viernes, 4 de octubre de 2019

¿Qué hay detrás de la teoría del caos sobre el Brexit?


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¿Qué hay detrás de la teoría del caos sobre el Brexit?


Traducido por el equipo de SOTT.net en español
La revelación por parte del Parlamento británico del documento "altamente confidencial" sobre la Operación YELLOWHAMMER describe un Reino Unido lo suficiente maduro como para someterse a las maquinaciones de los protofascistas británicos que constituyen gran parte del gobierno "tory" del primer ministro Boris Johnson. La predicción del YELLOWHAMMER sobre el caos económico y social en el Reino Unido, promovido por una salida británica inexorable (BREXIT) de la Unión Europea, anuncia consecuencias nefastas para el Estado de Derecho y la democracia en todo el país.
brexit flags EU UK
© Dreamstime/Stock
Los fascistas cuentan con el caos para poder prosperar. Fue Oswald Mosley, líder de la Unión Británica de Fascistas antes y durante los tiempos de guerra, quien opinaba que el orden podía generarse a partir del caos. Por lo tanto, modernos compañeros de viaje de Mosley como Johnson, el líder del Partido Brexit, Nigel Farage, el líder de la Cámara de los Comunes, Jacob Rees-Mogg, el secretario del Interior, Priti Patel, y otros, se las arreglaron para crear a través de un Brexit duro un caos inexistente en el pasado. Un Reino Unido caótico es lo que les permite a estos protofascistas alcanzar sus verdaderos objetivos, los de la autoridad y el orden incuestionables en un Reino Unido post-Brexit donde el nacionalismo inglés de extrema derecha sea la nota dominante.
En agosto de este año, 113 miembros del Parlamento firmaron una carta dirigida a Johnson en la que acusaban al primer ministro de utilizar el lenguaje del "fascismo y el autoritarismo" para empujar su agenda que consiste en el abandono de la UE sin ningún acuerdo. La prórroga de cinco semanas de Johnson en el Parlamento, que ha sofocado así el debate sobre un Brexit duro, fue vista como un paso hacia el fascismo por los diputados proeuropeos expulsados del Partido Conservador por Johnson, así como por los diputados de los partidos opositores: el Laborista, el Liberal-Demócrata, los Verde, el Nacional Escocés, Change UK y Plaid Cymru. El renegado partido conservador "tory" y otros diputados también cuestionaron el compromiso de Johnson con la democracia.
Por muy perjudicial que sea la Operación YELLOWHAMMER para la estabilidad económica y política en un Reino Unido tras un Brexit duro, esta palidece al compararla con otro informe clasificado sobre el Brexit: el de la Operación BLACK SWAN. Este documento prevé un escenario apocalíptico para el Reino Unido comparable al de la Segunda Guerra Mundial. El BLACK SWAN promete escasez de alimentos y combustibles en todo el país, escasez de medicamentos y suministros médicos, aumento del desempleo, retrasos en el transporte y protestas masivas.
Lo que el Reino Unido está experimentando actualmente no es muy diferente de lo que ocurrió en Chile durante los dieciocho meses previos al golpe militar fascista del 11 de septiembre de 1973 que derrocó al presidente socialista Salvador Allende. En 1972, la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos que se encontraba entonces animada por una camarilla derechista a favor de Henry Kissinger con la participación del subdirector Vernon Walters, el jefe de contraespionaje James Jesus Angleton, el subdirector de planes Thomas Karamessines y el jefe de la División del Hemisferio Occidental Theodore Shackley, inició el Proyecto FUBELT. Los operativos de la CIA en Chile fomentaron huelgas laborales en un esfuerzo por socavar el gobierno de Allende. Las huelgas de camioneros, taxistas, comerciantes y obreros crearon el clima favorable para el advenimiento de un golpe fascista. Una conspiración derechista similar existe actualmente en la CIA y en la administración Trump, principalmente la directora de la CIA Gina Haspel y su predecesor, el Secretario de Estado Mike Pompeo, que está socavando la oposición de la comunidad política y empresarial británica al Brexit y fomentando la desorganización basándose en los documentos Yellowhammer y Black Swan con la intención de instigar luchas civiles en el Reino Unido y crear así las condiciones favorables para el ejercicio de un poder fascista y antidemocrático en nombre de un Brexit ultraderechista.
El actual grupo de derechistas en posiciones ascendentes dentro de la CIA, y que forman parte de una conspiración intervencionista que incluye a Haspel, Pompeo y al vicepresidente Mike Pence, ya aplicaron en Venezuela el modelo de caos económico que le espera ahora al Reino Unido. Las operaciones CONSTITUCIÓN y ARMAGEDDON de la CIA buscaban provocar una revuelta militar venezolana contra el presidente Nicolás Maduro mediante la desestabilización económica venezolana, particularmente en el sector petrolero, seguido de su mismo asesinato. Las operaciones caóticas de la CIA bajo el liderazgo de Juan Guaidó, líder de la oposición venezolana en nómina de la CIA y de los narcotraficantes colombianos, fracasaron estrepitosamente.
El caos previsto para el Reino Unido no difiere demasiado del que la CIA ayudó a crear en Francia en 1968. El programa de la CIA, MHCHAOS, se dirigía específicamente a grupos de la "Nueva Izquierda" en Estados Unidos y en el extranjero. La infiltración de la CIA en el levantamiento izquierdista estudiantil y sindical francés en 1968 tenía por objetivo al presidente francés Charles De Gaulle en represalia por haber retirado a Francia de la estructura militar de la OTAN en 1967, además de solicitar el repliegue militar de Estados Unidos de Vietnam del Sur y de la República Dominicana, y por haber interrumpido las ventas militares francesas a Israel. Se sospechaba que la CIA entrenaba ciertas organizaciones estudiantiles radicales en el arte de llevar a cabo luchas callejeras.
Uno de los principales líderes de la revuelta de la Primavera de París en 1968 fue Daniel Cohn-Bendit que figuraba como uno de los favoritos del movimiento de la Nueva Izquierda. Durante aquel año, le dijo al periodista francés Hervé Bourges que a los rebeldes y manifestantes izquierdistas se les habían ofrecido "sumas significativas" de dinero por parte de "asociaciones, subsidiarias e intermediarios estadounidenses de la CIA". Además, Cohn-Bendit tenía conocimiento de un informe del 30 de mayo de 1968 del director de la CIA Richard Helms denunciando al presidente De Gaulle como "dictador".
Hoy, en lugar de confiar en provocadores izquierdistas como lo fue el francés Daniel Cohn-Bendit (Danny el Rojo) en 1968, la CIA -contando con Haspel y elementos de extrema derecha introducidos por Pompeo- confía en interlocutores de la derecha alternativa como Steve Bannon, el líder del Partido Británico por el Brexit, Nigel Farage, y el político "svengali" del primer ministro johnson, Dominic Cummings, para provocar un caos total en el Reino Unido e Irlanda. Bannon junto con otros líderes de la derecha alternativa no han ocultado su política de recurrir a las tácticas de la Nueva Izquierda en la década de los sesenta para crear las condiciones caóticas necesarias que garantizaran la introducción del dominio fascista en países como el Reino Unido, Francia, Italia y Alemania.
En 1968, el caos impuesto por la CIA en Francia fue diseñado para reemplazar a De Gaulle por un gobierno liderado por el socialista Pierre Mendes-France o su colega, Francois Mitterand. A diferencia de De Gaulle, estos "izquierdistas" estaban en el bolsillo de la CIA. En 2016, la CIA y sus agentes de influencia de la derecha alternativa tuvieron éxito en la gestión de la primera ministra Theresa May y sus aliados desde el poder londinense. El objetivo de los ingenieros del caos desde la sede de la CIA en Langley -que se encuentran principalmente en el Centro de Actividades Especiales (SAC, por sus siglas en inglés)- es el de un Reino Unido y una Irlanda al servicio de los dictados políticos y económicos de una conspiración de extrema derecha desde Washington.
Un clásico libro de texto reciente de la CIA sobre el manejo del caos para la creación de un gobierno fascista se hizo realidad en Brasil. En 2016 -el mismo año de las elecciones de Trump como presidente de Estados Unidos y de la aprobación del referéndum del Brexit en el Reino Unido- la presidenta izquierdista de Brasil, Dilma Rousseff, fue destituida de su cargo durante una campaña de desarticulación económica y política llevada a cabo por la CIA. Rousseff no sólo fue procesada y destituida de su cargo, sino que su predecesor izquierdista y probable sucesor, Luiz Inácio "Lula" da Silva, fue atacado con falsas acusaciones penales derivadas de la Operación CAR WASH ("LAVA JATO").
El juez y fiscal federal brasileño Sergio Moro, quien había sido un activo de la CIA desde que recibiera su entrenamiento especializado en "guerra jurídica" blanda en la Universidad de Harvard y el Departamento de Estado de Estados Unidos en 1998, logró condenar a Lula por blanqueo de capital y corrupción resultantes del soborno criminal en todo el hemisferio occidental que involucró a la empresa constructora brasileña Odebrecht S.A. La sentencia de 9 años y medio de prisión para Lula lo eliminó de su candidatura a la presidencia para el 2018. A medida que la recesión económica brasileña fue empeorando bajo el impulso de los ingenieros del caos de la CIA, la elección presidencial la ganó Jair Bolsonaro, admirador de la extrema derecha de Benito Mussolini y Adolf Hitler, y ávido admirador de Donald Trump. Resulta que existían conexiones significativas entre Bolsonaro y su familia y la confianza de Trump en Steve Bannon y en las compañías de análisis de datos implicadas en la elección de Trump y la aprobación del Brexit.
Para sorpresa de unos pocos, Bolsonaro nombró a Moro como Ministro de Justicia. La luz verde dada por Bolsonaro para la quema masiva de la selva amazónica encaja perfectamente con la política del caos económico de la CIA con sus representantes, Trump-Pompeo-Haspel, que no sólo ocurrió en Brasil sino que también se extendió hacia la vecina Bolivia.
Bolivia y el gobierno del presidente de izquierdas, Evo Morales, también sufrieron presiones económicas y políticas como resultado de los incendios forestales transfronterizos.
El caos es lo que ha ayudado a impulsar las operaciones de la CIA desde su creación en 1947. La creación del caos ha llegado al Reino Unido con YELLOWHAMMER y BLACK SWAN, y la principal víctima es la larga historia de democracia parlamentaria de esta nación.

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