En el año 2012 los economistas Daron Acemoglu y James A.
Robinson, profesores de economía en el MIT y en la Universidad de
Harvard respectivamente, publicaron su excelente libro Por qué fracasan los países: Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza
en el que introducen el concepto de economía extractiva, si hubieran
escrito el libro en 2019 entonces hubiesen incluido Madrid Central como
uno de sus ejemplos.
Madrid Central se implantó el último día de noviembre de 2018 con los objetivos de mejorar la calidad del aire en el centro de la ciudad y combatir el Cambio Climático, la base del plan consistía en aplicar una serie de limitaciones al tráfico rodado, de las que están exceptuados los residentes en los barrios afectados, que pueden llegar hasta la prohibición de la circulación para determinados vehículos.
Veamos algunos datos sobre Madrid Central, ocupa casi todo el Distrito Centro de Madrid en el que residen unas 150.000 personas, el 4,7 % de la población de la ciudad, un distrito al que, durante el gobierno municipal de Manuela Carmena, se le han asignado unas inversiones muy elevadas, así en 2016 (primer año completo de este gobierno municipal) se le asignó el 22,3 % del presupuesto municipal, este porcentaje se redujo drásticamente al 4,4 % en 2017 para estabilizarse en el 6,1 % en 2018 y en la primera mitad de 2019; en total se ha asignado al Distrito Centro el 8,7 % del presupuesto municipal.
Este nivel de inversiones no está proporcionado a la población del distrito, pero veremos que la desproporción real es aún mayor.
Lo que da como resumen que el Distrito Centro, con un 4,7 % de la población, recibió el 14,6 % del presupuesto total ejecutado, un porcentaje aún mayor que el presupuestado.
Se podría pensar que esta descompensación en la asignación del presupuesto puede deberse a la aplicación de políticas de redistribución de renta, unas políticas de las que ha hecho bandera el ayuntamiento de Manuela Carmena, pero resulta que el Distrito Centro es el séptimo con mayor renta per cápita de la capital, un 10 % superior a la media, y es el tercero en el ranking de precio de la vivienda por metro cuadrado.
Veamos a continuación cómo afecta esta redistribución de la riqueza a los demás distritos de la capital, para ello he seleccionado a los dos con más renta per cápita, Salamanca y Chamartín, y a los cuatro con menor renta per cápita, Puente de Vallecas, Villaverde, Usera y Carabanchel.
En el mismo periodo de tiempo, de 2016 a la primera mitad de 2019, Salamanca, con el 4,6 % de la población y el precio de vivienda más alto de la capital, ha recibido el 1,4 % del presupuesto municipal; y Chamartín, con el 4,4 % de la población, ha recibido en total el 1,7 % del presupuesto. Estos son los distritos de mayor nivel económico de la ciudad y han recibido menos presupuesto del que les corresponde por población, lo que podría tener sentido en una política de redistribución de la riqueza.
Veamos ahora como afecta esta redistribución a los barrios con menor renta, comenzamos por Puente de Vallecas, con un 7,1 % de la población de la capital, ha recibido el 3,7 % del presupuesto; Villaverde, el distrito con el precio de la vivienda, por metro cuadrado, más bajo de la ciudad y en el que residen el 4,6 % de la población, ha recibido un 4,9 % del presupuesto; Usera, con el 4,2 % de la población, ha recibido el 2,1 % del presupuesto, y Carabanchel, con el 7,6 % de la población, ha recibido en total el 3,6 %.
Es decir, que distritos con menor nivel de renta per cápita y mayor población que el Distrito Centro han recibido menos inversiones, concretamente entre una tercera y una séptima parte de las inversiones por habitante que ha recibido ese distrito, con el agravante de que son precisamente estos los distritos que sufren una mayor distorsión entre las cantidades ejecutadas y las presupuestadas que eran, respectivamente, del 12,8 %, 11,8 %, 6,7 % y 7,5 % del presupuesto municipal. Así que distritos que tenían presupuestadas mayores inversiones han recibido cantidades muy inferiores al Distrito Centro.
Por lo tanto, podemos considerar que Madrid Central es un programa que limita el tráfico en el distrito más favorecido por los presupuestos municipales, que es uno de los de mayor nivel de renta y de mayor precio de la vivienda, una limitación que sólo se aplica a los residentes de otros distritos y de otros municipios, ya que los residentes de la zona de Madrid Central están exentos de estas limitaciones. La única forma de eludir estas limitaciones y tener la posibilidad de circular en las mismas condiciones que un residente es disponer de un vehículo con Etiqueta Ambiental 0, es decir, disponer de un vehículo 100 % eléctrico, eléctrico de autonomía extendida, híbrido enchufable o de un vehículo alimentado con pila de combustible; vehículos, todos estos, de alto precio.
Además, estos requisitos no son recíprocos, ya que los residentes del Distrito Centro pueden circular, sin ningún tipo de limitación, por los demás distritos de la capital y por los demás municipios, sin importar el tipo de Etiqueta Ambiental del vehículo o, incluso, aunque no disponga de esta etiqueta.
Así, un residente en el Distrito de Puente de Vallecas, que tiene una renta per cápita media un 31 % inferior a la de un residente en el Distrito Centro, requiere de un vehículo con Etiqueta Ambiental para poder circular con limitaciones por Madrid Central y con Etiqueta Ambiental 0 para circular sin limitaciones, mientras que el residente del Distrito Centro puede circular por ambos distritos, sin ningún tipo de limitación, incluso aunque utilice un vehículo altamente contaminante como los que no disponen de Etiqueta.
A esto hay que sumar que, al estar limitado el tráfico en Madrid Central, el grueso del tráfico y, por lo tanto, de las emisiones de los vehículos se trasladan a los distritos periféricos, precisamente aquellos en los que tanto el precio de la vivienda como la renta per cápita de sus residentes es más baja.
Así, los residentes en los distritos con menor renta per cápita sufren a la vez aumentos de contaminación y limitaciones en la de circulación, los primeros no los pueden evitar de ninguna manera y las limitaciones en el tráfico sólo las pueden evitar adquiriendo vehículo de alto precio; mientras que los residentes en Madrid Central pueden disfrutar de un ambiente más limpio y, a la vez, moverse libremente por toda la ciudad aunque dispongan de vehículos de bajo precio altamente contaminantes, a lo que hay que añadir que reciben unas inversiones públicas superiores a los que les corresponde por su peso poblacional, lo que revaloriza más el precio de sus viviendas.
Las consecuencias de esta política son muy claras, mientras que en los distritos de Salamanca y Chamartín el precio de la vivienda aumentó en 2018, según el Instituto Nacional de Estadística INE, un 17,6 % y un 14,8 % respectivamente; y en los distritos de Puente de Vallecas la revalorización fue solamente del 7,4 %, en el de Villaverde del 9,2 %, en el de Usera del 13,2 % y en el de Carabanchel del 16,2 %; en el Distrito Centro la revalorización ha sido del 21,1 %, es decir, tres veces superior al de las viviendas de Puente de Vallecas, una revalorización desproporcionadamente alta, incluso, en comparación con la de los distritos de más alta renta de la capital; esto significa que se ha producido una transferencia de renta de los residentes de todos los distritos, y en especial de los residentes en los distritos con menor renta per cápita, a los residentes de uno de los distritos con la viviendas con mayor precio por metro cuadrado, los residentes en el Distrito Centro.
Con estos datos no nos puede extrañar que en las últimas elecciones municipales el partido de Manuela Carmena, Más Madrid, arrasara en el Distrito Centro con el 49 % de los votos, treinta y dos puntos porcentuales más que su inmediato competidor y dieciocho puntos superior al resultado obtenido en la ciudad, el 31 % de los votos.
Madrid Central ha demostrado ser una eficiente máquina de extracción de renta, y de compra de votos.
Foto: Diario de Madrid
Madrid Central se implantó el último día de noviembre de 2018 con los objetivos de mejorar la calidad del aire en el centro de la ciudad y combatir el Cambio Climático, la base del plan consistía en aplicar una serie de limitaciones al tráfico rodado, de las que están exceptuados los residentes en los barrios afectados, que pueden llegar hasta la prohibición de la circulación para determinados vehículos.
Veamos algunos datos sobre Madrid Central, ocupa casi todo el Distrito Centro de Madrid en el que residen unas 150.000 personas, el 4,7 % de la población de la ciudad, un distrito al que, durante el gobierno municipal de Manuela Carmena, se le han asignado unas inversiones muy elevadas, así en 2016 (primer año completo de este gobierno municipal) se le asignó el 22,3 % del presupuesto municipal, este porcentaje se redujo drásticamente al 4,4 % en 2017 para estabilizarse en el 6,1 % en 2018 y en la primera mitad de 2019; en total se ha asignado al Distrito Centro el 8,7 % del presupuesto municipal.
Este nivel de inversiones no está proporcionado a la población del distrito, pero veremos que la desproporción real es aún mayor.
Los residentes en los distritos con menor renta per cápita sufren a la vez aumentos de contaminación y limitaciones en la de circulación, los primeros no los pueden evitar de ninguna manera y las limitaciones en el tráfico sólo las pueden evitar adquiriendo vehículo de alto precioEl Ayuntamiento de Madrid se ha caracterizado estos años por no cumplir con los presupuestos, así del total presupuestado entre 2016 y la primera mitad de 2019 sólo se ha ejecutado el 37 %; sin embargo, en el Distrito Centro este porcentaje de cumplimiento es mucho mayor se eleva al 62 %, destacando el primer año completo de gobierno de Carmena, el año con mayor cantidad presupuestada, en el que el grado de cumplimiento alcanzó el 97 % mientras que la media en la ciudad fue del 73,1 %.
Lo que da como resumen que el Distrito Centro, con un 4,7 % de la población, recibió el 14,6 % del presupuesto total ejecutado, un porcentaje aún mayor que el presupuestado.
Se podría pensar que esta descompensación en la asignación del presupuesto puede deberse a la aplicación de políticas de redistribución de renta, unas políticas de las que ha hecho bandera el ayuntamiento de Manuela Carmena, pero resulta que el Distrito Centro es el séptimo con mayor renta per cápita de la capital, un 10 % superior a la media, y es el tercero en el ranking de precio de la vivienda por metro cuadrado.
Veamos a continuación cómo afecta esta redistribución de la riqueza a los demás distritos de la capital, para ello he seleccionado a los dos con más renta per cápita, Salamanca y Chamartín, y a los cuatro con menor renta per cápita, Puente de Vallecas, Villaverde, Usera y Carabanchel.
En el mismo periodo de tiempo, de 2016 a la primera mitad de 2019, Salamanca, con el 4,6 % de la población y el precio de vivienda más alto de la capital, ha recibido el 1,4 % del presupuesto municipal; y Chamartín, con el 4,4 % de la población, ha recibido en total el 1,7 % del presupuesto. Estos son los distritos de mayor nivel económico de la ciudad y han recibido menos presupuesto del que les corresponde por población, lo que podría tener sentido en una política de redistribución de la riqueza.
Veamos ahora como afecta esta redistribución a los barrios con menor renta, comenzamos por Puente de Vallecas, con un 7,1 % de la población de la capital, ha recibido el 3,7 % del presupuesto; Villaverde, el distrito con el precio de la vivienda, por metro cuadrado, más bajo de la ciudad y en el que residen el 4,6 % de la población, ha recibido un 4,9 % del presupuesto; Usera, con el 4,2 % de la población, ha recibido el 2,1 % del presupuesto, y Carabanchel, con el 7,6 % de la población, ha recibido en total el 3,6 %.
Es decir, que distritos con menor nivel de renta per cápita y mayor población que el Distrito Centro han recibido menos inversiones, concretamente entre una tercera y una séptima parte de las inversiones por habitante que ha recibido ese distrito, con el agravante de que son precisamente estos los distritos que sufren una mayor distorsión entre las cantidades ejecutadas y las presupuestadas que eran, respectivamente, del 12,8 %, 11,8 %, 6,7 % y 7,5 % del presupuesto municipal. Así que distritos que tenían presupuestadas mayores inversiones han recibido cantidades muy inferiores al Distrito Centro.
Por lo tanto, podemos considerar que Madrid Central es un programa que limita el tráfico en el distrito más favorecido por los presupuestos municipales, que es uno de los de mayor nivel de renta y de mayor precio de la vivienda, una limitación que sólo se aplica a los residentes de otros distritos y de otros municipios, ya que los residentes de la zona de Madrid Central están exentos de estas limitaciones. La única forma de eludir estas limitaciones y tener la posibilidad de circular en las mismas condiciones que un residente es disponer de un vehículo con Etiqueta Ambiental 0, es decir, disponer de un vehículo 100 % eléctrico, eléctrico de autonomía extendida, híbrido enchufable o de un vehículo alimentado con pila de combustible; vehículos, todos estos, de alto precio.
Además, estos requisitos no son recíprocos, ya que los residentes del Distrito Centro pueden circular, sin ningún tipo de limitación, por los demás distritos de la capital y por los demás municipios, sin importar el tipo de Etiqueta Ambiental del vehículo o, incluso, aunque no disponga de esta etiqueta.
Así, un residente en el Distrito de Puente de Vallecas, que tiene una renta per cápita media un 31 % inferior a la de un residente en el Distrito Centro, requiere de un vehículo con Etiqueta Ambiental para poder circular con limitaciones por Madrid Central y con Etiqueta Ambiental 0 para circular sin limitaciones, mientras que el residente del Distrito Centro puede circular por ambos distritos, sin ningún tipo de limitación, incluso aunque utilice un vehículo altamente contaminante como los que no disponen de Etiqueta.
A esto hay que sumar que, al estar limitado el tráfico en Madrid Central, el grueso del tráfico y, por lo tanto, de las emisiones de los vehículos se trasladan a los distritos periféricos, precisamente aquellos en los que tanto el precio de la vivienda como la renta per cápita de sus residentes es más baja.
Así, los residentes en los distritos con menor renta per cápita sufren a la vez aumentos de contaminación y limitaciones en la de circulación, los primeros no los pueden evitar de ninguna manera y las limitaciones en el tráfico sólo las pueden evitar adquiriendo vehículo de alto precio; mientras que los residentes en Madrid Central pueden disfrutar de un ambiente más limpio y, a la vez, moverse libremente por toda la ciudad aunque dispongan de vehículos de bajo precio altamente contaminantes, a lo que hay que añadir que reciben unas inversiones públicas superiores a los que les corresponde por su peso poblacional, lo que revaloriza más el precio de sus viviendas.
Las consecuencias de esta política son muy claras, mientras que en los distritos de Salamanca y Chamartín el precio de la vivienda aumentó en 2018, según el Instituto Nacional de Estadística INE, un 17,6 % y un 14,8 % respectivamente; y en los distritos de Puente de Vallecas la revalorización fue solamente del 7,4 %, en el de Villaverde del 9,2 %, en el de Usera del 13,2 % y en el de Carabanchel del 16,2 %; en el Distrito Centro la revalorización ha sido del 21,1 %, es decir, tres veces superior al de las viviendas de Puente de Vallecas, una revalorización desproporcionadamente alta, incluso, en comparación con la de los distritos de más alta renta de la capital; esto significa que se ha producido una transferencia de renta de los residentes de todos los distritos, y en especial de los residentes en los distritos con menor renta per cápita, a los residentes de uno de los distritos con la viviendas con mayor precio por metro cuadrado, los residentes en el Distrito Centro.
Con estos datos no nos puede extrañar que en las últimas elecciones municipales el partido de Manuela Carmena, Más Madrid, arrasara en el Distrito Centro con el 49 % de los votos, treinta y dos puntos porcentuales más que su inmediato competidor y dieciocho puntos superior al resultado obtenido en la ciudad, el 31 % de los votos.
Madrid Central ha demostrado ser una eficiente máquina de extracción de renta, y de compra de votos.
Foto: Diario de Madrid
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