miércoles, 17 de abril de 2013

El narcotráfico es fuente de empleo y divisas

El narcotráfico es fuente de empleo y divisas


El reportero Roberto Garduño (en los noticieros de radio y televisión se roban la información de los reporteros de la prensa escrita, y digo “se roban”, porque sólo muy de vez en cuando citan la fuente y el nombre del periodista) en su nota, tras cubrir una sesión de los diputados federales, transcribió lo que expusieron Ricardo Monreal y Ricardo Mejía (del Partido del Trabajo) para adicionar más fines a la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada (La Jornada, 31 de marzo de 2013). Y es que el narcotráfico, que ya nos colombianizó –aunque ahora Colombia es sucursal de la matriz mexicana– además de originar un terror sangriento y desafiante al Estado al establecer cotos prohibidos para todos los niveles de gobierno, es fuente de empleo masivo y de divisas que entran al sistema financiero. Los bancos concluyen el lavado después de que contadores y empresarios al servicio de los capos compran negocios, hoteles, casinos, casas de cambio, otorgan préstamos, generan cuentas de ahorro o cotizan en La Bolsa.

La información precisa que al menos medio millón de mexicanos están ocupados en el narcotráfico y que esta actividad produce más de 40 mil millones de dólares anuales. Según sus palabras, estos dos diputados federales han presentado adiciones a la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada para ponerle diques a esa actividad. Me parece que no es por ahí por donde debe atacarse el problema. Infinidad de veces se ha dicho que, así como el gobierno mexicano espía las cuentas bancarias de todos los mexicanos, también debe revisar los depósitos de lavado de esas ganancias (el banco HSBC fue pillado en México y en Estados Unidos sirviendo al narcotráfico). Es en las finanzas de los narcos, que compran bienes muebles e inmuebles y hacen circular en el sistema bancario-financiero su dinero, donde no se atreven a investigar.

“Campesinos, matones, vigilantes, capos, abogados, médicos, contadores, expertos en computación, etcétera” son parte del personal, muy bien pagado, que emplean los narcotraficantes. Y ante el desesperante desempleo nacional, los bajísimos salarios y los 24 millones que en las calles se dedican a actividades informales, bastantes mexicanos e inmigrantes de Centroamérica terminan yéndose a esa fuente de empleo. Incluso funcionarios y servidores públicos (policías, soldados, ¡generales!, marinos y pilotos de la Fuerza Aérea) han ingresado a ese mercado laboral. Los legisladores han propuesto un órgano de inteligencia financiera para seguirle los pasos al dinero de los narcos.

Tal vez eso sirva de algo, siempre y cuando el gobierno federal en verdad quiera atacar uno de los orígenes de la violencia. De lo contrario, los mexicanos seguirán empleándose en esa actividad con todo y los riesgos. Todavía el peñismo no ha dado pasos en ese sentido y el narcotráfico sigue en aumento. No hay una política al respecto, con todo y que hay un “gabinete en paz”, que si no es la paz de los sepulcros, nada hay que responda a la creación de empleos. Por lo cual la delincuencia continuará siendo fuente laboral y de divisas.

*Periodista

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