lunes, 17 de junio de 2013

El nuevo presidente de Irán: “todos estarán contentos”

El nuevo presidente de Irán: “todos estarán contentos”

Иран, Роухани

Irán ha elegido a su nuevo presidente: Hassan Rouhani.

En la votación del 14 de junio este reunió más del 50 % de votos, dejando muy lejos a los demás postulantes. Unos llaman a Rouhani “moderado”, otro “reformador”. Los terceros lo incluyen en el grupo de “conservadores ordenados”. El propio clérigo de sesenta y cuatro años se considera a sí mismo “centrista pragmático”. Cualquier que sea el epíteto que se le dé, una cosa está clara: Hassan Rouhani es un maestro de compromisos. Caracterizó su elección como “una victoria de sabiduría, moderación y madurez sobre el extremismo”.
Uno de los primeros en felicitar a Hassan Rouhani. con motivo de su victoria electoral ha sido el presidente de Rusia, Vladímir Putin. Ha expresado la seguridad de que la actividad del nuevo jefe de la República Islámica de Irán propiciará la prosperidad del pueblo amigo y el sucesivo fortalecimiento de las relaciones ruso-iraníes. Moscú, por su parte, está dispuesto a mantener y desarrollar la cooperación.
Es poco probable que Rouhani haya podido recoger tantos votos si no prometiera a los conservadores robustecer el Estado islámico, a los moderados volverlo avanzado y a los liberales garantizar la creación de una sociedad civil. Incluso trazar una Carta de Libertades Ciudadanas. Al decir que bajo su dirección “todos estarán contentos”, Rouhani se garantizó el apoyo de tan amplio espectro de la ciudadanía que sus rivales perdieron toda posibilidad de victoria.
Washington se ha limitado a constatar protocolarmente el hecho de su victoria y ha expresado su disposición a colaborar directamente con la nueva dirigencia en la regularización del “problema nuclear de Irán”. Pero, justo en ello pueden emerger dificultades, pese a la aparente “complacencia” y la “línea pro-occidental” de Rouhani. Durante varios años él encabezó las delegaciones de Irán en las negociaciones sobre el programa nuclear de su país. Pero en Irán, donde la última palabra pertenece al alto clero, el presidente no puede hacerlo todo.
El programa nuclear de Irán es cuestión del orgullo nacional de sus habitantes. Teherán no se propone renunciar a este bajo cualquier presidente, asevera Igor Pankratenko, director de la revista Irán contemporáneo.
—Otra cuestión es la velocidad de los pasos que da Irán para desplegar su programa nuclear. En esto Rouhani, claramente, ocupa una postura más moderada. Ellos, los iraníes, prefieren hacerlo todo con sus propias fuerzas y esperan que en el átomo pacífico cuenten con la ayuda de Rusia. Ayuda en la construcción de centrales electronucleares.
El nuevo presidente del país es uno de los partidarios cercanos del imam Jameneí, jefe de la revolución contra el sha en 1979. Durante veinte años era diputado al parlamento nacional, durante dieciséis años ejerció el cargo de presidente del Consejo Supremo de Seguridad Nacional.
Inmediatamente después de anunciados los resultados de la votación, Teherán se llenó de muchos miles de iraníes alegres que celebraban el “cambio de régimen”. Ocho años de presidencia del conservador Ahmadinejad cansaron a la gente. Bajo su dirección las relaciones con Occidente llegaron a su máxima tensión. Rouhani, por su parte, prometió cooperar constructivamente con Occidente, articular con el relaciones y lograr el levantamiento de las sanciones económicas. Dijo estar dispuesto hacer compromisos con Occidente en aras de la anulación de las sanciones económicas contra Irán, pero siempre y cuando “se observen los intereses nacionales”.
Los expertos rusos dicen que hay que esperar hasta que Rouhani dé los primeros pasos y después juzgar sobre la veracidad de sus promesas. En Irán, como siempre, hay que ver los hechos y no fiarse de palabras. A la votación en Irán se admiten tan solo candidatos aprobadas por el clero.
Israel reaccionó de la manera más sombría y pronosticada a la elección de un presidente reformador. El presidente electo, declaró el Ministerio de Exteriores de Israel, fue nominado por ayatolá Ali Jameneí, quien descalificó a los candidatos que no aceptan sus opiniones extremistas. De modo que en este sentido no se prevé mejoramiento alguno.
vs/mo

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