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Los nuevos aranceles de EEUU a la UE se ceban con España: un 25% al vino y al aceite
El Gobierno de EEUU anunció ayer la imposición de
nuevos aranceles a 7.500 millones de dólares (6.900 millones de euros)
de productos procedentes de la Unión Europea, después del fallo de la
Organización Mundial del Comercio (OMC) en el que el organismo ha dado
la razón a Washington en su histórica disputa sobre los subsidios de los países europeos a Airbus, el fabricante de aviones comerciales y militares. Las nuevas tasas empezarán a aplicarse el 18 de octubre.
La Oficina de Comercio Exterior explicó que se incrementarán los aranceles en el 10 % de las grandes aeronaves civiles que la UE vende a EEUU y en el 25 % a ciertos productos agrícolas, pero según se desprende del listado oficial de bienes afectados, los cuatro países que son accionistas de Airbus y cuentan con fábricas de la empresa (Alemania, Francia, España y Reino Unido) se llevan la peor parte.
Berlín, París, Madrid y Londres cuentan con varios apartados especiales en ese listado. Por ejemplo, las aceitunas verdes, el aceite de oliva, tanto el virgen como el ordinario, o el vino, que recibirán un gravamen del 25%. Esto genera una fuerte distorsión dentro de la propia UE, ya que estos mismos productos, si son de procedencia italiana o griega, por ejemplo, quedarían exentos del gravamen extra.
Según los datos del ICEX de exportaciones a EEUU por partidas arancelarias, las empresas españolas vendieron a EEUU 299 millones de euros en vino en 2018 y 405 millones de euros en aceite de oliva y sus fracciones.
Pero el énfasis arancelario en estos cuatro países no acaba ahí. El documento hecho público por EEUU menciona, por supuesto, los aviones comerciales de más de 30 toneladas fabricados en esos territorios — el objeto principal de la disputa — , y se extiende a una determinada variedad de quesos, licores (con mención expresa al whisky escocés) o ciertos tipos de carne congelada.
A todo ello hay que añadir los aranceles del 25% que se aplicarán a los 28 países de la UE por igual. Y aquí se incluyen varias categorías de carne de cerdo, incluido el jamón; pero también ciertos moluscos, mariscos y frutas como las naranjas, las mandarinas, las clementinas y los limones.
La decisión de Trump ayer se produce después de varios intentos de Bruselas de lograr una solución amistosa y pactada con Washington, al igual que ambas potencias hicieron en 2006, cuando la UE llegó a un acuerdo con EEUU para no imponer aranceles por valor de 4.000 millones de dólares. Unos años antes, en 2002, la OMC había fallado en contra de unas ayudas fiscales concedidas a Boeing, el rival estadounidense de Airbus.
Pero Trump, que se ha visto reivindicado por el fallo de la OMC, ha optado por imponer los aranceles — a los que tiene derecho, según las normas de la organización que vela por el comercio mundial — . Esta reacción ha avivado los temores a una nueva escalada en la guerra comercial que EEUU ha planteado a sus principales socios comerciales. El martes mismo, la OMC reducía a más de la mitad las previsiones de crecimiento del comercio mundial. Precisamente ayer, mercados de todo el mundo sufrieron fuertes descensos por, entre otros factores, las muestras de debilidad que están mostrando las principales economías del planeta.
El índice estadounidense S&P 500 se dejó un 1,8%, el principal descenso desde el 23 de agosto. En Europa las caídas fueron mayores. El FTSE 100 británico sufrió el mayor castigo diario desde 2016, -3,2%; y el Ibex 35 español, con un 2,8% abajo, cerró su peor sesión en dos años.
Falta por ver cuál será la respuesta de la UE. De momento tiene varias opciones encima de la mesa. La primera es reactivar esos 4.000 millones de dólares en aranceles que decidió no aplicar en 2006 en virtud del fallo de la OMC en 2002. Esto provocaría probablemente una reacción negativa por parte de Washington, que da ese asunto por zanjado, y podría provocar una nueva escalada de aranceles.
La segunda es esperar a que la OMC falle en otro caso similar al de Airbus que tiene abierto Boeing. En ese caso, la UE tendría derecho de imponer aranceles de vuelta a una selección de productos estadounidenses, amparados por el paraguas del organismo.
La Oficina de Comercio Exterior explicó que se incrementarán los aranceles en el 10 % de las grandes aeronaves civiles que la UE vende a EEUU y en el 25 % a ciertos productos agrícolas, pero según se desprende del listado oficial de bienes afectados, los cuatro países que son accionistas de Airbus y cuentan con fábricas de la empresa (Alemania, Francia, España y Reino Unido) se llevan la peor parte.
Berlín, París, Madrid y Londres cuentan con varios apartados especiales en ese listado. Por ejemplo, las aceitunas verdes, el aceite de oliva, tanto el virgen como el ordinario, o el vino, que recibirán un gravamen del 25%. Esto genera una fuerte distorsión dentro de la propia UE, ya que estos mismos productos, si son de procedencia italiana o griega, por ejemplo, quedarían exentos del gravamen extra.
Según los datos del ICEX de exportaciones a EEUU por partidas arancelarias, las empresas españolas vendieron a EEUU 299 millones de euros en vino en 2018 y 405 millones de euros en aceite de oliva y sus fracciones.
Pero el énfasis arancelario en estos cuatro países no acaba ahí. El documento hecho público por EEUU menciona, por supuesto, los aviones comerciales de más de 30 toneladas fabricados en esos territorios — el objeto principal de la disputa — , y se extiende a una determinada variedad de quesos, licores (con mención expresa al whisky escocés) o ciertos tipos de carne congelada.
A todo ello hay que añadir los aranceles del 25% que se aplicarán a los 28 países de la UE por igual. Y aquí se incluyen varias categorías de carne de cerdo, incluido el jamón; pero también ciertos moluscos, mariscos y frutas como las naranjas, las mandarinas, las clementinas y los limones.
La decisión de Trump ayer se produce después de varios intentos de Bruselas de lograr una solución amistosa y pactada con Washington, al igual que ambas potencias hicieron en 2006, cuando la UE llegó a un acuerdo con EEUU para no imponer aranceles por valor de 4.000 millones de dólares. Unos años antes, en 2002, la OMC había fallado en contra de unas ayudas fiscales concedidas a Boeing, el rival estadounidense de Airbus.
Pero Trump, que se ha visto reivindicado por el fallo de la OMC, ha optado por imponer los aranceles — a los que tiene derecho, según las normas de la organización que vela por el comercio mundial — . Esta reacción ha avivado los temores a una nueva escalada en la guerra comercial que EEUU ha planteado a sus principales socios comerciales. El martes mismo, la OMC reducía a más de la mitad las previsiones de crecimiento del comercio mundial. Precisamente ayer, mercados de todo el mundo sufrieron fuertes descensos por, entre otros factores, las muestras de debilidad que están mostrando las principales economías del planeta.
El índice estadounidense S&P 500 se dejó un 1,8%, el principal descenso desde el 23 de agosto. En Europa las caídas fueron mayores. El FTSE 100 británico sufrió el mayor castigo diario desde 2016, -3,2%; y el Ibex 35 español, con un 2,8% abajo, cerró su peor sesión en dos años.
Falta por ver cuál será la respuesta de la UE. De momento tiene varias opciones encima de la mesa. La primera es reactivar esos 4.000 millones de dólares en aranceles que decidió no aplicar en 2006 en virtud del fallo de la OMC en 2002. Esto provocaría probablemente una reacción negativa por parte de Washington, que da ese asunto por zanjado, y podría provocar una nueva escalada de aranceles.
La segunda es esperar a que la OMC falle en otro caso similar al de Airbus que tiene abierto Boeing. En ese caso, la UE tendría derecho de imponer aranceles de vuelta a una selección de productos estadounidenses, amparados por el paraguas del organismo.
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