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Sin control la extorsión desde penales mexicanos
Los
penales mexicanos son el origen de la mayoría de las extorsiones
telefónicas. Las autoridades reconocen fallas institucionales para
acabar con este problema.
Las extorsiones telefónicas desde la cárcel alcanzan una cifra enorme y preocupante en México. Las autoridades federales reconocen tres millones 700 mil de llamadas de este tipo al año. Para representantes populares, la causa de que no se activen los bloqueadores de señales en los penales tiene un nombre: la corrupción.
Legisladores mexicanos, aseguran que la extorsión telefónica desde por lo menos 7 penales, significa que en las cárceles, los internos operan con total impunidad en contubernio con las autoridades penitenciarias.
Para las autoridades federales, la solución sería simple. Impedir que ingresen teléfonos móviles a los penales con arcos de detección en las entradas, sin embargo, esto tampoco se hace.
Organizaciones civiles como Alto al Secuestro, aseguran que para los custodios de los penales, la extorsión telefónica es un gran negocio porque rentan a los presos, teléfonos, chips, baterías y cargadores para cometer ilícitos.
El enorme número de llamadas que salen de los penales, solo hacen pensar en una cosa: que son todo, menos unos centros readaptación social, además la corrupción es el factor común que domina estos lugares.
Arturo Calvillo, Ciudad de México.
kmd/msf
Las extorsiones telefónicas desde la cárcel alcanzan una cifra enorme y preocupante en México. Las autoridades federales reconocen tres millones 700 mil de llamadas de este tipo al año. Para representantes populares, la causa de que no se activen los bloqueadores de señales en los penales tiene un nombre: la corrupción.
Legisladores mexicanos, aseguran que la extorsión telefónica desde por lo menos 7 penales, significa que en las cárceles, los internos operan con total impunidad en contubernio con las autoridades penitenciarias.
Para las autoridades federales, la solución sería simple. Impedir que ingresen teléfonos móviles a los penales con arcos de detección en las entradas, sin embargo, esto tampoco se hace.
Organizaciones civiles como Alto al Secuestro, aseguran que para los custodios de los penales, la extorsión telefónica es un gran negocio porque rentan a los presos, teléfonos, chips, baterías y cargadores para cometer ilícitos.
El enorme número de llamadas que salen de los penales, solo hacen pensar en una cosa: que son todo, menos unos centros readaptación social, además la corrupción es el factor común que domina estos lugares.
Arturo Calvillo, Ciudad de México.
kmd/msf
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