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Disidentes cubanos a favor del bloqueo económico. #CubaEsNuestra #Cuba
Publicado el
Por Arthur González
Los calificados eufemísticamente “disidentes” en Cuba, creados por la CIA según documentos desclasificados, y sostenidos financieramente por el gobierno de Estados Unidos, le han solicitado por escrito al presidente Donald Trump que mantenga el bloqueo económico, comercial y financiero establecido por Washington desde 1962, con el objetivo de “debilitar la vida económica de Cuba, negarle dinero y suministros para disminuir los salarios reales y monetarios, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”, tal y como propuso el entonces sub secretario de Estado Lester Mallory, el 06.04.1960.
Esos que, siguiendo instrucciones de sus jefes estadounidenses, acusan a Cuba de “violar” los derechos humanos, respaldan la más cruel y criminal violación de los derechos de todos los cubanos y toda medida que afecte a su pueblo.
En ese sentido, también enviaron una carta a la Unión Europea donde manifiestan su oposición a la reciente votación del Parlamento Europeo, donde aprobaron el acuerdo de entendimiento entre la Unión Europea y el gobierno cubano, dandole entierro a la criminal Posición Común europea, adoptada en 1996 a propuestas del español José María Aznar, que perseguía idénticos fines que la guerra económica impuesta por los yanquis.
Si eso es lo que desean para el pueblo cubano los llamados “opositores”, ¿con qué moral pueden exigirle a Virginia Dandan, experta de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en derechos humanos y solidaridad internacional, durante su visita a Cuba, del 11 al 13 de julio 2017?
Los “disidentes” más conocidos por sus constantes viajes a Estados Unidos, como Berta Soler, Guillermo Fariñas Antonio Enrique González-Rodiles, Jorge Luis García “Antúnez” y José Daniel Ferrer, le exigen a la alta funcionaria que durante su estancia escuche también la versión de los “oprimidos”.
A quiénes se refieren ellos por “oprimidos”, ¿a los que viven holgadamente sin sudar la camisa con los miles de dólares que reciben mensualmente desde Estados Unidos, o al pueblo trabajador que sufre las limitaciones que trae aparejada la guerra económica, arreciada por el gobierno yanqui con el propósito de evitar la satisfacción de las necesidades de la población?
Para los servidores de la Casa Blanca, la guerra económica no es una violación de los derechos humanos y pretenden que la señora Dandan, experta en derechos humanos y solidaridad internacional, se haga de la vista gorda por una política despiadada que según reconoce la CIA en uno de sus documentos:
“[…] El principal objetivo de los programas encubiertos de los Estados Unidos contra Castro es completar el aislamiento económico, político y psicológico…Estas medidas han sido en buena parte responsables de las actuales dificultades económicas de Cuba, pero pudieran adoptarse nuevas y eficaces medidas de guerra económica, […]”
Estas afirmaciones no son parte de ninguna propaganda comunista, como suelen llamar ellos, y si quedara alguna duda, solo deben leer lo expuesto por especialistas del Council on Foreign Relations, CFR, de Estados Unidos, publicadas en 1999, donde afirman sin sonrojo:
“La oposición de Estadas Unidos a la Revolución cubana y el apoyo a la democracia y al desarrollo en este hemisferio, lograron frustrar las ambiciones cubanas de expandir su modelo económico e influencia política”.
Por mucho que inventen represiones, arrestos y otras acciones parecidas, Cuba le mostrará a la experta de la ONU sus avances en materia de salud, educación, seguridad social, cultura, desarrollo científico y tecnológico, unido a la ayuda solidaria que brinda a los países que la necesiten, compartiendo lo poco que tiene y no lo que sobra, pues las limitaciones materiales producto de esa despiadada guerra económica, afectan cotidianamente al pueblo.
La funcionaria de origen filipino conoce perfectamente lo que son las brutales represiones policiales que se ejecutan en el mundo contra los ciudadanos que reclaman trabajo, salud y derechos a la vida, algo que los asalariados no pueden demostrar que les suceda en Cuba, donde no hay desaparecidos, fosas comunes con cientos de cadáveres sin identificar, y mucho menos periodistas asesinados.
Esos que le desean a su pueblo más sufrimiento causado por Estados Unidos, deberían exponer las orientaciones y el dinero que reciben para ejecutar provocaciones en la vía pública, para lograr que la policía los traslada a las estaciones para levantar actuaciones, donde no se les golpea, ni tortura o son desaparecidos, como sucede en México y otros países del mundo.
Sería muy beneficioso que se le muestre a la experta de la ONU los documentos remitidos por la misión diplomática estadounidense en la Habana, publicados en el sitio WikiLeaks, con el fin de que tenga una apreciación exacta de los criterios que tienen los yanquis sobre los llamados “disidentes”, como ese que expone sin tapujos:
“[…] en nuestra opinión, son muy pocos los disidentes, si es que hay alguno, con una visión política aplicable a un gobierno futuro. Pese a que no lo admitirían, los disidentes son poco conocidos en Cuba fuera del círculo de los diplomáticos extranjeros y la prensa […] la búsqueda de recursos es su principal preocupación…”
Pero lo de mayor efectividad son las fotos que ellos mismo toman de las detenciones que califican de “arbitrarias”, pues vista hace fe y ahí sino hay engaños.
Cada visita a Cuba de cualquier funcionario, incluidos los congresistas y senadores de Estados Unidos, le permite comprobar las mentiras de las campañas mediatecas contra la Revolución y es por eso que 11 administraciones yanquis les impiden a sus ciudadanos viajar libremente a la Isla, porque como afirmó José Martí:
“Ver para juzgar después”
Tomado de El Heraldo Cubano
Los calificados eufemísticamente “disidentes” en Cuba, creados por la CIA según documentos desclasificados, y sostenidos financieramente por el gobierno de Estados Unidos, le han solicitado por escrito al presidente Donald Trump que mantenga el bloqueo económico, comercial y financiero establecido por Washington desde 1962, con el objetivo de “debilitar la vida económica de Cuba, negarle dinero y suministros para disminuir los salarios reales y monetarios, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”, tal y como propuso el entonces sub secretario de Estado Lester Mallory, el 06.04.1960.
Esos que, siguiendo instrucciones de sus jefes estadounidenses, acusan a Cuba de “violar” los derechos humanos, respaldan la más cruel y criminal violación de los derechos de todos los cubanos y toda medida que afecte a su pueblo.
En ese sentido, también enviaron una carta a la Unión Europea donde manifiestan su oposición a la reciente votación del Parlamento Europeo, donde aprobaron el acuerdo de entendimiento entre la Unión Europea y el gobierno cubano, dandole entierro a la criminal Posición Común europea, adoptada en 1996 a propuestas del español José María Aznar, que perseguía idénticos fines que la guerra económica impuesta por los yanquis.
Si eso es lo que desean para el pueblo cubano los llamados “opositores”, ¿con qué moral pueden exigirle a Virginia Dandan, experta de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en derechos humanos y solidaridad internacional, durante su visita a Cuba, del 11 al 13 de julio 2017?
Los “disidentes” más conocidos por sus constantes viajes a Estados Unidos, como Berta Soler, Guillermo Fariñas Antonio Enrique González-Rodiles, Jorge Luis García “Antúnez” y José Daniel Ferrer, le exigen a la alta funcionaria que durante su estancia escuche también la versión de los “oprimidos”.
A quiénes se refieren ellos por “oprimidos”, ¿a los que viven holgadamente sin sudar la camisa con los miles de dólares que reciben mensualmente desde Estados Unidos, o al pueblo trabajador que sufre las limitaciones que trae aparejada la guerra económica, arreciada por el gobierno yanqui con el propósito de evitar la satisfacción de las necesidades de la población?
Para los servidores de la Casa Blanca, la guerra económica no es una violación de los derechos humanos y pretenden que la señora Dandan, experta en derechos humanos y solidaridad internacional, se haga de la vista gorda por una política despiadada que según reconoce la CIA en uno de sus documentos:
“[…] El principal objetivo de los programas encubiertos de los Estados Unidos contra Castro es completar el aislamiento económico, político y psicológico…Estas medidas han sido en buena parte responsables de las actuales dificultades económicas de Cuba, pero pudieran adoptarse nuevas y eficaces medidas de guerra económica, […]”
Estas afirmaciones no son parte de ninguna propaganda comunista, como suelen llamar ellos, y si quedara alguna duda, solo deben leer lo expuesto por especialistas del Council on Foreign Relations, CFR, de Estados Unidos, publicadas en 1999, donde afirman sin sonrojo:
“La oposición de Estadas Unidos a la Revolución cubana y el apoyo a la democracia y al desarrollo en este hemisferio, lograron frustrar las ambiciones cubanas de expandir su modelo económico e influencia política”.
Por mucho que inventen represiones, arrestos y otras acciones parecidas, Cuba le mostrará a la experta de la ONU sus avances en materia de salud, educación, seguridad social, cultura, desarrollo científico y tecnológico, unido a la ayuda solidaria que brinda a los países que la necesiten, compartiendo lo poco que tiene y no lo que sobra, pues las limitaciones materiales producto de esa despiadada guerra económica, afectan cotidianamente al pueblo.
La funcionaria de origen filipino conoce perfectamente lo que son las brutales represiones policiales que se ejecutan en el mundo contra los ciudadanos que reclaman trabajo, salud y derechos a la vida, algo que los asalariados no pueden demostrar que les suceda en Cuba, donde no hay desaparecidos, fosas comunes con cientos de cadáveres sin identificar, y mucho menos periodistas asesinados.
Esos que le desean a su pueblo más sufrimiento causado por Estados Unidos, deberían exponer las orientaciones y el dinero que reciben para ejecutar provocaciones en la vía pública, para lograr que la policía los traslada a las estaciones para levantar actuaciones, donde no se les golpea, ni tortura o son desaparecidos, como sucede en México y otros países del mundo.
Sería muy beneficioso que se le muestre a la experta de la ONU los documentos remitidos por la misión diplomática estadounidense en la Habana, publicados en el sitio WikiLeaks, con el fin de que tenga una apreciación exacta de los criterios que tienen los yanquis sobre los llamados “disidentes”, como ese que expone sin tapujos:
“[…] en nuestra opinión, son muy pocos los disidentes, si es que hay alguno, con una visión política aplicable a un gobierno futuro. Pese a que no lo admitirían, los disidentes son poco conocidos en Cuba fuera del círculo de los diplomáticos extranjeros y la prensa […] la búsqueda de recursos es su principal preocupación…”
Pero lo de mayor efectividad son las fotos que ellos mismo toman de las detenciones que califican de “arbitrarias”, pues vista hace fe y ahí sino hay engaños.
Cada visita a Cuba de cualquier funcionario, incluidos los congresistas y senadores de Estados Unidos, le permite comprobar las mentiras de las campañas mediatecas contra la Revolución y es por eso que 11 administraciones yanquis les impiden a sus ciudadanos viajar libremente a la Isla, porque como afirmó José Martí:
“Ver para juzgar después”
Tomado de El Heraldo Cubano
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