global y de la población, crearán las condiciones para
que Venezuela se convierta en una especie de Estado fallido en situación de
intervención pacífica o monitoreo
extranjero convenido.
Lo que se observa es que el
gobierno, así amenace con “barrer” a sus opositores con decisiones apoyadas en
la Constituyente, no lo podrá realizar. La ANC, convertida en la panacea, en la
solución de todos los problemas, se convertirá en una pesada carga. Así, Venezuela
con nueva o vieja Constitución, en manos del PSUV o de la MUD, o de nuevas
coaliciones, aunque aparezca formalmente como una nación independiente, va a
seguir entregando sus riquezas al gran capital global que se aprovechará de
unas cúpulas dirigentes que en el mediano plazo vivirán entre la ilusión de la
V república y la realidad de una IV reciclada.
Así, Venezuela se irá pareciendo
cada vez más a su hermana Colombia –“gemela
en espejo”
–
que lleva varias décadas en esa situación: una nación que es tierra de nadie, intervenida
por el imperio, en donde el gran capital explota mano de obra y extrae grandes riquezas
bajo la apariencia de ser una democracia que solo existe en el papel.
Mientras el pueblo recupera la
memoria…
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