Los españoles malditos (y benditos) del Club Bilderberg –
18-23 minutes
En años recientes, estar en el Club Bilderberg -el “cerebro del mundo”– era una garantía de éxito social y profesional, pero los tiempos han cambiado. El descenso a los infiernos de muchos de ellos (Rodrigo Rato, Esperanza Aguirre, Narcís Serra… ¿el rey abdicado?) y el fracaso en la elección de las jóvenes promesas políticas hacen presagiar un futuro muy negro tanto para el Club como para sus socios.
En
los últimos años, Bilderberg está demostrando su ineficacia, aferrado a
un pasado de estadísticas y artificios en el que dominó la propaganda
como un juguete en manos de niños. Con su líder, el multimillonario David Rockefeller, fallecido
a escasos tres meses de la próxima reunión (entre finales de mayo y
principios de junio en un lugar aún secreto), el triunfo en EEUU del
único presidente que desde la II Guerra Mundial no es un bilderberg, la
salida de Gran Bretaña de su criatura estrella, la UE, y el mal cálculo
para elegir a los líderes del presente, parece que el ultrasecreto club está perdido.
En España ya son muchos los bilderbergs (Jordi Pujol, el ex gobernador del Banco de España Mariano Rubio, o Federico Trillo,
entre una larga lista de nombres poderosos) que tras disfrutar las
mieles de su exclusivo Olimpo han descendido a los infiernos. La clave
está en el factor psicológico. El peligro, la maldición, se encuentra
ahí. De repente, los invitados al cónclave se ven rodeados de las personas más poderosas del planeta,
las que realmente toman las decisiones, los propietarios de los grandes
conglomerados mediáticos, los banqueros, los jefes militares, la CIA,
los reyes… y creen que son uno más entre iguales. Y entonces es cuando
se confunden porque, en realidad, los amos del mundo, los bilderbergs, los consideran sus peones,
los que necesitan para desarrollar sus guerras económicas, militares y
propagandísticas. Los agregados creen que si tuvieran un problema, sus
amigos bilderbergs acudirían en su ayuda. Pero no. Es un juego psicológico complejo donde los amigos y los enemigos son los mismos.
Si no, que se lo digan a los caídos Rodrigo Rato, Narcís Serra,
Esperanza Aguirre, Pedro Sánchez, Jordi Pujol o al propio rey Juan
Carlos.
Españoles malditos y benditos
La
caída más espectacular fue la del rey Juan Carlos, obligado a abdicar.
Hay a quienes, de momento, les va muy bien. Pero con Bilderberg nada es
seguro. No puedes fiarte de ellos. Juan Luis Cebrián, Matías Rodríguez Inciarte (colocado al frente de los Premios Princesa de Asturias, desde donde se han otorgando muchos galardones a bilderbergs) y Javier Solana (el primer presidente oficioso de la UE) son los que mejor han sabido aprovechar la network de Bilderberg. Y no me olvido de Antonio Garrigues Walker,
socio de los Rockefeller y vicepresidente europeo de la Comisión
Trilateral, quien asegura que tanto ésta como Bilderberg “son el cerebro
del mundo”.
De Holanda a Sitges pasando por La Toja
El Club Bilderberg debe su nombre al primer lugar donde se celebró la reunión, en 1954, el hotel Bilderberg (Holanda). España ha acogido sus reuniones en dos ocasiones. La primera, en mayo de 1989, en La Toja (única vez que asistió el rey Juan Carlos). Y en junio de 2010, en Sitges.
Son
cada vez más los bilderbergs españoles que han terminado sufriendo el
ostracismo. Aquí la lista completa de los españoles que han asistido a
Bilderberg desde¿1978…?
Esperanza Aguirre: Un solo minuto de gloria
Esperanza Aguirre tuvo el honor de ser invitada al cónclave en los años 1999 y 2000. Era presidenta del Senado. Tras su paso por Bilderberg fue elegida presidenta de la Comunidad de Madrid, convirtiéndose en la primera mujer que accedió a dicho cargo.
Para
mi sorpresa, Aguirre me confirmó su asistencia a las reuniones: “He
estado en dos ocasiones, cuando era presidenta del Senado; me invitó
Matías Rodríguez Inciarte”.
-¿Qué temas trataron en ambas reuniones?
-Eso ya no puedo decírselo, señorita, porque ellos son muy discretos.
La entonces presidenta de la CAM había utilizado la palabra mágica: “discretos”, la misma que una y otra vez repiten los bilderbergs para defenderse
de las acusaciones de conspiradores en la oscuridad y que han tomado
directamente de los masones, ya que su plana mayor lo es. ¿Lo sabría
ella?
-Lo que sí puedo comentarle es el rito que utilizan en las reuniones: sólo te permiten hablar durante un minuto;
transcurrido ese tiempo, se enciende una luz roja en la sala que indica
que tu momento ha terminado. Se parece a los métodos de algunos
programas de televisión. Hayas acabado o no de exponer lo que querías,
ya no puedes decir más.
Pero esta no sería su última revelación.
-A mí, como
soy de la letra A -continuó-, me tocó hablar cerca de Agnelli y de un
portugués muy gracioso del que ahora no recuerdo el nombre. Se reía
mucho porque le dije: “Me he leído su currículum”. Y él me miraba
asombrado: “¿De verdad se ha leído mi currículum?”. Y nos reímos mucho. Aguirre se refería al portugués Joaquín Freitas do Amaral, cofundador del Centro Democrático Social
(CDS) en 1974, tras la Revolución de los Claveles, que tantas
inquietudes provocó en el seno del Club ante el posible triunfo y
contagio a otros países europeos de su gran enemigo: el comunismo de la URSS.
¡Un
solo minuto! ¡Un minuto glorioso! Pocas veces la expresión “el tiempo
es oro” adquiriere mayor sentido. Aguirre desveló otros detalles:
-También puedo decirle que no está permitido llevar escolta.
-Entonces, ¿cómo y con quién llegan hasta el lugar de destino? -le pregunté.
–Ellos te recogen en el aeropuerto y te llevan directamente hasta el hotel. La escolta no está permitida, pero sí los palos de golf.
Y es que el golf es otro de los iconos de Bilderberg. El hotel elegido debe tener un campo.
Aguirre
comenzó a caminar por el pasillo con paso firme hacia adelante. Su
férrea determinación de marcharse hizo que yo tuviera que alzar la voz
para que me oyera:
-¿Le gustó la experiencia de asistir a Bilderberg? -grité a unos metros de distancia.
-¡Me encantó! –exclamó ella.
Esperanza Aguirre es la única asistente española que ha compartido sus impresiones con una periodista. El resto ha declinado mis solicitudes y el día que abordé a Pepiño Blanco
en una feria local en Ordes, en 2013, huyó como alma que lleva el
diablo cuando le nombré el Club Bilderberg. El miedo al verdadero poder
desfiguró su rostro. Él lo conoce bien. Era íntimo del presidente Zapatero, que asistió en 2010 a la reunión en Sitges
y tuvo que acatar sus mandatos en plena crisis global. Y es que la
discreción impuesta por sus miembros, a la que se refirió Aguirre, les
impidió explicarme que en estas reuniones se elabora y fortalecen las alianzas entre la élite transatlántica para el diseño de la agenda geopolítica mundial a desarrollar a corto, medio y largo plazo.
Me pregunté entonces si Aguirre sería una de las invitadas
que conoce las intenciones ocultas de Bilderberg o si era una de las
denominadas “inocentes“. De un modo u otro, su reciente descenso a los infiernos ha demostrado que para sus supuestos amigos sólo era un juguete de usar y tirar
según los intereses y conveniencias del momento. Hoy, aquellos amigos
con los que se sintió encantada no han abierto la boca ni efectuado
gestión alguna para defenderla.
El Rey Juan Carlos: principio y fin
Pero si hay un español que ha sufrido como ningún otro el zarpazo maldito de los ‘amos del mundo’ es el rey Juan Carlos. La humillación de ser obligado a abdicar,
pese a que él había decidido morir en la cama como lo hacían los reyes
del Medievo. Para comprender el suceso en toda su dimensión hay que
retroceder unos años atrás y fijar el foco en una serie de documentos
confidenciales que se repartieron entre los asistentes.
A primera hora de la mañana del 26 abril de 1968, la ciudad de Mont Tremblant,
en la provincia de Quebec (antigua colonia francesa), Canadá, comenzaba
a recibir los primeros huéspedes. En total, 76 participantes del
Gobierno y la política, la universidad, el periodismo, la diplomacia, la
industria, la justicia, la banca, el ejército, el espionaje, así como
fundaciones y organismos internacionales llegados de la Europa
occidental y EEUU para celebrar la 73º reunión Bilderberg. El club se reunía en la ‘oscuridad’ para debatir acerca del inminente futuro de España
sin que un solo español estuviese presente en la sala. La marcada
ausencia no podría impedir que aquellos manipuladores influyeran
poderosamente en el destino de cada uno de nosotros.
En el momento determinado, llegó la hora del debate sobre el futuro de España bajo el epígrafe ‘Las posibilidades de seleccionar a Juan Carlos de Borbón como sucesor del Generalísimo Francisco Franco’. Entonces, según ha quedado reflejado en las actas oficiales, el moderador expresó lo siguiente:
“El
fondo del debate se basa en dos documentos de trabajo -ambos elaborados
por el Grupo de Trabajo especial presidido por el ex subsecretario de
Estado George Ball- repartidos antes de la reunión. Estos documentos, y
las observaciones generales de su autor previas a la reunión, se resumen
a continuación.
El ex subsecretario de Estado de EEUU comenzó señalando que existe un acuerdo bastante generalizado para que Juan Carlos de Borbón asuma el cargo como sucesor de la Nación en el momento de la muerte del Generalísimo.
El Grupo de Trabajo propone insistir a Franco que el futuro príncipe no
sólo está perfectamente capacitado para asumir la alta misión, sino que
también posee las cualidades necesarias para convertirse en el futuro
rey”. El núcleo duro de Bilderberg y el Grupo de Trabajo especial dió a conocer sus intenciones
al resto de los miembros para que todos trabajasen en convencer a
Franco de que Juan Carlos era el mejor entre todos los candidatos. Tan
solo un año después, en 1969, el Jefe de Estado lo proclamó oficialmente
su sucesor. Juan Carlos sabía que su coronación como Rey de España dependería de encontrar a los aliados adecuados
y, ajeno a la jugada de ajedrez de Bilderberg, que buscaba asegurarse
el control de España tras la muerte de Franco, el ya heredero oficial,
que no las tenía todas consigo, envió en 1975 un emisario fuera del
control diplomático a solicitar la alianza del entonces Secretario de
Estado de EEUU, el bilderberg Henry Kissinger, como demuestro con
documentos desclasificados por la NSA y la CIA en mi libro anterior, Los planes del Club Bilderberg para España.
Y
es que la clave para entender la abdicación no es analizar lo que
ocurre en España. Se dijo que Urdangarín, la irrupción de Podemos, la
corrupción… pero eso sólo son noticias de portada, como diría la CIA.
Hay que analizar qué papel juega España (miembro de la UE, de la OTAN,
un país que estaba paricipando en las negociaciones secretas del Tratado
Transtlántico de comercio e Inversiones) en todos estos asuntos y en
sus variadas alianzas. Juan Carlos se creyó el rey del ajedrez cuando en realidad solo era un peón.
Y así se lo hicieron saber sus antiguos aliados un día después de la
reunión Bilderberg de 2014. Es un símbolo de poder que nadie puede
ignorar. Es el verdadero juego de tronos.
Bilderberg en Galicia
En los años dulces de su reinado, don Juan Carlos y doña Sofía fueron los anfitriones de la reunión Bilderberg de 1989,
que tuvo lugar en el Gran Hotel de La Toja. El ya clásico y legendario
desfile de limusinas y autos negros de alta gama que transportan a los
bilderbergs desdibujó el horizonte gallego. Zodiacs, helicópteros y
sofisticadas antenas parabólicas, propias de una película de James Bond,
convirtieron La Toja en un búnker infranqueable.
La Toja desde dentro
Pero, ¿qué estaba pasando dentro? ¿Cuál era el motivo de tal blindaje? El
cónclave se selló para tratar, entre otros, los cambios que se estaban
produciendo en la URSS y el avance hacia la unión monetaria europea
que ya habían diseñado. Sin embargo, lo que ocurre en las reuniones y
la forma en la que se desarrollan sigue siendo uno de los secretos mejor
guardados por Bilderberg. He dedicado años a la investigación para
encontrar el relato de algunos hechos en el libro del lord británico Jeremy John Durham Ashdown, conocido como Paddy Ashdown, uno de los bilderbergs más relevantes
e influyentes de Europa, que asistió a la reunión española. Entonces
acababa de fundar el Partido Liberal Demócrata (“The Lib Dem’s”).
Diez años después de su estancia en La Toja publicó su primer libro de memorias políticas, The Ashdown Diaries. Volume One 1988-1997.
Entre las páginas 42 y 47 relató su paso por Galicia. Por su
importancia en mi investigación reproduzco lo más destacado del
texto:”jueves, 11 de Mayo, Santiago de Compostela. A las dos de la tarde
cogí un avión en el aeropuerto londinense de Heathrow con destino a
Santiago de Compostela para asistir a la conferencia de Bilderberg en la
que, según me habían contado, participaban las cincuenta personas que gobiernan el mundo. Cuando llegué, descubrí que estaban Henry Kissinger; Lord Carrington; el Rey y la Reina de España; el Rey de Holanda; el presidente de España, Felipe González; el Primer Ministro de Bélgica, Wilfried Martens; y muchos ministros del Gobierno Tory. La cena fue excelente. Me comí una docena de ostras y pescado. Fue divertido […]”.
“Viernes
12 de Mayo, Santiago de Compostela. Nos sentamos en una sala con
enormes ventanales que miraban al mar. El primer debate versó sobre el
reciente desarrollo de la Europa del Este. Por la tarde, la discusión, liderada por lord Carrington, giró sobre el control de armas
y en ella Henry Kissinger y Teo Sommer (editor de Die Zeit) aportaron
sus puntos de vista. Fue fascinante. Kissinger fue un poco lento al
empezar, pero luego se transformó en un orador deslumbrante”.
“A
continuación hablamos sobre Europa (…). El consenso general fue que la
economía de la Unión Soviética es la más inestable y propicia a la
caída, junto con la mayoría de los países del bloque del Este. Por ello,
el Oeste no debería propiciar la ruptura del Pacto de Varsovia sino que tendría que ayudar al proceso de reagrupación de la mejor manera posible (…)”.
“Sábado 13 de Mayo, Santiago de Compostela. Por la mañana tratamos las relaciones entre EEUU y la URSS.
Fue, de lejos, la mejor sesión. Rosanne Ridgeway, la jefa del equipo de
Desarme de la Casa Blanca, explicó su postura. Es una mujer admirable,
que domina todo lo que gira a su alrededor (…)”.
“Ya por la tarde, hablamos sobre la unión monetaria en Europa. Casi todo el mundo atacó a la señora Thatcher, incluso sus más acérrimos admiradores”.
Ni
don Juan Carlos ni doña Sofía han emitido nunca un comunicado oficial
respecto a su participación en Bilderberg. También estuvieron en el
balneario pontevedrés Miguel Boyer (por entonces,
miembro del Comité de Expertos para el Estudio de la Unión Monetaria y
Económica de Europa, Comité Delors, que diseñó el Plan Delors para la
moneda única europea), Jesús Polanco, dueño del grupo PRISA, ya fallecido, Francisco Pinto Balsemao, ex primer ministro de Portugal o David Rockefeller.
Felipe González: “Es muy útil”
Aunque Felipe González también ha eludido hablar conmigo sobre Bilderberg, su jefe de prensa me envió las declaraciones que hizo a la agencia EFE el 12 de mayo de 1989 a la entrada del balneario de La Toja. El entonces presidente del Gobierno español asumía su tercera legislatura
(aún le quedaba otra por delante) y al país le tocaba en turno la
presidencia de la Comunidad Europea, como se llamaba entonces a la Unión
Europea. El líder socialista afirmó a su llegada que esta reunión “es
muy útil”, porque en ella participan una representación simbólica de
algunos de los grandes del pensamiento y de algunos intereses
importantes en Europa occidental y Estados Unidos.
Al día siguiente, la agencia de noticias preguntó a González por el desarrollo de la primera sesión de reuniones.
-¿Se está bien en La Toja?
-(González): Muy bien, muy bien. Verdaderamente interesante el nivel del debate… A veces es duro, pero muy bonito.
-¿Alguna perspectiva nueva de lo que se ha hablado?
-(González):
Hombre, ha habido un análisis muy interesante, yo creo, de relaciones
Este-Oeste. Y un análisis muy interesante de perspectivas de la
Comunidad Europea. Los dos temas han sido… son hasta ahora, los que se
han tocado y en los que se ha profundizado. Mañana hay uno
extraordinario de Medio Ambiente con una ponencia que ya he leído, que
es espléndida…
También se le preguntó al presidente por asuntos de política interior y por la cumbre extraordinaria de la OTAN
que se celebraría a finales de ese mes y en la que se iba a tratar,
entre otros asuntos, la modernización de los misiles de los aliados. Aún
es un peón útil para Bilderberg, pero el mito del Prometeo sevillano ya
no hipnotiza a las masas.
Pujol, un “apestado”
Pero
la maldición de Bilderberg radica en que ignoran que los líderes no se
fabrican. Solo quien tiene carisma puede ser pulido, por ello las
expectativas acaban siendo malditas. Por ejemplo, el entonces presidente de Cataluña, Jordi Pujol,
fue invitado en 1991 y nunca más volvió después de que su discurso
sobre el nacionalismo lo convirtiera en un auténtico apestado. La palabra “nacionalismo” es la peor de las blasfemias.
Otros que han sufrido la más completa ignorancia, el destierro e incluso la lapidación, han sido el vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra; el ex gobernador del Banco de España, Mariano Rubio en tiempos de Felipe González; o el ex director gerente del Fondo Monetario Internacional, Rodrigo Rato. Por su parte, al ex ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, el grado de intimidad que había alcanzado con los bilderbergs tras su paso en 2014 por el cónclave, le ha costado la venganza de Rajoy, cuyo Gobierno ha sido ninguneado en las últimas convocatorias del club.
Otro maldito es Luis de Guindos,
que se dio de bruces cuando ya se veía como ganador en su pugna contra
Jeroen Dijsselbloem para liderar el Eurogrupo. Compañeros del Partido
Popular le espetaron a la vicepresidenta Saenz de Santamaría que no hubiera hecho uso de su amistad con Cebrián
(el único español actual del Steering Committee) para conseguir que De
Guindos fuera a Bilderberg a recabar apoyos. De nada le sirvió el viaje
relámpago que hizo ese fin de semana a Berlín para solicitar el respaldo
de Merkel.
En los dos últimos años, el Gobierno español ha sido ignorado mientras Bilderberg vio fracasar su elección de Pedro Sánchez como joven promesa en 2015.
El entonces secretario general del PSOE llegó a renegar de ellos. El
pasado año, huyendo de la polémica que se generó en el seno del PSOE con
Sánchez, Albert Rivera pasó su invitación al representante económico de Ciudadanos, Luis Garicano, quien prometió que relataría su experiencia en Bilderberg a su vuelta. Aún estamos esperando.
Realmente,
Bilderberg no atina. Con su líder, David Rockefeller, ya fallecido, el
triunfo de Trump (el único presidente de EEUU, además de Kennedy, que
desde la Segunda Guerra Mundial no es un Bilderberg), la salida de Gran
Bretaña de su criatura estrella, la UE, y el mal cálculo para elegir a
los líderes del presente, le auguro un futuro muy negro. A pesar de la evidencia acerca de que los ‘amos del mundo’ están siempre al acecho, el club ultrasecreto está muy perdido.
¿Sabe a dónde va? ¿Está Bilderberg maldito?
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