Golpeteo alarmante en la recta final de las campañas
En Baja California está en juego algo más que la gubernatura
A
dos semanas escasas de que se lleven a cabo las elecciones a cargos de
elección popular en 14 estados de la República Mexicana, el golpeteo
entre los candidatos de los diferentes partidos se encuentra al tope,
donde nadie da ni pide cuartel. Sin embargo, por ser la única
gubernatura del paquete en disputa, la de Baja California se ha vuelto
una batalla notablemente encarnizada.
En varios municipios importantes se han
dicho hasta de lo que se van a morir los candidatos rivales (el caso más
notorio es el de la capital de Puebla, que se disputan los mutuamente
acusados de corrupción Enrique Agüera y Tony Gali), pero es definitivamente en BC donde se han enfocado las baterías de los que representan los intereses de Francisco Kiko de la Vega Madrid y Fernando El Diablo Castro Trenti.
Según las encuestas, los dos candidatos
van casi parejos en las preferencias, razón por la cual hoy es un
misterio saber cuál vaya a resultar ganador con todo lo que se ha
difundido en los medios de comunicación tradicionales, pero sobre todo
en las redes sociales. ¿Cuál es el favorito de los bajacalifornianos? No
hay todavía uno visible a la vista.
Así, pues, la guerra sucia entre los candidatos está a todo lo que da. El primer golpe contra Kiko
de la Vega (candidato del PAN, del PRD y del Panal) vino de parte de
los priístas: se difundió la conversación –dicen que editada— entre un
diputado local panista y su novio de 15 años de edad, lo que causó la indignación de la comunidad gay del estado, que salió al quite.
El golpe le dio de refilón al abanderado
de la derecha y la izquierda, pero no tanto como para tambalearlo (el
mañoso diputado panista ya había sido acusado de lo mismo dos años
atrás, pero las autoridades del estado, que son del mismo partido, le
dieron carpetazo al asunto), lo que parece que sí ha logrado el misil que le lanzaron a El Diablo Castro Trenti.
El primer contraataque de los
panrredistas fue la exhibición de la propiedad que el candidato del PRI,
del PVEM y del PT tiene por la avenida Reforma de la capital del país,
cuyo precio es de 5 millones de dólares (60 millones de pesos), una
propiedad cuyo origen legítimo resulta muy difícil de demostrar, sobre
todo cuando se ha sido siempre un clasemediero.
Para colmo de males, a Castro Trenti le
asestaron otro golpe: que es poseedor de otra mansión con valor de unos
once millones de pesos, pero en Chula Vista, del estado norteamericano
de California, lo que viene a darle la puntilla al ya muy traqueteado
candidato priísta, al que se le achacan muy malas amistades con las que
ha hecho negocios turbios.
Por supuesto, Kiko de la Vega
tampoco ha salido muy limpio que digamos en la campaña que se lleva a
cabo en su estado. Al candidato de derecha e izquierda lo señalan como
el propietario de casas de empeño en las que se recibe todo tipo de
adminículos de valor, incluso los supuestamente robados.
En medio de la lucha sorda entre los dos
candidatos, se menciona que Baja California puede ser el detonante que
lo mismo dé paso libre o impida que el Pacto por México siga adelante:
si ganan PAN y PRD, es oxígeno para el presidente nacional del PAN y sus
planes de continuar al frente del partido: si pierden, será la tumba
política de don Gustavito Madero y de Jesús El molcajete con celular Zambrano.
En fin, en Baja California está en juego
algo más que la gubernatura, que ha permanecido en manos del PAN
durante 24 años ininterrumpidos. Poco falta para que se desvele el
misterio.
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