Blog de Héctor Zagal
¿Te gusta esta historia?
El poderoso Rey Peña
La revista Forbes incluyó a Peña Nieto en el lugar 54º de las 71 personas más poderosas del mundo. Obama ocupa el 1º lugar; Bill Gates, el 4º; Benedicto XVI, el 5º; y Chapo Guzmán, el 63º.
¿Y el juego de ajedrez dentro de México? Imaginemos a Peña como el Rey blanco. ¿Quiénes son los negros? Cualquiera que dispute el poder con el Señor Presidente.
La Reina blanca, “La Gaviota”, seguirá jugando su papel escenográfico. Como actriz experimentada, se limitará a repetir el guión de la telenovela rosa, seguramente en torno al DIF. El problema es que el ajedrez político se parece más a Cuna de lobos que a La rosa de Guadalupe. ¿Podrá la Reina mantenerse al margen de la guerra? Pienso que sí.
El alfil derecho: Luis Videgaray. A él le toca dirigir la Secretaría de Hacienda, que desde la época de Salinas es un verdadero “Estado dentro del Estado”. Hacienda es un feudo independiente. Ni Fox ni Calderón se atrevieron a someterlo. Es una Secretaría cuyo verdadero jefe es el gran capital y los intereses financieros. El Secretario de Hacienda juega en primera división, donde participan los ricos y poderosos de Forbes, no en la segunda división donde luchan la mayoría de los políticos nacionales.
Sin embargo, en el presente sexenio, una de las principales encomiendas de este alfil le exigirá atender la segunda división. ¿Su encomienda?, someter a los gobernadores a través del presupuesto. ¿Por qué piensan que a Peña le interesan las deudas de las entidades federativas? El Rey Blanco recela del federalismo. Como en los viejos tiempos del PRI, los gobernadores deben resignarse a servir de peones del Presidente. Regresó el centralismo.
El caballo derecho: Aurelio Nuño en la Oficina de Presidencia. Esta pieza del ajedrez posee una limitada capacidad de movimiento, pero puede comerse a otras, incluso poner en jaque al Rey. Temiendo eso, Peña desistió de nombrar a Videgaray en este puesto y colocó a un figura menor en esta oficina.
Videgaray, que se veía a sí mismo como el gran visir del reino mexicano, comprendió el mensaje real. Será otro quien controle el ingreso a la sala del trono. Para llegar ante la presencia del Rey, habrá que tocar antes la puerta de Nuño. El caballo, aunque fue escudero de Videgaray, tiene un peso propio. Nuño no se resignará a ejercer de pajecito de honor en Los Pinos. En cualquier caso, el Secretario de Hacienda salió ganando; jugará en el equipo de Wall Street.
¿El caballo izquierdo? Manlio Fabio Beltrones, que siempre sabe caer bien parado. Será el heraldo del Rey en la Cámara de Diputados. Tarde o temprano, el mismísimo monarca habrá de pedirle algún favor.
El alfil izquierdo: Miguel Ángel Osorio Chong, en la Secretaría de Gobernación. Si Videgaray lidera el ala técnica en el gabinete, Osorio encabeza a los rudos. Videgaray será el Aspe del Sexenio; Osorio Chong, el Gutiérrez Barrios. Jóvenes, ¿les suenas los nombres? Revisen la historia y pónganse a temblar.
Chong ya mostró músculo el 1 de diciembre. Controló las manifestaciones sin mancharse las manos (la chamba se la hizo el gobierno del DF) y capitalizó el descontento ciudadano contra el inexcusable vandalismo. Chong consiguió un Zócalo libre de gritos y abucheos para la entronización de Peña en Palacio Nacional. Señores, con Chong no se juega.
Por si fuese poco, el flamante Secretario de Gobernación domesticó a la oposición en un santiamén. Sentó al PAN y PRD a firmar un pacto abstracto, una carta a Santa Claus. Gracias a Chong, Peña ganó legitimidad y afirmó su poder. Peña es el Tlatoani que vino a salvar a los mexicanos del caos. Es el Rey Sol en torno a quien gira el obediente sistema planetario mexicano.
El enfrentamiento entre los dos alfiles es inevitable; pero esa lucha puede aguardar. Por ahora es tiempo de cohesión, de barrer con la piezas negras en el tablero.
¿La torre? Debe ser resistente, a prueba de bombas; y simultáneamente ágil y agresiva. El Rey eligió a Emilio Chuayffet. Este insigne representante del PRI, tiene entre sus glorias la de haber sido director del IFE durante el sexenio de Salinas. Es uno de los “rudos” más rudos del gabinete. Su misión, conseguir que Elba Esther Gordillo rinda vasallaje al Peña o, de lo contrario, guillotinar a la reina del PANAL.
Sin embargo, a fin de cuenta, un jugador mueve las piezas. Descreo de las teorías conspirativas; no hay fuerzas ocultas. La explicación es pedestre. Detrás del tablero, los verdaderos jugadores son los grandes capitales nacionales e internacionales. Los políticos son importantes; pero su poder palidece frente al poderío de los financieros internacionales. Los puestos en el gabinete presidencial son morralla comparados con los negocios de los multimillonarios de Forbes. Incluso un Secretario de Hacienda o de Gobernación tiembla frente a las monstruosas corporaciones financieras internacionales.
Mis jóvenes lectores no habrán disfrutado de Liza Minelli en Cabaret (1972). Las canciones de esta película me encantan, especialmente “Money, money”. Minelli resume todo en una frase: “money makes the world go round”. Lo demás es lo de menos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario