Partamos
por dejar claro algo fundamental: el problema no es Cristina Cifuentes
Cuenca; no es Aguirre, ni son Granados o González. El problema no es
Bárcenas, ni Cospedal, ni Sáenz de Santamaría o Rajoy. Si quitas a uno
de estos, entrará otro igual o peor. El problema es el PP, un colectivo
mafioso. El problema es que es el crimen organizado el que gobierna un
país del considerado primer mundo. Y lo grave es que sus raíces se
hunden en todas las instituciones del Estado. De la justicia a la
seguridad; del legislativo a los comparsas del ejecutivo. De las
finanzas a la cultura nacional. No es Cristina Cifuentes el problema. El
problema es el país que sigue convirtiendo a ladrones en cargos
políticos.
Pero ya que estamos al lío de este particular, vamos a hacer un entretenido ejercicio de psicoanálisis con dos de las frases que tuvo a bien regalarnos ayer doña Cristina en su comparecencia relámpago tras el demoledor informe de la UCO (un informe que sin grietas demuestra que la inmaculada ‘Cifu’ prevaricó, por más que ahora los medios que siempre han bebido los vientos por la Guardia Civil cambien de forma abrupta el discurso y pongan a la institución a caer de un burro).
1.- “Si tengo en estos estos momentos en mi cuenta corriente 900 euros pues ya es mucho”
2.- “¿De verdad alguien tiene duda de que yo he podido cometer un hecho ilícito?”
Así a bote pronto parece algo inconexo, o como mucho un torpe intento de equivalencia entre la ‘pobreza’ y la honradez. Un “yo no puedo ser corrupta porque no tengo ni propiedades ni dinero: ¡si hasta vivo de alquiler!”. Pero si se analiza en detalle resulta ser todo lo contrario.
Vamos a ver…
Para empezar es casi un insulto que ‘Cifu’, además de ‘hacerse la rubia’, quiera que los demás pasemos por gilipollas cuando también ‘se hace la pobre’. Porque obviando que lleva en política toda su vida, que viene de ‘casa bien’, y que su marido tampoco vive precisamente en la indigencia, solo en los últimos diez, por sí sola, ha cobrado casi un millón de euros en salarios.
Particularmente me importa un pito cuánto dinero tenga o no ahorrado o en qué o cómo se gasta la presidenta de la Comunidad de Madrid lo mucho que gana, pero si quiere que su frustrada equivalencia tenga algún valor, debería saber que el resto sabemos un par de cosas.
Lo primero que tendría que valorar es que no tener dinero en una cuenta declarada o no tener propiedades a su nombre no es garantía de nada. Lo segundo es que alguien que no da importancia al dinero o a las propiedades materiales, si como en su caso recibe grandes sumas, lo normal es que vaya acumulando ese capital que no tiene interés en gastar. Y no es su caso.
Su caso es el de una persona que, atendiendo a su confesión, se ha fundido un millón de euros en un decenio, y eso no es demasiado habitual. Hay que ser extraordinariamente caprichoso y consumista para fundirse esa más que importante cantidad de pasta sin adquirir ningún bien declarable. Y un desastroso administrador para no haber guardado ni un duro. Que me disculpen, pero visto lo visto, vaya ojo tienen los madrileños para elegir administradores.
Y hay algo más. Una persona con ese nivel de necesidades es el objetivo perfecto para un corruptor. Nadie mejor como candidato a corromperse que alguien a quien no le alcanza con un millón de euros para sus ‘gastillos’; alguien que ha hecho del despilfarro su leitmotiv.
Así que mala excusa una que acusa, ‘Cifu’. Casi más clara que el propio y cristalino informe de la Guardia Civil, por mucho que Velasco, el juez al que también le importa más la pasta que la justicia, y que por eso mismo abandonará su puesto para acceder a un ascenso bien retribuido, haya decidido no querer ver motivo fundado para imputarte.
La próxima vez invéntate algo más sólido y consecuente… rubia.
P.S. Se me olvidaba… “¿De verdad alguien tiene duda de que yo he podido cometer un hecho ilícito?” ¡Nos ha jodío mayo! Pero vamos, duda ninguna, absoluto convencimiento. Nadie que esté en el PP está limpio del todo, pero nadie que haya mamado del PP desde la época de AP puede no estar de mierda hasta las orejas.
Pero ya que estamos al lío de este particular, vamos a hacer un entretenido ejercicio de psicoanálisis con dos de las frases que tuvo a bien regalarnos ayer doña Cristina en su comparecencia relámpago tras el demoledor informe de la UCO (un informe que sin grietas demuestra que la inmaculada ‘Cifu’ prevaricó, por más que ahora los medios que siempre han bebido los vientos por la Guardia Civil cambien de forma abrupta el discurso y pongan a la institución a caer de un burro).
1.- “Si tengo en estos estos momentos en mi cuenta corriente 900 euros pues ya es mucho”
2.- “¿De verdad alguien tiene duda de que yo he podido cometer un hecho ilícito?”
Así a bote pronto parece algo inconexo, o como mucho un torpe intento de equivalencia entre la ‘pobreza’ y la honradez. Un “yo no puedo ser corrupta porque no tengo ni propiedades ni dinero: ¡si hasta vivo de alquiler!”. Pero si se analiza en detalle resulta ser todo lo contrario.
Vamos a ver…
Para empezar es casi un insulto que ‘Cifu’, además de ‘hacerse la rubia’, quiera que los demás pasemos por gilipollas cuando también ‘se hace la pobre’. Porque obviando que lleva en política toda su vida, que viene de ‘casa bien’, y que su marido tampoco vive precisamente en la indigencia, solo en los últimos diez, por sí sola, ha cobrado casi un millón de euros en salarios.
Particularmente me importa un pito cuánto dinero tenga o no ahorrado o en qué o cómo se gasta la presidenta de la Comunidad de Madrid lo mucho que gana, pero si quiere que su frustrada equivalencia tenga algún valor, debería saber que el resto sabemos un par de cosas.
Lo primero que tendría que valorar es que no tener dinero en una cuenta declarada o no tener propiedades a su nombre no es garantía de nada. Lo segundo es que alguien que no da importancia al dinero o a las propiedades materiales, si como en su caso recibe grandes sumas, lo normal es que vaya acumulando ese capital que no tiene interés en gastar. Y no es su caso.
Su caso es el de una persona que, atendiendo a su confesión, se ha fundido un millón de euros en un decenio, y eso no es demasiado habitual. Hay que ser extraordinariamente caprichoso y consumista para fundirse esa más que importante cantidad de pasta sin adquirir ningún bien declarable. Y un desastroso administrador para no haber guardado ni un duro. Que me disculpen, pero visto lo visto, vaya ojo tienen los madrileños para elegir administradores.
Y hay algo más. Una persona con ese nivel de necesidades es el objetivo perfecto para un corruptor. Nadie mejor como candidato a corromperse que alguien a quien no le alcanza con un millón de euros para sus ‘gastillos’; alguien que ha hecho del despilfarro su leitmotiv.
Así que mala excusa una que acusa, ‘Cifu’. Casi más clara que el propio y cristalino informe de la Guardia Civil, por mucho que Velasco, el juez al que también le importa más la pasta que la justicia, y que por eso mismo abandonará su puesto para acceder a un ascenso bien retribuido, haya decidido no querer ver motivo fundado para imputarte.
La próxima vez invéntate algo más sólido y consecuente… rubia.
P.S. Se me olvidaba… “¿De verdad alguien tiene duda de que yo he podido cometer un hecho ilícito?” ¡Nos ha jodío mayo! Pero vamos, duda ninguna, absoluto convencimiento. Nadie que esté en el PP está limpio del todo, pero nadie que haya mamado del PP desde la época de AP puede no estar de mierda hasta las orejas.
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