¿Pistolas caseras?
Foto: www.businessinsider.com
Los especialistas destacan el peligro potencial del arma “impresa”, si bien no muy pronto.
Cody
Wilson, estudiante universitario de Texas y creador de dicha pistola,
por ahora no tiene muchos seguidores. Ellos temen a su “juguete” y pos
eso no disparan con sus propias manos, sino que lo hacen de forma
remota, utilizando un cable para disparar el arma.
Los
files con dicha arma fueron colgados en Internet a principios de mayo
por el grupo Defense Distributed de Wilson. Poco después, a instancias
de las autoridades de EEUU el acceso fue bloqueado, aunque ya
consiguieron descargarlos más de cien mil usuarios. La “creación”
consiste solo de dieciséis piezas. A excepción de una de ellas, el
percutor (un simple clavo). Las otras quince son hechas por la impresora
3D. Dicho de otro modo, se trata de una máquina automática, que elabora
de plástico la pieza, según el plano del file cargado. Wilson no oculta
que su propósito era crear un arma, que cualquier persona pudiera
clonarla en una impresora.
Pues ahora aparecerá una
enorme cantidad de armas no registradas, ya que cualquier persona que
tenga una impresora puede clonar la pistola. El historiador de armas y
creador de un sitio de armas Maxim Ponenker expresa sus dudas:
—Por
ahora no puede aparecer una enorme cantidad en virtud de que las
impresoras 3D aún son una rareza y además muy costosas. La más barata
sale unos tres mil dólares. Con este dinero en el mercado negro se puede
comprar un arma de verdad o, con una suma muy inferior, se puede
fabricar una pistola casera con los materiales disponibles, una lima y
el mínimo de instrumentos.
El inventor bautizó su
modelo con el nombre de Liberator. En la Segunda Guerra Mundial es el
nombre que llevaban las pistolas primitivas, que EEUU tenía planeado
arrojar desde aviones a los campos de concentración alemanes, para que
los presos pudieran liberarse por cuenta propia. Por una serie de causas
el plan no resultó. Pero el nombre copiado no es una simple
coincidencia: podría decirse que Wilson supuestamente sin querer dirige
el artículo a sus correligionarios – los anarquistas de la izquierda
radical. ¿Podrán utilizar esa arma los radicales o, más ampliamente, los
rebeldes y terroristas? Esto lo admite Maxim Popenker:
—Pueden.
Pero hay que comprender que la pistola puede realizar un solo disparo y
nada más. Después lo que queda en la mano es simplemente un pedazo de
plástico. A ello puede ir solamente un asesino-camicace: acercarse al
sujeto, dispararle a quemarropa y después da lo mismo.
Siempre habrá personas interesadas en un arma que los escáneres no identifiquen, añade el vicedirector jefe de la edición web Revista Diaria y analista militar Alexánder Golts:
—Semejante
pistola es indispensable para las personas que tienen prohibido poseer
armas, por ejemplo las que tienen antecedentes penales, como en EEUU, o a
aquellas que quieren llevar el arma a cierto lugar, al que está
prohibido llevarla.
Al propio tiempo, los expertos
indican que el alboroto armado en torno a las pistolas “impresas” está
algo exagerado. Esa arma de momento no representa ninguna amenaza real.
Además, las impresoras 3D son aún algo exótico, incluso en Rusia, donde
ni siquiera las municiones se venden libremente. No obstante, están
apareciendo empresas que se dedican a hacer piezas 3D por encargo. Por
otra parte, las impresoras se vuelven más “inteligentes” y funcionan ya
no solo con plástico, sino también con metales. No se excluye que el
arma “impresa” volverá a dar señales de vida. Y más aún que Wilson no
permanece de brazos cruzados. Él ya moldeó de plástico un cargador para
el fusil automático AK-47.
mj/mo
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