Enrique
Peña Nieto, ya asumido en el cargo como presidente mexicano, es la
vuelta del tradicional PRI a la conducción de México, pero no representa
un giro en los destinos de un país desbastado socialmente por la
violencia y el narcotráfico y encorsetado por las relaciones carnales
con el Norte americano.
Enrique
Peña Nieto, de 46 años de edad y 28 de actividades políticas, ganó las
elecciones presidenciales del 1 de julio pasado con el 38,21 por ciento
de los votos y ocupará ese lugar hasta el 2018. En segundo lugar se
posicionó el candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, con
el 31,59 por ciento.
Pero tras los comicios de julio, hubo
nuevamente denuncias de fraude e impugnaciones presentadas por los
partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y
Movimiento Ciudadano, al considerar ilegalidades como la compra de votos
y otras violaciones de la ley electoral.
Finalmente, el 30 de agosto el candidato del Partido Revolucionario
Institucional (PRI) fue declarado ganador de las elecciones por el
Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que desecharon
todos los reclamos contra el proceso.
Días atrás, el 1 de
diciembre, Peña Nieto asumió la primera magistratura mexicana. Mientras
él protagonizaba el acto oficial, el Movimiento Regeneración Nacional
(MORENA) y su conductor, Andrés Manuel López Obrador, se manifestaron
afuera del Congreso. También lo hicieron estudiantes y diversas
organizaciones sociales, hubo represión de las protestas y detenidos. De
las 70 personas que fueron encarceladas, ya 56 fueron puestas en
libertad por "falta de elementos" para procesarlas. El resto continúa
recluido por ser considerados "pagadores para tratar de justificar ante
la opinión pública nacional e internacional un operativo de corte
fascista", dijo Juan de Dios Hernández, miembro de la "Liga de abogados 1
de diciembre", conformada tras la represión y detención masiva a
manifestantes contra peña Nieto durante su asunción.
Sin
embargo, entre los presos se encuentra César Lagunes, un hombre sin
hogar que se dedica a bolear zapatos en la vía pública y que no
participó de las manifestaciones, según relató su abogada a radio
Formato 21.
El presidente de la Comisión de Derechos Humanos de
Ciudad de México (CDHDF), Luis González Placencia, consideró el accionar
policial como una extralimitación “en sus funciones". Además, en la
primera semana del mandato de Peña Nieto, ya hubo 131 asesinatos en el
violento escenario que compone México. Según datos informados por AFP,
desde el 1 de diciembre próximo pasado hubo un promedio diario de 17
asesinatos en el país, mientras que el gobierno de Felipe Calderón
concluyó con una media diaria de 27.
En su discurso de asunción,
el dirigente del PRI destacó tres puntos: se refirió a la violencia,
pero soslayó el tema del narcotráfico; habló también de temas sociales,
por ejemplo cómo ayudar a las mujeres jefas de familia; y el otro tema
destacado fue el hambre en su país, de la cruzada que pretende encarar
-aunque no explicó todavía como-. La política exterior no estuvo
presente en su discurso.
Finalmente mencionó tres puntos
económicos interesantes, aunque no mencionó nada de los Tratados de
Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y Canadá.
Recordemos que
México está dentro de la Alianza del Pacífico, pero además también está
dentro de Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA) -o en
inglés North American Free Trade Agreement- que son los tratados de
libre comercio con América del Norte, firmados con Estados Unidos y
Canadá en el año 1994.
Las tres pautas que mencionó y que “hacen
ruido” son: la ley de responsabilidad fiscal, ya que hay algunos
estados y municipios mexicanos que tienen elevadas deudas –según él- y
ello complicaría al Estado, por ende propone esta ley.
En segundo
lugar, mencionó otras palabras como “déficit cero” y “disciplina
presupuestaria”. Según lo que Peña Nieto mencionaba, la solidez en las
finanzas públicas es lo que permite a México ser hoy en día uno de los
Estados emergentes más importantes.
¿Por qué éstas palabras
“hacen ruido”? Recordemos lo que significó en Argentina el “déficit
cero” en el año 2001 y la crisis que explotó, con el señor cordobés,
ministro de San Francisco Domingo Cavallo (ministro de Economía insigne
del menemismo en la década de 1990 y repuesto en el cargo por Fernando
de la Rúa en el 2000).
Cavallo fue quien propuso esta combinación
de palabras. En España, actualmente se están aplicando las mismas
políticas económicas. México, además de la “disciplina fiscal” que ellos
proponen, está atado en términos económicos a los vaivenes que la
economía norteamericana presenta, sobre todo después de los TLC.
Entonces, suena un poco fuerte esto del déficit cero y la
responsabilidad fiscal.
Es un discurso que se parece mucho a los
discursos de los gobernantes europeos, quienes para enfrentar la crisis
están aplicando medidas y recetas que se aplicaron en los años de 1990
en Latinoamérica.
La situación económica de México se mantiene
dentro de los carriles en el aspecto económico, a pesar de la situación
social compleja. Es una de las tres economías más importantes del
continente, en términos poblacionales, sobre todo después de Brasil.
Pero está atada, en muchos aspectos, a la economía de Washington. Sobre
todo en las políticas comerciales. Por ejemplo, uno de los productos más
importantes de México era el maíz. Pero a través de los TLC este
producto comenzó a entrar desde Estados Unidos y subsidiado. Ahora el
maíz en México es importado. Están destruyendo la economía agropecuaria.
Mientras que México es un productor de comodities muy importante a
nivel internacional, por lo que se siente el peso de estar atado a
Estados Unidos.
Respecto de la petrolera estatal mexicana PEMEX
no hubo menciones relevantes en el discurso de asunción. Una de sus
propuestas de campaña fue la de permitir la participación del capital
privado, sin embargo no dijo nada.
Hay una ley aprobada por la
gestión de Calderón, que permite la participación de capital privado,
pero no se ha aplicado, justamente por la oposición de los trabajadores
de PEMEX, que es una de las petroleras más grandes del mundo, que tiene
más de 70 años de antigüedad.
En la asunción, el flamante
presidente se refirió a una reforma educativa, aunque tampoco especificó
cómo, cuándo y para qué se realizaría. Esgrimió que apuntará a la
calidad educativa y declaró que no habrá más puestos vitalicios,
cuestión que puso en alarma a los docentes.
Dejó la impresión de
que estaría pensando intervenir en la universidad y esto puede ser un
punto de conflicto. Recordemos que el movimiento “Yo soy 132” surgió de
la universidad, justamente cuando él como candidato dio un discurso en
ese ámbito. No es un tema menor.
Más allá de lo que pueda ocurrir
en los próximos 6 años de gobierno de Peña Nieto, terminó un ciclo
político, que fue el del PAN. El Partido de Acción Nacional es el
partido de la derecha mexicana, explícita, pura y dura, desde donde
gobernó el expresidente Vicente Fox y el saliente Felipe Calderón, y que
interrumpieron los 70 años de hegemonía del PRI, ahora de regreso.
Aunque d el discurso de Peña Nieto no se desprenden muchos cambios con
respecto a los 12 años de gobierno del PAN. |
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