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El submarino nuclear estadounidense USS John Warner lleva ya 8 días atracado en el puerto de Gibraltar y está siendo sometido a algún tipo de reparación que no se ha dado a conocer, como se puede apreciar por la foto que acompaña esta información de Noticias Gibraltar y en la que se aprecia claramente un andamio en la vela del sumergible.
El submarino de ataque SSN 785 John Warner llegó a Gibraltar a primera hora del pasado día 25 de marzo, con un día de retraso sobre su escala prevista y después de participar en unos ejercicios de lucha antisubmarina de la OTAN en aguas del Mediterráneo. La llegada del submarino nuclear estadounidense resultó muy significativa ya que hacía casi dos años que no atracaba en Gibraltar ningún buque de estas características y nacionalidad, concretamente desde el 16 de abril de 2016 cuando estuvo en el Peñón el SSGN Florida.
Al principio se especuló con la posibilidad de que el USS John Warner estuviera procediendo a la carga o descarga de sus misiles o torpedos, ya que el Peñón comparte almacenamiento de municiones con las Marinas británica y estadounidense, pero las imágenes demuestran que está siendo reparado, probablemente en los sensores situados en la vela, que es donde se localiza la estructura de andamios.
Ya había llamado la atención el inusual tiempo transcurrido desde que atracó en Gibraltar el sumergible nuclear, ocho días hasta la fecha, pero ahora las fotografías demuestran que está siendo sometido a reparaciones cuyo verdadero alcance es desconocido y del que no se ha informado.
El USS John Warner, con numeral SSN 785 en la Marina de Estados Unidos, es un submarino de ataque de última generación, dotado de propulsión nuclear y armado con misiles Tomahawk y torpedos MK48. Fue entregado a la Marina norteamericana en 2015 y tiene su base en Norfolk.
Seminario del Foro Recuperemos Gibraltar: Gibraltar, problema acuciante
Serán los viernes del mes de abril, empezando por el día 6, a las 7’30 horas, en el Centro Riojano de Madrid, C. Serrano 25.
Día 6 : La victoria diplomática de España sobre Inglaterra en la ONU", por José María Carrascal
Día 13: "La apertura de la verja por el PSOE y sus consecuencias" por Guillermo Rocafort
Día 20: "Evolución de un problema decisivo hasta la guerra civil" por Salvador Fontenla
Día 27: "La situación actual y sus opciones", por Pío Moa.
La matrícula serán 5 euros por todo el seminario, a pagar el primer día en el mismo lugar.
Introducir el asunto de Gibraltar es ir rompiendo el marco de la política española actual, centrada en embrollos económicos de los que cada cual dice una cosa y nadie tiene idea clara.
Gibraltar, problema acuciante
Pío Moa
El territorio español de Gibraltar fue ocupado por una flota angloholandesa que previamente había bombardeado Barcelona. La toma se hizo nominalmente en nombre de España y a favor del Archiduque Carlos, aspirante al trono durante la Guerra de Sucesión. Sin embargo Inglaterra se quedó con el peñón, lo que ratificó el tratado leonino de Utrecht. Desde entonces, Inglaterra no ha cesado de vulnerar el tratado a su conveniencia, invadiendo aguas españolas, extendiendo el territorio y construyendo en él un aeropuerto, aprovechando la debilidad de los gobiernos de España. Ha sido además sede de intromisiones en los asuntos internos españoles, favoreciendo pronunciamientos militares, actuaciones separatistas, etc.
Actualmente, Gibraltar es la única colonia europea, una colonia que invade el territorio español, una auténtica violación permanente de España, centro de contrabando y de todo tipo de negocios opacos, que absorbe la riqueza del entorno, convirtiéndolo en una zona muy deprimida, la de mayor desempleo del país, corrompiendo a las de por sí muy corruptibles autoridades políticas de la región, fomentando el tráfico de drogas. Too ello en un punto estratégico especialmente sensible para España, por ser el centro del eje defensivo Baleares-Estrecho-Canarias.
Esta permanente e intolerable agresión no se queda en la mera existencia de la colonia, sino que define la posición internacional de España como país irrelevante, capaz de soportar lo que hoy no soporta casi ningún país no ya de Europa, sino del Tercer Mundo. Define asimismo la política internacional española, especialmente en relación con la OTAN. En esta organización, creada para contrarrestar el expansionismo soviético, pero que continúa con otros objetivos tras el fin de la URSS, Inglaterra es la principal potencia después de Usa y en muy estrecha relación con ella. En la OTAN, España es, y no puede ser otra cosa, que un país lacayo precisamente de la potencia ocupante de territorio español.
Basten dos datos para exponer esta realidad: la colonia es un punto cubierto por la OTAN, la cual no cubre en cambio las ciudades españolas de Ceuta y Melilla, indicio bien claro de que antes o después la OTAN encontrará interesante la entrega de esas ciudades a Marruecos. Otro dato: como miembro de la OTAN, España ha participado en agresiones brutales como la que ha convertido a Libia, país soberano y antes próspero, en un caos de guerras civiles, algo directamente contrario a nuestros intereses, y actualmente despliega tanques y aviones en el Báltico, en directa provocación a un país, Rusia, que no amenaza en absoluto a España, a las órdenes indirectas precisamente de la potencia que no amenaza sino que agrede directamente a nuestro país y lo ocupa en Gibraltar. Así convierten nuestras fuerzas armadas en un ejército lacayo, encargado de operaciones de interés ajeno, bajo mando ajeno y en idioma ajeno. Ningún país del mundo considera amigo y aliado a otro que invade su territorio. Ninguno salvo España, un país cuya clase política también se complace durante decenios en actividades como el apoyo y financiación de los separatismos. Algo sin precedentes en nuestra historia y que nos plantea la necesidad de cambios en profundidad.
Por tanto los gravísimos males representados por Gibraltar no afectan meramente a la soberanía del peñón y su entorno, sino a la propia política exterior de España, cuyos partidos han abandonado la tradicional neutralidad, de la que tanto se ha beneficiado el país e indirectamente el resto de Europa, para intentar satelizarnos a potencias que ni fueron ni son nuestras amigas. Y precisamente por ello afecta también muy directamente a la política interna, hoy en manos de unos dirigentes que no solo toleran tales cosas, sino que obviamente se benefician de ellas y aspiran a entregar la soberanía española a la OTAN y la burocracia de Bruselas, al paso que persisten en la financiación de los separatismos y de los ataques a nuestro idioma e integridad nacional. En los que se combina también la promoción de una verdadera colonización cultural por el inglés.
Los actuales políticos tienen el máximo interés en que estas realidades se difuminen, como si fueran un problemilla menor, y en que la opinión pública las ignore. Y por eso mismo es preciso que la sociedad civil se informe.
Por nuestra parte, para comenzar una labor de información, vamos a realizar un seminario bajo el título “Gibraltar, cuestión acuciante”, con cuatro sesiones en el mes de abril. La primera la tratará José María Carrascal, sobre la victoria diplomática de España sobre Inglaterra en la ONU; la segunda, sobre la reapertura de la verja por el PSOE, que convirtió la ruina para Inglaterra en ruina para el entorno español, por Guillermo Rocafort, autor de varios trabajos sobre el tema; la tercera, sobre cómo ha evolucionado el problema en la historia hasta la guerra civil, que dará Salvador Fontenla, general de brigada en la reserva; y la cuarta: opciones sobre la situación actual del conflicto, que daré yo mismo.
El submarino nuclear estadounidense John Warner está siendo reparado en Gibraltar… con el silencio cómplice de toda la clase política española
El submarino nuclear estadounidense USS John Warner lleva ya 8 días atracado en el puerto de Gibraltar y está siendo sometido a algún tipo de reparación que no se ha dado a conocer, como se puede apreciar por la foto que acompaña esta información de Noticias Gibraltar y en la que se aprecia claramente un andamio en la vela del sumergible.
El submarino de ataque SSN 785 John Warner llegó a Gibraltar a primera hora del pasado día 25 de marzo, con un día de retraso sobre su escala prevista y después de participar en unos ejercicios de lucha antisubmarina de la OTAN en aguas del Mediterráneo. La llegada del submarino nuclear estadounidense resultó muy significativa ya que hacía casi dos años que no atracaba en Gibraltar ningún buque de estas características y nacionalidad, concretamente desde el 16 de abril de 2016 cuando estuvo en el Peñón el SSGN Florida.
Al principio se especuló con la posibilidad de que el USS John Warner estuviera procediendo a la carga o descarga de sus misiles o torpedos, ya que el Peñón comparte almacenamiento de municiones con las Marinas británica y estadounidense, pero las imágenes demuestran que está siendo reparado, probablemente en los sensores situados en la vela, que es donde se localiza la estructura de andamios.
Ya había llamado la atención el inusual tiempo transcurrido desde que atracó en Gibraltar el sumergible nuclear, ocho días hasta la fecha, pero ahora las fotografías demuestran que está siendo sometido a reparaciones cuyo verdadero alcance es desconocido y del que no se ha informado.
El USS John Warner, con numeral SSN 785 en la Marina de Estados Unidos, es un submarino de ataque de última generación, dotado de propulsión nuclear y armado con misiles Tomahawk y torpedos MK48. Fue entregado a la Marina norteamericana en 2015 y tiene su base en Norfolk.
Seminario del Foro Recuperemos Gibraltar: Gibraltar, problema acuciante
Serán los viernes del mes de abril, empezando por el día 6, a las 7’30 horas, en el Centro Riojano de Madrid, C. Serrano 25.
Día 6 : La victoria diplomática de España sobre Inglaterra en la ONU", por José María Carrascal
Día 13: "La apertura de la verja por el PSOE y sus consecuencias" por Guillermo Rocafort
Día 20: "Evolución de un problema decisivo hasta la guerra civil" por Salvador Fontenla
Día 27: "La situación actual y sus opciones", por Pío Moa.
La matrícula serán 5 euros por todo el seminario, a pagar el primer día en el mismo lugar.
Introducir el asunto de Gibraltar es ir rompiendo el marco de la política española actual, centrada en embrollos económicos de los que cada cual dice una cosa y nadie tiene idea clara.
Gibraltar, problema acuciante
Pío Moa
El territorio español de Gibraltar fue ocupado por una flota angloholandesa que previamente había bombardeado Barcelona. La toma se hizo nominalmente en nombre de España y a favor del Archiduque Carlos, aspirante al trono durante la Guerra de Sucesión. Sin embargo Inglaterra se quedó con el peñón, lo que ratificó el tratado leonino de Utrecht. Desde entonces, Inglaterra no ha cesado de vulnerar el tratado a su conveniencia, invadiendo aguas españolas, extendiendo el territorio y construyendo en él un aeropuerto, aprovechando la debilidad de los gobiernos de España. Ha sido además sede de intromisiones en los asuntos internos españoles, favoreciendo pronunciamientos militares, actuaciones separatistas, etc.
Actualmente, Gibraltar es la única colonia europea, una colonia que invade el territorio español, una auténtica violación permanente de España, centro de contrabando y de todo tipo de negocios opacos, que absorbe la riqueza del entorno, convirtiéndolo en una zona muy deprimida, la de mayor desempleo del país, corrompiendo a las de por sí muy corruptibles autoridades políticas de la región, fomentando el tráfico de drogas. Too ello en un punto estratégico especialmente sensible para España, por ser el centro del eje defensivo Baleares-Estrecho-Canarias.
Esta permanente e intolerable agresión no se queda en la mera existencia de la colonia, sino que define la posición internacional de España como país irrelevante, capaz de soportar lo que hoy no soporta casi ningún país no ya de Europa, sino del Tercer Mundo. Define asimismo la política internacional española, especialmente en relación con la OTAN. En esta organización, creada para contrarrestar el expansionismo soviético, pero que continúa con otros objetivos tras el fin de la URSS, Inglaterra es la principal potencia después de Usa y en muy estrecha relación con ella. En la OTAN, España es, y no puede ser otra cosa, que un país lacayo precisamente de la potencia ocupante de territorio español.
Basten dos datos para exponer esta realidad: la colonia es un punto cubierto por la OTAN, la cual no cubre en cambio las ciudades españolas de Ceuta y Melilla, indicio bien claro de que antes o después la OTAN encontrará interesante la entrega de esas ciudades a Marruecos. Otro dato: como miembro de la OTAN, España ha participado en agresiones brutales como la que ha convertido a Libia, país soberano y antes próspero, en un caos de guerras civiles, algo directamente contrario a nuestros intereses, y actualmente despliega tanques y aviones en el Báltico, en directa provocación a un país, Rusia, que no amenaza en absoluto a España, a las órdenes indirectas precisamente de la potencia que no amenaza sino que agrede directamente a nuestro país y lo ocupa en Gibraltar. Así convierten nuestras fuerzas armadas en un ejército lacayo, encargado de operaciones de interés ajeno, bajo mando ajeno y en idioma ajeno. Ningún país del mundo considera amigo y aliado a otro que invade su territorio. Ninguno salvo España, un país cuya clase política también se complace durante decenios en actividades como el apoyo y financiación de los separatismos. Algo sin precedentes en nuestra historia y que nos plantea la necesidad de cambios en profundidad.
Por tanto los gravísimos males representados por Gibraltar no afectan meramente a la soberanía del peñón y su entorno, sino a la propia política exterior de España, cuyos partidos han abandonado la tradicional neutralidad, de la que tanto se ha beneficiado el país e indirectamente el resto de Europa, para intentar satelizarnos a potencias que ni fueron ni son nuestras amigas. Y precisamente por ello afecta también muy directamente a la política interna, hoy en manos de unos dirigentes que no solo toleran tales cosas, sino que obviamente se benefician de ellas y aspiran a entregar la soberanía española a la OTAN y la burocracia de Bruselas, al paso que persisten en la financiación de los separatismos y de los ataques a nuestro idioma e integridad nacional. En los que se combina también la promoción de una verdadera colonización cultural por el inglés.
Los actuales políticos tienen el máximo interés en que estas realidades se difuminen, como si fueran un problemilla menor, y en que la opinión pública las ignore. Y por eso mismo es preciso que la sociedad civil se informe.
Por nuestra parte, para comenzar una labor de información, vamos a realizar un seminario bajo el título “Gibraltar, cuestión acuciante”, con cuatro sesiones en el mes de abril. La primera la tratará José María Carrascal, sobre la victoria diplomática de España sobre Inglaterra en la ONU; la segunda, sobre la reapertura de la verja por el PSOE, que convirtió la ruina para Inglaterra en ruina para el entorno español, por Guillermo Rocafort, autor de varios trabajos sobre el tema; la tercera, sobre cómo ha evolucionado el problema en la historia hasta la guerra civil, que dará Salvador Fontenla, general de brigada en la reserva; y la cuarta: opciones sobre la situación actual del conflicto, que daré yo mismo.
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