Élite de la PGJDF va por jefes de "narcomenudeo"
Policía •
9 Enero 2013 - 4:04am — Ignacio Alzaga
La unidad de inteligencia no recibe recursos de la Federación, como los demás estados.
Foto: Reuters/Archivo
México • Creada hace cinco meses para combatir el narcomenudeo
y con la misión de desarticular a grandes abastecedores de droga, la
unidad de élite de la PGJDF detectó que grupos criminales reclutan
menores de edad procedentes de estados como Oaxaca y el uso de negocios
“fachada” para la venta a pequeña escala de drogas, en la que participan
familias enteras y ex policías.
El objetivo de la Fiscalía Central de Atención al Delito de Narcomenudeo es detener a los distribuidores de mariguana, cocaína, crack y cristal que operan sus redes en la Ciudad de México, tarea que se realiza mediante labores de inteligencia y presupuesto propio, pues a diferencia de otras entidades el DF no recibe recursos federales.
De acuerdo con un informe de la PGJDF, los vendedores callejeros, conocidos como tiradores, realizan esta ilícita actividad por “comisión” o salario fijo. En algunos casos reciben cuatro pesos por dosis, pero llegan a vender hasta 100 envoltorios, mientras que en otros llegan a tener un salario de entre 4 mil y 5 mil pesos mensuales.
El reporte señala que cada mes en promedio se reciben 50 denuncias por ese delito de alto impacto social. Todas atendidas y alrededor de 20 resultan “positivas”, luego de que elementos realizan tareas de vigilancia encubierta.
A la procuraduría capitalina nunca llegaron los recursos federales que tenía que asignar la PGR en el sexenio pasado para la instalación y operación de los Centros de Operación Estratégica, que sustituyeron a las Unidades Mixtas de Atención al Narcomenudeo.
Del 21 de agosto, fecha en que inició la fiscalía contra el narcomenudeo, al 27 de diciembre del 2012, la PGJDF consignó 163 averiguaciones previas con 207 personas detenidas por ese delito.
El documento señala que un vendedor callejero de droga que actúa por “comisión” recibe en promedio cuatro pesos por dosis, aunque en casos como Garibaldi cada uno llega a vender 100, lo que representa 400 pesos en una jornada.
Con base en archivos de la procuraduría, en la colonia Alfonso XIII, delegación Álvaro Obregón, se detectó un negocio con “fachada” de venta de películas “pirata” a un menor de 13 años, proveniente de Santa Catarina, Oaxaca, quien recibía un salario de 4 a 5 mil pesos mensuales para vender droga.
Otros tres casos similares detectó la policía investigadora en esa demarcación y en Tlalpan, donde los locales estaban diseñados con una reja metálica reforzada como medida de protección para retrasar el ingreso de las autoridades, a fin de que los narcomenudistas pudieran deshacerse de la droga.
Algunos distribuidores se rigen por “comisiones” en la venta de dosis, como en el caso de Jorge Antonio Reyes Caballero, quien desarrolló la actividad con dos ayudantes en la Plaza Garibaldi, a los que pagaba cuatro pesos por cada grapa o envoltorio comercializado entre consumidores.
Un caso de que esta actividad ilícita se ha convertido en un negocio familiar es el de Sonia Laura Franco, de 45 años, quien utilizaba a sus dos hijas, una de ellas menor de edad, para el “empapelado” de las dosis y su posterior venta en la colonia Guerrero.
La policía descubrió la venta de cocaína en piedra y en polvo por parte de la mujer y sus hijas, quienes intentaron deshacerse de la droga arrojándola a la lavadora, pero no se disolvió y fue presentado como prueba en su contra para enviarlas al reclusorio.
Claves
Primeros resultados
La Unidad de la Policía Investigadora logró desarticular grupos que operaban bajo el amparo del ex policía federal Jesús Alejandro Pérez, capturado por venta de cocaína y mariguana.
Por su perfil de peligrosidad, fue necesario el apoyo del Grupo Especial de Reacción para realizar el cateo en un domicilio ubicado en Imprenta 168, donde se hallaron 189 envoltorios con cocaína.
La venta de envoltorios genera en una noche ganancias de entre 350 y 400 pesos, pues un narcomenusdista vende entre 70 y 100 dosis de cocaína o crack, cuyo costo es de 50 pesos.
El objetivo de la Fiscalía Central de Atención al Delito de Narcomenudeo es detener a los distribuidores de mariguana, cocaína, crack y cristal que operan sus redes en la Ciudad de México, tarea que se realiza mediante labores de inteligencia y presupuesto propio, pues a diferencia de otras entidades el DF no recibe recursos federales.
De acuerdo con un informe de la PGJDF, los vendedores callejeros, conocidos como tiradores, realizan esta ilícita actividad por “comisión” o salario fijo. En algunos casos reciben cuatro pesos por dosis, pero llegan a vender hasta 100 envoltorios, mientras que en otros llegan a tener un salario de entre 4 mil y 5 mil pesos mensuales.
El reporte señala que cada mes en promedio se reciben 50 denuncias por ese delito de alto impacto social. Todas atendidas y alrededor de 20 resultan “positivas”, luego de que elementos realizan tareas de vigilancia encubierta.
A la procuraduría capitalina nunca llegaron los recursos federales que tenía que asignar la PGR en el sexenio pasado para la instalación y operación de los Centros de Operación Estratégica, que sustituyeron a las Unidades Mixtas de Atención al Narcomenudeo.
Del 21 de agosto, fecha en que inició la fiscalía contra el narcomenudeo, al 27 de diciembre del 2012, la PGJDF consignó 163 averiguaciones previas con 207 personas detenidas por ese delito.
El documento señala que un vendedor callejero de droga que actúa por “comisión” recibe en promedio cuatro pesos por dosis, aunque en casos como Garibaldi cada uno llega a vender 100, lo que representa 400 pesos en una jornada.
Con base en archivos de la procuraduría, en la colonia Alfonso XIII, delegación Álvaro Obregón, se detectó un negocio con “fachada” de venta de películas “pirata” a un menor de 13 años, proveniente de Santa Catarina, Oaxaca, quien recibía un salario de 4 a 5 mil pesos mensuales para vender droga.
Otros tres casos similares detectó la policía investigadora en esa demarcación y en Tlalpan, donde los locales estaban diseñados con una reja metálica reforzada como medida de protección para retrasar el ingreso de las autoridades, a fin de que los narcomenudistas pudieran deshacerse de la droga.
Algunos distribuidores se rigen por “comisiones” en la venta de dosis, como en el caso de Jorge Antonio Reyes Caballero, quien desarrolló la actividad con dos ayudantes en la Plaza Garibaldi, a los que pagaba cuatro pesos por cada grapa o envoltorio comercializado entre consumidores.
Un caso de que esta actividad ilícita se ha convertido en un negocio familiar es el de Sonia Laura Franco, de 45 años, quien utilizaba a sus dos hijas, una de ellas menor de edad, para el “empapelado” de las dosis y su posterior venta en la colonia Guerrero.
La policía descubrió la venta de cocaína en piedra y en polvo por parte de la mujer y sus hijas, quienes intentaron deshacerse de la droga arrojándola a la lavadora, pero no se disolvió y fue presentado como prueba en su contra para enviarlas al reclusorio.
Claves
Primeros resultados
La Unidad de la Policía Investigadora logró desarticular grupos que operaban bajo el amparo del ex policía federal Jesús Alejandro Pérez, capturado por venta de cocaína y mariguana.
Por su perfil de peligrosidad, fue necesario el apoyo del Grupo Especial de Reacción para realizar el cateo en un domicilio ubicado en Imprenta 168, donde se hallaron 189 envoltorios con cocaína.
La venta de envoltorios genera en una noche ganancias de entre 350 y 400 pesos, pues un narcomenusdista vende entre 70 y 100 dosis de cocaína o crack, cuyo costo es de 50 pesos.
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