Ola de protestas marcan un trágico inicio de EPN
Escrito por Jenaro Villamil
“Ha sido un amanecer violento en los alrededores del Congreso mexicano”, editorializó el periódico español El País, en
el reporte del 1 de diciembre que dio cuenta de la toma de posesión de
Enrique Peña Nieto. No fue el único medio internacional que destacó como
nota principal la ola de protestas que generaron más de 65 detenidos y
una treintena de heridos. Lo mismo sucedió con las ediciones digitales
de The Washington Post, The Angeles Times, The Miami Herald y cadenas de televisión de habla hispana como Univisión.
Incluso, medios digitales como The Huffington Post cabeceó
así su nota sobre la integración del próximo gobierno peñista, donde se
incorporaron viejos cuadros priistas caracterizados por su mano dura:
“¿Retorno a la Vieja Guardia?”. La imagen de modernidad y de juventud no
fue la que prevaleció en estos reportes internacionales.
Desde días antes del 1 de diciembre, la
sombra de la violencia y el exceso de despliegue policiaco y militar se
observaron en los terrenos aledaños al Congreso de la Unión. No fue el
único signo de los desafíos que marcarán el inicio de este sexenio que
representa el retorno del PRI a la presidencia de la República, tras
doce años de haber perdido el poder ante Vicente Fox, del PAN.
Los otros
dos desafíos fueron el fracaso de la operación política del PRI para que
en el Senado se aprobaran las reformas a la Ley Orgánica de la
Administración Pública que propuso el PRI doce días antes en la Cámara
de Diputados; y la suspensión del llamado Pacto por México, negociado
por las dirigencias nacionales del PRI, PAN y PRD, pero que a última
hora no fue firmado por el desconocimiento de las otras corrientes
agrupadas en el PRD.
El descontento de los ciudadanos
capitalinos por el cerco militar y policiaco en las principales arterias
viales que conducen al recinto de la Cámara de Diputados se manifestó
desde las primeras horas del lunes 26 de noviembre. Vecinos de la zona
aledaña a San Lázaro se quejaron porque ni siquiera ellos podían
ingresar a sus propias casas. El bloqueo vial incluyó las avenidas Fray
Servando Teresa de Mier y Congreso de la Unión, así como las calles
Eduardo Molina, Emiliano Zapata, Antonio Tomatlán, Zaragoza, Sidar y
Rovirosa y Cecilio Robledo.
El jefe de Gobierno Marcelo Ebrard se desmarcó de este operativo. En su cuenta de Twitter, Ebrard calificó como “ofensivo” el cerco policiaco y destacó que no fueron las autoridades policiacas bajo su orden las que autorizaron este despliegue de fuerza que no se vio ni siquiera en la toma de posesión de Felipe Calderón Hinojosa, seis años antes.
El jefe de Gobierno Marcelo Ebrard se desmarcó de este operativo. En su cuenta de Twitter, Ebrard calificó como “ofensivo” el cerco policiaco y destacó que no fueron las autoridades policiacas bajo su orden las que autorizaron este despliegue de fuerza que no se vio ni siquiera en la toma de posesión de Felipe Calderón Hinojosa, seis años antes.
En 2006, la avenida Reforma fue
escenario del polémico plantón encabezado por Andrés Manuel López
Obrador demandando la apertura de todos los paquetes electorales y el
conteo “voto por voto”. Seis años después, el bloqueo vial fue
protagonizado no por simpatizantes de las izquierdas sino por elementos
del Estado Mayor Presidencial.
El jueves 29 de noviembre, el Estado
Mayor Presidencial incrementó las restricciones al tránsito de las
personas y vehículos. Selló los accesos a la Cámara de Diputados y
reforzó las murallas en las inmediaciones de San Lázaro. Los peatones
tuvieron que ser revisados por detectores de metales y máquinas de rayos
X.
El presidente de la Mesa Directiva de la
Cámara de Diputados, el priista Jesús Murillo Karam, también se lavó
las manos frente a este operativo, frente a las protestas de las
bancadas del PRD y del PAN. El futuro procurador general de la República
–si su nombramiento es ratificado por el Senado- afirmó que él sólo
tiene atribuciones sobre el interior del recinto de San Lázaro y no en
las calles.
El Frustrado “Pacto por México”
Una pifia se produjo en vísperas de que
Peña Nieto asumiera la presidencia de la Presidencia de la República.
Desde Canadá, el mexiquense presumió el miércoles 28 de noviembre la
firma del “Pacto por México” entre las tres dirigencias partidistas,
programado en Querétaro al día siguiente.
Peña Nieto no estaba informado de la
suspensión de la firma. Incluso, su equipo de comunicación convocó al
evento al mediodía del jueves 29 de noviembre. El evento finalmente se
canceló.
En breve conferencia de prensa realizada
para “tomarse la foto”, los tres dirigentes nacionales del PRI, Pedro
Joaquín Coldwell, del PAN, Gustavo Madero, y del PRD, Jesús Zambrano
acordaron “seguir trabajando” en la redacción de un documento final que
se negoció en sigilo durante dos meses y que fue desconocido por la
Comisión Política del PRD.
“Hubo un error adentro del equipo de
comunicación, ellos entendieron por circunstancias que aún no conozco
que esto se convocaría para el jueves, lanzaron una convocatoria
equivocada y después por la misma vía mandaron una aclaración que esta
invitación quedaba sin efecto”, explicó en conferencia el vocero del
equipo peñista, Eduardo Sánchez.
Para defender el proyecto del “Pacto por
México”, Pedro Joaquín Coldwell, futuro secretario de Energía, afirmó
en esa breve conferencia de prensa que “no es el PRI que esté viendo
hacia la regresión, ni hacia la reinstauración de un sistema político
que ha sido agotado. El PRI de esta hora está por la modernidad y por la
renovación del país en todos sus términos”.
Entre las 13 promesas que perfiló en su
discurso del 1 de diciembre, en Palacio Nacional, Peña Nieto insistió en
la firma del “Pacto por México”. Afirmó que es necesario “desterrar el
encono y la discordia” y convocó a las fuerzas políticas a firmar “un
gran pacto” por el país.
Mientras Peña Nieto pronunciaba estas
palabras, en las calles de Madero, Palma, del Centro Histórico, y en el
Eje Central se registraban enfrentamientos entre fuerzas policiacas y
manifestantes en contra de la toma de protesta.
El “Súper Gabinete” en Suspenso
En la conferencia de prensa conjunta del
PAN, PRI y PRD del fallido “Pacto por México” también estuvieron
presentes los dos coordinadores generales del equipo de transición de
Peña Nieto, Luis Videgaray y Miguel Angel Osorio Chong, a quienes todos
los comentaristas perfilaban ya como los futuros “supersecretarios” de
Hacienda y de Gobernación, respectivamente.
Sin embargo, las nuevas funciones
planeadas por Peña Nieto para ambas secretarías tendrán que concretarse
después del 1 de diciembre, ya que la alianza entre el PAN, PRD y PT en
el Senado de la República frenó la ratificación de la reforma aprobada
en la Cámara de Diputados.
El argumento central es que se requieren
“controles” y contrapesos por parte del Senado para que tanto el futuro
secretario de Gobernación (quien absorberá las funciones de control
policiaco nacional de lo que es la Secretaría de Seguridad Pública) y el
secretario de Hacienda (quien también incorporará las anteriores
funciones de la Secretaría de la Función Pública, como la vigilancia y
las compras y adquisiciones de Compranet), sean ratificados por la
mayoría simple de los integrantes del Senado.
Tras 48 horas de intensas negociaciones,
los senadores del PRI, PAN y PRD tuvieron que admitir el viernes 30 de
noviembre que no existían condiciones para que Peña Nieto empezara su
gobierno con la reforma administrativa planteada.
Senadores del PAN y del PRD plantearon
que en la minuta proveniente de la Cámara de Diputados se incluyera un
artículo transitorio para que la Secretaría de la Función Pública no
desaparezca hasta que el Poder Legislativo apruebe la creación de la
Comisión Nacional Anticorrupción. La bancada del PRI, coordinada por
Emilio Gamboa Patrón, descartó esta propuesta.
La oposición en la Cámara alta también
ha propuesto que tantos los nombramientos del futuro comisionado general
de la Policía Federal y del Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional
de Seguridad Pública, sean ratificados por el Senado, de la misma forma
que se ratifican a los embajadores, a los integrantes del Poder Judicial
de la Federación y al titular de la PGR.
PAN y PRD insisten en que las comisiones
del Congreso participen en el diseño de la estrategia nacional de
seguridad, frente a la reiterada negativa del PRI.
Así lo explicó Miguel Barbosa, coordinador de los senadores del PRD:
“¿Cuál ha sido la posición de los
autores de la iniciativa? Negarse a aceptar que el Senado sea un órgano
en donde se ratifiquen o no los nombramientos de estos servidores
públicos. También se niegan a que la Comisión Bicamaral de Seguridad
Nacional sea donde se reciban los informes y se evalúe el ejercicio de
las políticas, de las estrategias que se estén ejecutando por la
Secretaría de Gobernación en estas nuevas funciones”.
Versiones del Senado, recabadas por Proceso tras
el uso de la fuerza policiaca en las protestas del 1 de diciembre,
destacaron que la reforma a la “súpersecretaría” de Gobernación
difícilmente se aprueben tras los excesos registrados en la Ciudad de
México.
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