PRI descarta regresión; entrevista con César Camacho Quiroz
Propone incluir en la reforma política un sistema de control al poder que evite abusos
Pascal Beltrán del Río y Leticia Robles de la Rosa
03/06/2013 06:34
En entrevista con Excélsior, el dirigente plantea la necesidad de diseñar, en el contexto de la reforma político-electoral, un sistema de control que impida a la mezquindad y al egoísmo de un grupo político frenar la construcción de acuerdos productivos.
A unos días de comenzar la negociación en el Pacto por México sobre la reforma, Camacho Quiroz adelanta que llega a la mesa de negociación dispuesto a discutir todos los temas, aunque expresa el desacuerdo de su partido con la reelección y la segunda vuelta.
Garantiza que los gobernadores emanados del Revolucionario Institucional no van a intervenir en el proceso electoral y considera que algunas de las denuncias públicas en torno a supuestas irregularidades responden más a “una justificación anticipada de la derrota”.
Reconoce que durante el siglo XX tuvimos un Presidente “hegemónico, omnipotente; es decir, todopoderoso”. En contraste, dice, hoy se debe tener un mandatario fuerte, pero acotado.
“Si lo que queremos es evitar abusos, evitar excesos, controlemos el poder, sin que el control del poder haga que sea un poder ineficaz”, apunta en la entrevista.
“Contra abusos, hay que controlar el poder”, César Camacho Quiroz, dirigente nacional del PRI
El
país debe tener un Presidente fuerte, pero acotado, afirma el priista
respecto de la reforma político-electoral, además de que confía que los
resultados de los comicios de julio próximo no frenen lo conseguido en
el Pacto por México.
En México no debe retornar ni el Presidente
todopoderoso ni el carro completo, pero es necesario un sistema de
control que impida a la mezquindad y al egoísmo de un grupo político
frenar la construcción de acuerdos productivos en espacios efectivos
como lo es ahora el Pacto por México, advierte el líder nacional del
PRI, César Camacho Quiroz.A sólo unos días de comenzar la construcción de acuerdos en el Pacto por México para crear la reforma político-electoral, adelanta que llega a la mesa de negociación sin posiciones irreductibles, dispuesto a discutir todos los temas, aunque admite que en reelección y segunda vuelta el Revolucionario Institucional no está de acuerdo.
En entrevista con Excélsior, garantiza que los gobernadores emanados del PRI no van a intervenir en el proceso electoral, y advierte que algunas de las denuncias públicas en torno de supuestas irregularidades responden más a “una justificación anticipada de la derrota”.
Confía, además, en que Gustavo Madero y Jesús Zambrano, líderes nacionales del PAN y del PRD, se mantendrán en el Pacto por México después del 7 de julio, porque si bien los comicios y sus resultados son importantes, explica, es más trascendente el objetivo de transformar al país.
— A veces da la impresión que hay dos PRI frente a la reforma político-electoral. Por ejemplo, en el tema de la ratificación de los miembros del gabinete, parecía estar muy en favor en el periodo legislativo pasado, y ahora no se ve que todo el PRI quiera lo mismo.
— Lo que creemos es que no se puede hacer una reforma de ésas con parches. Es decir, éste que es un asunto importante es sólo una vertiente de una relación que se tiene que replantear entre el Ejecutivo y el Legislativo. De modo que si no
rehacemos ese trato institucional, republicano, entre un Poder y otro, vamos a seguir teniendo quizá pequeñas reformas que sólo resuelven un problema de coyuntura o sólo satisfacen una iniciativa momentánea.
“Se trata de que haya un diálogo fecundo, constructivo, edificante, colaborador, que no necesariamente es de entrega —nadie lo está pensando así— entre un Poder que es colegiado, con 628 legisladores, que es plural, donde están representadas todas las corrientes político-partidarias de este país, y por el otro lado tienes un Presidente de la República muy fuerte, muy sólido, pero en una actitud muy abierta, muy democrática, muy dialogante.
“Esa relación tiene que replantearse, porque durante muchos años, y el siglo XX es un testimonio fiel de ello, tuvimos un Presidente hegemónico, omnipotente, es decir, todopoderoso. Hoy debemos tener un Presidente fuerte, pero un Presidente acotado, porque quizás lo que está en el centro de toda la reforma político- electoral es el concepto de control de poder. Si lo que queremos es evitar abusos, evitar excesos, controlemos el poder, sin que el control del poder haga que sea un poder ineficaz”.
— ¿Estás en favor del gobierno de gabinete o un régimen semipresidencial?
— Personalmente no. Ésta no es todavía una posición definida por el PRI. Yo creo en el sistema presidencial, y me preocupan estos híbridos, que por querer estar al último grito de la moda en el mundo pueden desdibujarnos. Detrás de esto no sólo hay normas jurídicas, hay una cultura política y también jurídica de prácticamente dos siglos. No quiere decir que esté llamando al inmovilismo. Estoy llamando a la transformación, a la puesta al día de instituciones que deben ser, como dije, muy fuertes, pero sin perder eficacia.
“Mi posición es que hay que hacer, no un ejercicio de adopción, sino de adaptación; es decir, de aquello que ha funcionado y que entraña control del poder, transparencia en el ejercicio del poder, rendición de cuentas, poderes limitados, que un Poder cuando sea necesario tiene que frenar al otro, claro que sí, si es que ese otro pretende excederse o pretende atropellar, pero también que sea un Poder que sin mezquindades, sin egoísmos, pueda contribuir con el otro, porque de lo que se trata es hacer que a México le vaya bien.”
— ¿Apoyas la ratificación del gabinete?
— No me quita el sueño. Me parece que, sin embargo, no es un gran tema. Es sólo un tema. Entonces, en consecuencia, creo que lo podemos discutir sin problema (…) Esto no es novedoso, o sea, esta ratificación, que no es otra cosa que una corresponsabilidad legislativa, o más explícitamente corresponsabilidad senatorial en el ejercicio del poder, existe. Hay quien dice que tenemos que extenderla a todos. Digamos que en ello no nos va la vida. Lo que sí creo es que debemos replantear esa relación que por momentos fue tirante y hasta improductiva.
— La transformación del IFE en INE.
— A mí me preocupa. Primero, estoy dispuesto a discutirlo, porque ya lo establecimos en el Pacto por México. Hay algunos argumentos que parecen favorecer esta medida, como es lograr economía. Es decir, hoy cuando uno va a votar y hay elecciones concurrentes hay una mesa receptora para diputado local y enfrente está la de senadores y diputados federales.
“No obstante, creo que las autoridades locales están concebidas, su ley electoral, de acuerdo con las especificaciones de cada estado. Oaxaca tiene más de 500 municipios, y es compatible ahí la legislación electoral con el método conocido comúnmente como de Usos y Costumbres, cosa que no ocurre en el ámbito federal, por ejemplo. De suerte que hay que discutirlo con cuidado.
“Tampoco me gusta del todo que puede parecer un atropello a lo local. Este país es una Federación, y los estados no son subordinados de la Federación. Los estados tienen una corresponsabilidad con la Federación en los asuntos más importantes, más delicados de los ciudadanos. Pudiéramos encontrar una figura que transforme para bien, que eleve, aumente la capacidad, la competencia del actual IFE, pero me parece que alguna intervención deben tener los estados en esta materia”.
— ¿Reelección legislativa?
— En el PRI no hemos estado de acuerdo con esta figura, porque quita movilidad, resta posibilidad a que nuevos cuadros puedan emerger y competir por una posición. Le tenemos, fundadamente, precaución al tema de la reelección.
“Ahora, para mostrar apertura yo diría dos cosas. En el caso de los municipios yo creo que vale la pena aumentar el término del mandato, como ha pasado en algunos estados. Creo que cuatro años es un lapso bastante razonable y si pudiéramos ir valorando cómo funciona la reelección pudiéramos empezar por el ámbito municipal o el de diputados locales, de suerte que muestro una actitud abierta.
“El PRI lo tiene rotundamente negado, estatutariamente hablando. En nuestro caso, para cambiar de posición tendríamos que convocar a una Asamblea Nacional, de ese tamaño es. Lo que creo que tenemos que hacer los políticos con vocación democrática, y los priistas lo somos, es no mostrarnos reacios a la discusión.”
— ¿Segunda vuelta?
— El PRI no está de acuerdo con ella, insisto, pero también lo podemos discutir.
“Yo creo que las discusiones tienen que darse en un clima de absoluta civilidad y respeto por el otro. Uno nunca puede llegar a una mesa de negociación pensando que lo sabe todo o que lo que postula es la verdad. Lo que tiene que hacer es escuchar al otro partiendo de la base que eventualmente tiene la razón. Lo que tiene que imperar al final son las razones, los argumentos, las ideas, no las posiciones que a veces en el caso de los partidos, y asumo la parte que me toca, pueden ser hasta dogmáticas: ‘No, porque no’. Eso no puede darse en un país con una democracia que queremos consolidar.
“Si yo digo que sí o que no, tengo que acompañar mi respuesta con argumentos, con ideas, con planteamientos convincentes y escuchar en una actitud bien intencionada, porque lo que no podemos olvidar es que detrás de todo esto o como fin último está la estabilidad, la paz, el desarrollo, la multiplicación de oportunidades, el interés del ciudadano, el interés de las personas, de los niños, de los jóvenes.”
— ¿Crees que pueden ser capaces de construir una ley de partidos que los sujeten a más controles?
— Yo creo que no sólo pueden estar, sino debemos estar sujetos a más controles... No es que hoy no existan disposiciones que rijan a los partidos, el Cofipe lo rige. El ejercicio que se está haciendo es tratar de sacar un bloque normativo, un libro de dentro del Cofipe, para convertirlo en una Ley de Partidos. Lo electoral no puede prescindir de los partidos.
“Tenemos que hacer que la democracia sea más barata, que los partidos costemos menos a la ciudadanía y que si manejamos recursos públicos seamos absolutamente transparentes en la aplicación y destino de esos recursos para que no se perviertan, que no se desorienten y que demostremos que contribuimos en la cultura política.
Ante el reto de sumar coincidencias
César Camacho Quiroz es el presidente en turno del Consejo Rector del Pacto por México, donde se procesa la reforma político-electoral, que esta vez contará con la participación de especialistas y más legisladores.
Camacho explica que la propuesta que presentarán en julio algunos senadores del PAN, encabezados por Ernesto Cordero, y el grupo parlamentario del PRD, liderado por Luis Miguel Barbosa, puede integrarse a todo el paquete de propuestas que puedan hacer legisladores en los individual.
“Lo que tenemos como gran reto es sumar todo aquello donde hay coincidencia para construir una iniciativa que tenga viabilidad; es decir, que tenga aptitud para la vida y pueda ser en su momento, con las reformas y adiciones del caso, aprobada”, precisa.
Incluso, explica que dentro del propio PRI será necesario debatir algunos temas, si es necesario, para fijar criterios.
“En muchos temas ya hay definiciones rotundas y en otros hay que conseguirlas. En nuestra Asamblea, que es el máximo órgano de gobierno, además de decidir convertirse en un partido más ágil, más abierto, que permita candidaturas externas y que sea más sencillo en la manera de tomar las decisiones, también actualizamos nuestras posiciones frente a muchos de los temas nacionales.
“Hemos mostrado mucho más flexibilidad en el caso de la reforma energética, y una actitud proactiva, resuelta y dinámica en materia haciendaria, pero también en los temas electorales, de suerte que el PRI tiene un mecanismo muy depurado, muy bien hecho, de discutir en su interior, de analizar los asuntos con los legisladores federales, sobre todo, senadores y diputados. Por eso nosotros presumimos, y creo que con razón, de ser un bloque unitario, uniforme, monolítico, porque si tiene diferencias las procesa dentro, cuando damos la cara ante los medios, ante las Cámaras, regularmente llevamos una posición uniforme”, dice.
César Camacho Quiroz fue senador en la LVIII y LIX Legislaturas, así como diputado federal en la LX. Por eso, sabe que la dinámica del Pacto por México y la construcción de las reformas debe cambiar, pero también que se necesita de la concreción de acuerdos para que pueda desarrollarse el anunciado periodo extraordinario de sesiones.
“Acabamos de instalar seis mesas que trabajarán de forma paralela sobre igual número de bloques temáticos, donde algunos de los asuntos que acabo de reseñarte se verán en distintas mesas, y la intención es que como vayan saliendo los productos legislativos se vayan presentando en las Cámaras, de suerte que no se espere a que se tenga el gran paquete completo, porque se corre el riesgo de que unos asuntos que se detengan más porque sean más complejos se conviertan en lastre o freno de otros, entonces de eso depende un eventual periodo extraordinario.
“El periodo extraordinario primero lo tienen que convocar los legisladores, no lo pueden convocar los presidentes de los partidos. Claro, esos legisladores, la inmensa mayoría de los 628 legisladores, diputados y senadores, militan en alguno de estos tres partidos, pero el periodo extraordinario no va sólo con temas definidos, sino con dictámenes hechos.Es decir, con acuerdos convertidos en iniciativas de ley completas.
“Entonces, en cuanto haya una de ésas, una, dos o tres o cuatro irán a las Cámaras, y sí estamos a tiempo, porque creo que es inviable antes del 7 de julio, pero a partir de la segunda quincena de julio y todo agosto creo que estamos en condiciones de que hubiera el primer paquete de carácter político-electoral.
“Esto sin que se nos olvide que de manera simultánea están trabajando mesas especializadas para la legislación secundaria en materia educativa, y que pronto se instalarán las que tienen que ver con la competencia económica y las telecomunicaciones y que hay otras iniciativas de ley para mejorar el sistema financiero mexicano para que haya más crédito y más barato para todos.
“Quiero significar que el cúmulo de asuntos pendientes es enorme. Lo importante es no detenernos.”
— ¿Crees que se puede construir un acuerdo en reforma político-electoral?
— Creo que se puede, pero por supuesto. Si la política es un vehículo para construir consensos, éste no puede ser un tema de excepción.
— Es decir, no todos quedarían conformes, pero todos sacarían algo de lo que quieren.
— Es que para eso es la política. Cuando en política uno queda absolutamente conforme y los demás inconformes, algo no está funcionando bien. La política suele entrañar cesiones mutuas, o acuerdos que no entrañen cesiones, sino convencimiento. Uno tiene, en una actitud modesta y humilde, que sentarse frente al otro sabiendo que puede tener la razón ese otro. No hay que ensimismarse, no hay que cerrarse, hay que saber escuchar.
— ¿En cuáles temas es posible la negociación y en cuáles no?
— En ninguno diríamos que en eso el PRI no va a ceder. Todo es negociable, en el sentido más laxo, todo es discutible, sujeto de análisis. Además, voy a decir un lugar común, nadie es dueño de la verdad.
“Lo que sí podemos es construir un proyecto donde todos nos sintamos cómodos, razonablemente tomados en cuenta. Para eso es la política, y hay un factor aquí detrás de todo que no se nos puede olvidar, porque a veces parece que la reforma político-electoral sólo nos importa a los políticos, y es que se diga: ‘Están viendo por sus partidos, cómo pueden hacerse de más cargos… y yo qué, yo ciudadano qué tengo de ello’.
“Por eso es importante que en esas discusiones nunca perdamos de vista que a quien hay que atender, a quien hay que satisfacer, es al ciudadano, porque al final sin él no hay partidos políticos, sin él no hay elecciones, sin él no hay autoridades constituidas. Es más, nosotros mismos, los políticos, antes que dirigentes de un partido, somos ciudadanos”.
Sobre las implicaciones que tendrán las elecciones del 7 de julio en el Pacto por México, Camacho Quiroz hace notar que “son muy importantes, pero de coyuntura. Va a pasar el 7 de julio y los problemas a los que nos estamos refiriendo en el Pacto, muchos de ellos tienen décadas pendientes de que haya transformaciones radicales, de fondo. No perdamos la oportunidad ahora que hemos logrado esta especie de inercia positiva y constructiva”.
— Te preocupa que un triunfo del PRI o un conjunto de triunfos sirva para que en los otros partidos se golpee internamente a las dirigencias que están comprometidas con el Pacto.
— Lo tengo como un factor a considerar. No es mi preocupación, porque me preocupa lo que ocurra con mi partido, por supuesto, y con los militantes a los que hemos postulado, con quienes voy a seguir jugando derecho, y lo que creo es que cada partido tiene que procesar lo que ocurra en las elecciones de la manera más inteligente y más madura (…) Nosotros queremos ganar en todas partes. Estoy convencidísimo que eso no ocurrirá, no porque sea mago, sino porque conozco la realidad política mexicana y ese llamado carro completo se fue para ya nunca jamás volver.
— Cuando escuchas a Zambrano y a Madero hablar de cómo están los gobernadores del PRI metiendo la mano en los procesos electorales, ¿qué dices? ¿Están exagerando? ¿Son declaraciones efectivistas para curarse en salud o tratar en el resultado de las urnas?
— Yo creo que hay de todo un poco. Sí digo con honradez profesional de mi parte que advierto en algunos casos una justificación anticipada de las derrotas, que advierto también que hay muchos prejuicios, prejuicios que se convierten en juicios y en juicios sumarios.
“Lo que yo he insistido es que la obligación de cuidar que las autoridades no hagan nada indebido es de todos. Y que las denuncias concretas, insisto, que se vean una por una para que no se contaminen, y si alguien, por su cuenta y riesgo (no cumple la ley) que lo castiguen cárcel, con destitución. El PRI consigna no alterar el curso de las elecciones, que sólo están a cargo de las autoridades electorales, y el gobernante debe servir, porque para eso está ahí.”
El presidente nacional del PRI considera que “el Pacto por México no debe ser rehén de las elecciones, porque es el instrumento de política más eficaz que hemos tenido en los últimos años, quizás que hemos tenido desde que México es país.
“Por eso la altura de miras, lo ambicioso de las reformas que se ha trazado en sus compromisos, reformas que ya muchas están en vigor, como la educativa, que busca mejorar la calidad educativa para que los jóvenes estén en condiciones no sólo de competir, sino de ganar; la reforma en telecomunicaciones, para que haya servicios de mayor calidad a menor costo, y aprovechemos esto que está por encima de los mexicanos que es el espacio radioeléctrico, para que se aproveche en las comunicaciones modernas, de manera más eficaz para los mexicanos.
“Si no se atienden seguirá habiendo lastres que impedirán que el país avance. Yo por eso confío en el profesionalismo de todos los partidos políticos. En el caso del mío, lo pongo sobre la mesa como una especie de prenda de honor y sabremos honrarla. Cualquiera que sea el resultado, por supuesto, competimos para ganar, pero aun cuando no ganemos en algunos lugares estaremos siempre dispuestos a seguir trabajando para no convertir el Pacto en el rehén de los políticos de los partidos”, adelanta.
Camacho Quiroz aclara además que el PRI tiene un mecanismo interno para llamar al orden a sus gobernadores y cualquier otro servidor público emanado de sus filas, “y no pestañaremos” si es necesario aplicar esta nueva facultad.
“Tenemos esa actitud, pero también la aptitud. Es decir, tenemos elementos normativos para hacerlo y no lo haremos sobre las rodillas, pero cuando tengamos elementos al alcance no pestañaremos para hacerlo”, añade.
Asegura que los gobernadores respetarán las reglas electorales, porque juraron cumplir y hacer cumplir la ley, y confía en que los resultados reflejarán la voluntad de los ciudadanos, por lo que no será necesario utilizar esta nueva facultad de la dirigencia nacional para llamar al comportamiento ético político de los gobernantes estatales.
César Camacho habla también de Andrés Granier, ex gobernador de Tabasco, que se constituye, dice, en un caso que le preocupa, porque se trata de un priista, que ya no está en funciones, pero hay, afirma, una secuela.
“Y tan me preocupa que he dicho con toda claridad que debe responder a los llamados de la justicia, que tiene que dar la cara, y por supuesto que el PRI se deslinda cuando se trata de actitudes personales, que si están incluso inscritas en el ámbito de lo penal, como las sanciones penales son personalísimas, si hay una evidente acción u omisión que constituye delito, debe dar la cara y responder con todo.”
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