Unas
23.000 personas fallecieron en México durante el 2016 por la guerra del
narcotráfico, siendo el segundo país del mundo, después de Siria, en
situación de violencia con mayor cantidad muertos, reveló el informe anual del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) de Londres publicado este martes.
El
Sistema Nacional de Seguridad Pública de México tiene registrados
20.824 homicidios dolosos en 2016, cifra que incluye a víctimas del
narcotráfico y de la violencia en general.
Solo
Siria supera a México con 50.000 por el conflicto que empezó en 2014, en
el cual las fuerzas de seguridad del Estado se enfrentan a la oposición
armada (mercenarios) y a grupos terroristas con el autodenominado
Estado Islámico (Daesh en árabe) y el Frente al-Nusra.
El
número total de muertos en conflictos en el mundo se redujo ligeramente
en 2016, con 157.000 víctimas frente a las 167.000 de 2015.
El
director general del IISS, John Chipman, indicó que “el número de
muertes en México supera el de Afganistán y Somalia”. Añadió que ese
dato “es sorprendente considerando que las muertes se pueden atribuir en
casi todos los casos a armas pequeñas”.
Chipman explicó que el conflicto mexicano está “marcado por la ausencia de artillería, tanques o aviación de combate”.
Después
de Siria y México, los países con mayor cantidad de muertos por
situaciones de violencia son: Iraq, Afganistán, Yemen, Somalia, Sudán,
Turquía, Sudán del Sur y Nigeria. En todos los civiles son los que
“continúan sufriendo a gran escala”. Solo en Sudán hubo 19.000
desplazados en 2016.
Violencia en México y el Triángulo Norte de América
“En
los cuatro países, las fuerzas armadas se han desplegado durante muchos
años específicamente para luchar contra las bandas criminales y, en el
caso de México, los cárteles transnacionales del narcotráfico, con armas
militares y vastos recursos financieros”, explica el investigador de
seguridad y desarrollo del Instituto Internacional de Estudios
Estratégicos, Antonio Sampaio, en un artículo titulado “La tasa de
asesinatos en México”.
Sampaio indica que a diferencia de conflictos políticos tradicionales, conflictos criminales en estos cuatro países son para establecer su autonomía territorial, no para perseguir objetivos político-ideológicos nacionales.
Estas guerras del crimen “amenazan a los componentes fundamentales del Estado: la actividad empresarial, el desarrollo socioeconómico, el funcionamiento de las instituciones y el Estado de Derecho”, resalta en su artículo.
Sampaio indica que a diferencia de conflictos políticos tradicionales, conflictos criminales en estos cuatro países son para establecer su autonomía territorial, no para perseguir objetivos político-ideológicos nacionales.
Estas guerras del crimen “amenazan a los componentes fundamentales del Estado: la actividad empresarial, el desarrollo socioeconómico, el funcionamiento de las instituciones y el Estado de Derecho”, resalta en su artículo.
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