Cuerpos de Paz de la ONU abren fuego contra civiles haitianos en protestas anti gobierno
Manifestantes que exigían la renuncia del presidente haitiano
Michel Martelly fueron baleados y atacados con gases por miembros del
Cuerpo de Paz de Naciones Unidas en Haití, según registra un video
difundido en varios sitios de internet.
Haití ha sido escenario de múltiples protestas ciudadanas en los últimos meses por la impopular gestión del gobierno de Martelly, así como los altos niveles de corrupción que existen en el país.
La secuencia audiovisual de la jornada de violencia que se vivió esta semana muestra la acción de agentes de la policía de Puerto Príncipe, aliados con grupos de choque de Naciones Unidas – los llamados “cascos azules” de la ONU para misiones humanitarias – disparando a mansalva en contra de ciudadanos haitianos a poca distancia del Palacio Presidencial.
Vea imágenes
Como han planteado el Dr. Ajamu Nangwaya y otros observadores, la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH), como se le denomina de manera oficial, posee un oscuro historial de intervenciones antidemocráticas en la nación caribeña.
Y es que tras el derrocamiento, en 2004, del presidente Jean-Bertrand Aristide a manos de Estados Unidos, Francia y Canadá, los “cuerpos de paz” de la ONU enfrentaron crudas acusaciones de explotación sexual de menores y represión a los partidarios del mandatario depuesto.
“Durante estos diez años, MINUSTAH ha compilado un horrendo antecedente de abusos a los derechos humanos, incluyendo asesinatos, una epidemia de asaltos sexuales en contra de hombres, mujeres y niños haitianos, represión de protestas pacíficas, y la liberación del cólera por una negligencia criminal que causó la muerte de más de 9 mil personas, e infectó a casi un millón más”, escribió Nangwaya en octubre de este año.
Países latinoamericanos como Chile han aportado sistemáticamente a esta campaña de aplastamiento, ya que como indica el sociólogo James Petras, durante su primer período “Bachelet fue la seguidora más enérgica de Estados Unidos al enviar a Haití una fuerza expedicionaria militar para que ayudara en las tareas de represión de los partidarios del democráticamente electo Bertrand Aristide”.
“Unos 400 soldados chilenos armados hasta los dientes patrullaron las miserables calles de Puerto Príncipe en apoyo del régimen títere impuesto por Estados Unidos”, concluye Petras.
Haití ha sido escenario de múltiples protestas ciudadanas en los últimos meses por la impopular gestión del gobierno de Martelly, así como los altos niveles de corrupción que existen en el país.
La secuencia audiovisual de la jornada de violencia que se vivió esta semana muestra la acción de agentes de la policía de Puerto Príncipe, aliados con grupos de choque de Naciones Unidas – los llamados “cascos azules” de la ONU para misiones humanitarias – disparando a mansalva en contra de ciudadanos haitianos a poca distancia del Palacio Presidencial.
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Como han planteado el Dr. Ajamu Nangwaya y otros observadores, la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH), como se le denomina de manera oficial, posee un oscuro historial de intervenciones antidemocráticas en la nación caribeña.
Y es que tras el derrocamiento, en 2004, del presidente Jean-Bertrand Aristide a manos de Estados Unidos, Francia y Canadá, los “cuerpos de paz” de la ONU enfrentaron crudas acusaciones de explotación sexual de menores y represión a los partidarios del mandatario depuesto.
“Durante estos diez años, MINUSTAH ha compilado un horrendo antecedente de abusos a los derechos humanos, incluyendo asesinatos, una epidemia de asaltos sexuales en contra de hombres, mujeres y niños haitianos, represión de protestas pacíficas, y la liberación del cólera por una negligencia criminal que causó la muerte de más de 9 mil personas, e infectó a casi un millón más”, escribió Nangwaya en octubre de este año.
Países latinoamericanos como Chile han aportado sistemáticamente a esta campaña de aplastamiento, ya que como indica el sociólogo James Petras, durante su primer período “Bachelet fue la seguidora más enérgica de Estados Unidos al enviar a Haití una fuerza expedicionaria militar para que ayudara en las tareas de represión de los partidarios del democráticamente electo Bertrand Aristide”.
“Unos 400 soldados chilenos armados hasta los dientes patrullaron las miserables calles de Puerto Príncipe en apoyo del régimen títere impuesto por Estados Unidos”, concluye Petras.
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