Oficialmente, se destinaron 72 mil pesos mensuales para cada pobre
17. abril, 2013
Elva Mendoza @elva_contralinea
En 42 años el gobierno federal ha destinado más de 2 billones de pesos en programas de combate a la pobreza. No obstante, el fracaso de la política fincada en los subsidios se ha hecho patente: hoy existe un 55 por ciento más pobres que en 1970. De entregarse la suma directamente a cada persona en situación de pobreza, le habrían correspondido más de 72 mil pesos mensuales durante 42 años, afirma el Centro de Análisis Multidisciplinario
El presupuesto público federal ha
destinado 2 billones 72 mil 892 millones 821 mil pesos a programas para
combatir la pobreza entre 1970 y 2012, indica un análisis elaborado por
el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Facultad de
Economía, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
De entregarse la suma de manera
directa a los 57 millones 123 mil pobres que contabiliza hasta el día de
hoy la administración federal, a cada uno le habrían correspondido 36
millones 366 mil 541 pesos, estima el CAM.
De acuerdo con el Centro de Análisis
Multidisciplinario, la cifra se obtuvo a partir del uso de un deflactor
implícito: un índice que se utiliza para ajustar estadísticamente el
comportamiento de la economía, por lo que se incluyó, para este cálculo,
la inflación y la devaluación del peso mexicano ocurrida en 1992.
Cabe destacar que a partir de 1993 se
eliminaron tres ceros a la unidad monetaria mexicana. Por ello, la cifra
del gasto total proporcionada por el CAM asciende a 2 billones y no a 2
mil billones de pesos.
La cifra equivaldría a darle a cada
uno de los más de 57 millones de pobres “oficiales” 72 mil 155 pesos
mensuales durante 42 años.
“Esto muestra el fracaso total del
modelo económico de la política social y de combate a la pobreza”,
señala el CAM en su estudio publicado en su Reporte 108, presentado a inicios de abril.
En éste, el Centro documenta que en
ese periodo el número de pobres aumentó en 55 por ciento, pese a que los
recursos se incrementaron en más del 90 por ciento en comparación con
lo invertido durante el sexenio de Luis Echeverría Álvarez.
“Las políticas sociales de corte
asistencialista no han generado los resultados esperados por las
autoridades gubernamentales”, afirma, por separado, la Unidad de
Evaluación y Control (UEC), dependiente de la Comisión de Vigilancia de
la Auditoría Superior de la Federación, de la Cámara de Diputados.
En el Informe sobre resultados de los programas de combate a la pobreza en México,
la UEC?señala que la asignación de subsidios a través de programas
direccionados a las familias más pobres del país demostró ser una
política social insuficiente.
Para David Lozano, integrante del
Centro de Análisis Multidisciplinario, el dinero erogado no ha
contribuido a superar las condiciones de pobreza de la población. El
argumento es ratificado por datos de la Encuesta nacional de ingresos y gastos de los hogares, que estima que los índices de pobreza se incrementarían de no existir los actuales programas sociales.
Según la Encuesta, la pobreza
alimentaria transitaría del 18.8 al 21.7 por ciento; la pobreza de
capacidades, de 26.6 a 29.1 por ciento; y la pobreza patrimonial se
elevaría de 51 a 52 por ciento.
“El gran negocio de los gobiernos ha
sido la pobreza: hablan de la pobreza, dedican miles y miles de millones
a la pobreza y la gente sigue pobre”, afirma en entrevista Uriel Flores
Aguayo, legislador federal e integrante de la Comisión de Desarrollo
Social de la Cámara de Diputados.
El diputado perredista sostiene que los programas asistencialistas están condenados al fracaso. “Es un baúl sin fondo. Es botar dinero para resolver el día a día”.
De cada peso asignado al combate a la pobreza, el 70 por ciento se utiliza para funciones operativas, asegura el CAM en su Reporte.
Para Flores Aguayo, cada programa de
combate a la miseria “es darle oportunidad a los operadores de que se
enriquezcan. Darle el dinero a un operador político es para que se
agarre la mitad y la otra mitad la reparta como migajas”.
Según la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), las transferencias
sociales en efectivo sólo representan alrededor del 8 por ciento del
ingreso familiar disponible, y la mitad de esas prestaciones benefician a
quienes están situados en el segmento superior de la escala de
distribución; e insiste en que el 20 por ciento más pobre del país
apenas recibe el 10 por ciento de los fondos.
Pobreza transexenal
Durante el sexenio de Luis Echeverría
(1970-1976) se destinaron 34 mil millones 345 mil pesos en programas
para mejorar el nivel de vida de 31 millones 450 mil pobres
contabilizados en la década de 1970, según investigaciones del CAM.
Con 879 millones 232 mil pesos y 57
millones 123 mil pobres al final del sexenio de Felipe Calderón
Hinojosa, el gasto gubernamental en los programas de combate a la
pobreza a nivel federal, local y municipal se incrementó en términos
absolutos en 96.1 por ciento.
“Pese al constante incremento del
gasto en materia de desarrollo social, las políticas gubernamentales no
se han traducido en una mejor calidad de vida para los mexicanos que
viven en condiciones de pobreza”, señala la Unidad de Evaluación y
Control en el Informe sobre los resultados de los programas de combate a la pobreza en México.
Araceli Damián, investigadora en El
Colegio de México, acota que fue durante la gestión de Carlos Salinas de
Gortari cuando se le dio un giro a las políticas para combatir la
pobreza y se dirigieron hacia el asistencialismo. Antes de eso, explica,
Luis Echeverría Álvarez, José López Portillo y Miguel de la Madrid
encaminaron los trabajos y recursos a garantizar los productos básicos a
la población y así evitar el encarecimiento, además de la creación de
infraestructura de seguridad social para cumplir con los derechos de los
trabajadores. “Salinas inicia con la ola de ‘lucha contra la pobreza’.
Transforma la idea de política social”.
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