Corea del Norte criticó ayer las sanciones que Naciones Unidas aprobó el sábado como castigo por sus ensayos de misiles. El gobierno de Kim Jong-un redobló la apuesta y fue un poco más allá en su enfrentamiento con Estados Unidos, principal impulsor de las medidas que imponen más presión sobre la economía del país asiático, al asegurar que está listo para hacer que Washington pague un precio “por su odioso crimen” contra la nación y el pueblo norcoreanos, en un texto publicado por la agencia estatal de noticias KCNA. En paralelo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se comunicó con su par de Corea del Sur, Moon Jae-in, para analizar el impacto de las acciones y profundizar su alianza para enfrentar a Pyongyang. Las sanciones contra el gobierno norcoreano impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU abrieron una nueva brecha en la relación entre China y Estados Unidos. Beijing manifestó su total apoyo a las medidas, aunque resaltó la necesidad de que no afecten en exceso a la economía norcoreana; el jefe del Comando del Pacífico de Estados Unidos, el almirante Harry Harris, dijo que sospecha de la sinceridad de China a la hora de apoyar el castigo impuesto.
“Llevaremos a cabo una acción justa y decisiva contra Estados Unidos tal y como ya hemos advertido”, señaló ayer en un comunicado Pyongyang, que considera que el castigo aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU constituye una violación de su soberanía y de su derecho al desarrollo. “Mientras Estados Unidos siga manteniendo su política hostil y su chantaje atómico no nos moveremos ni un ápice del camino marcado para fortalecer nuestro poder nuclear”, agregó la nota oficial. Corea del Norte defiende que su programa nuclear y de misiles sólo pretenden disuadir a Estados Unidos, país con el que se mantiene técnicamente en guerra desde más de 60 años, de una posible invasión.
Washington realizó en los últimos meses demostraciones de fuerzas en el mar de Corea que incluyeron el despliegue de un portaaviones, un submarino nuclear y, más recientemente, hace una semanas, el envío de dos aviones bombarderos, lo que sumado a las declaraciones vertidas por Trump, hacen temer la posibilidad de un ataque preventivo. Este escenario no privó a Corea del Norte de continuar con los ensayos que provocaron las sanciones ordenadas por la ONU el sábado pasado.
Según Al Jazeera, Corea del Norte estaría dispuesta a darle a Estados Unidos una “severa lección” si Washington toma medidas militares contra Pyongyang, señaló el ministro de Relaciones Exteriores de ese país. “En ninguna circunstancia pondremos las armas nucleares y los cohetes balísticos en la mesa de negociaciones”, dijo Ri Yong-ho en un comunicado difundido ayer en Manila, la capital de Filipinas, donde asistía a una reunión regional de la Asociación del Sur Naciones de Asia Oriental (Asean). “Tampoco vacilaremos ni siquiera un centímetro del camino para reforzar las fuerzas nucleares elegidas por nosotros mismos, a menos que la política hostil y la amenaza nuclear de Estados Unidos contra Corea del Norte sean fundamentalmente eliminadas”, agregó el texto.
En tren de trabar alianzas, los presidentes de Corea del Sur y de Estados Unidos, Moon Jae-in y Donald Trump, mantuvieron una conversación telefónica ayer en la que valoraron positivamente las nuevas sanciones. Durante el intercambio telefónico, Moon le dijo a Trump que el paquete aprobado de manera unánime por el Consejo de Seguridad constituye un hecho sin precedentes, según recogió un comunicado remitido por la oficina presidencial surcoreana. Moon expresó su deseo de que la batería de medidas de la ONU, que impone vetos sustanciales sobre varios sectores de la economía norcoreana, pueda servir de catalizador para un cambio de actitud de Corea del Norte. Trump consideró un cambio importante el que se adoptaran esas sanciones “contundentes y exhaustivas” de manera unánime y subrayó los votos a favor de China y Rusia (los dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad más cercanos a Corea del Norte).
Por otro lado, el portavoz de Asuntos Exteriores chino, Geng Shuang, sostuvo que la resolución de la ONU “sirve al objetivo de salvaguardar la paz y la estabilidad y de avanzar en la desnuclearización”. Pero el jefe del Comando del Pacífico de Estados Unidos, el almirante Harry Harris, puso en duda el apoyo de China a las sanciones. Aseguró que Beijing “ha demostrado su capacidad para asistir a Pyongyang” en el pasado y agregó que el gigante asiático es “clave a la hora de lograr un desenlace pacífico en la península de Corea”.