Revelan abusos sexuales de los cascos azules en Haití
La
primera misión de los cascos azules llegó a Haití en los años 90 del
siglo pasado luego de una intervención militar de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU) para restituir al presidente Jean Bertrand
Aristide.
Sin embargo, la participación de esta fuerza
multinacional ha sido cuestionada en varias oportunidades. Este
miércoles un informe publicado por la agencia de noticias Associated Press (AP) ha dado a conocer la compleja red de violación de derechos que rodea al cuerpo militar.
Son
más de 2.000 denuncias contra cascos azules y otro personal de la ONU
por abuso y explotación sexual en todo el mundo. El informe asegura que
en más de 300 de las denuncias las víctimas eran menores.
En el
reporte recogen los testimonios de decenas de mujeres, niñas y niños que
denuncian haber sido víctimas de abusos sexuales de parte de miembros
de la organización.
“Los actos sexuales descritos por nueve
víctimas son simplemente demasiados para ser presentados exhaustivamente
en este informe, en especial en virtud de que cada una afirma haber
tenido múltiples acompañantes sexuales en diversos lugares donde los
contingentes de Sri Lanka estuvieron instalados durante años en diversas
partes de Haití”, expone el informe de la AP.
Los oficiales dirigían a sus víctimas a camiones de la ONU y a puestos como este en Port-au-prince. | Foto: AP
La evidencia muestra que al menos 134 miembros del
contingente de Sri Lanka participaron entre 2004 y 2007 de violaciones,
explotación y abuso. Luego de una investigación de parte de la ONU estos
fueron retirados de la fuerza, pero ninguno cumplió condena por sus
actos. No se tratan de los únicos. Cascos Azules de Bangladesh, Brasil,
Jordania, Nigeria, Pakistán y Uruguay también tienen denuncias en su
contra.
La ONU se encuentra en muchas ocasiones de manos cruzadas
en contra de estas violaciones puesto a que no posee jurisdicción
directa sobre los cascos azules. Algunas investigaciones se han
conducido, pero la sanción penal contra los culpables corresponde a los
países que aportan a los efectivos militares de la fuerza. AP solicitó
información a 23 países para su investigación. Muchos negaron la
existencia de denuncias, a pesar de los testimonios de las víctimas, y
otros pocos admitieron que no han hecho lo suficiente para identificar y
castigar a los responsables.
Los problemas no se limitan a los
abusos. Muchas veces las secuelas del abuso se mantienen tiempo después
de que los victimarios se han ido. Embarazos no deseados, infecciones de
enfermedades de transmisión sexual como el VIH y epidemias de cólera
son algunas de las secuelas con las que deben luego lidiar una población
que, además, es considerada la más pobre del mundo, donde dos de cada
tres haitianos vive con menos de dos dólares al día.
Estas son las ruinas de Habitation Lecler, anteriormente un
centro turístico y en 2007 escenario de una red de abuso infantil. |
Foto: AP
El secretario general de la ONU, António Guterres, ya
se había manifestado en 2015 sobre estos abusos: “Digámoslo con una sola
voz: No toleraremos que nadie cometa o consienta la explotación ni el
abuso sexual. No permitiremos que nadie tape estos delitos con la
bandera de la ONU”. Sin embargo, estos reclamos han caído en oídos
sordos. La organización continúa su presencia en la isla y las denuncias
siguen apilándose, empeoradas por la falta de información.
La
organización no gubernamental Blue Code ha comenzado en los últimos años
a mantener estadísticas de los abusos, pero en muchas ocasiones la ONU
desconoce los nombres de los oficiales que participan en los
contingentes de los cascos azules. La organización registró 145
denuncias solo en 2016.
La alarma ha sido reconocida por la ONU.
Atul Khare, jefe de apoyo de campo de la ONU y encargado de supervisar
la conducta y disciplina de los efectivos de las fuerzas de paz,
reconoció que existe un problema y que hace falta hacer más para ayudar a
las víctimas. Es necesario un mejor seguimiento de los efectivos y
mantener información precisa de las denuncias.
Aún hay 150 casos de abusos, paternidades no reconocidas,
infecciones sexuales y violaciones tumultuarias a menores sin resolver. |
Foto: AP
Actualmente, los cascos azules cuentan con más de
cinco mil efectivos que participan en misiones de paz en todo el mundo.
Sus labores suponen el adiestramiento a contingentes policiales, proveer
seguridad durante elecciones y apoyo al sistema judicial, así como
trabajos de rescate en desastres naturales y trabajos de reconstrucción y
orden público luego de crisis nacionales. Sin embargo, las denuncias
que han salido a la luz pública ponen en tela de juicio cualquier
beneficio derivado de su participación. Se espera que para octubre su
número se reduzca significativamente y que la misión de Haití se retire
permanentemente luego de 13 años continuos de presencia en la isla.
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