Tendencias retrógradas: panistas contra el aborto
19. octubre, 2014
Autor: Edgar González Ruiz
En el Partido Acción Nacional (PAN), de
raíces clericales y conservadoras, hay personajes que siguen empeñados
en castigar a las mujeres que abortan y en oponerse a otros derechos
sexuales.
El exacerbado antiabortismo de esos
panistas está por demás desacreditado ante la sociedad, sobre todo la
capitalina, e incluso ha perdido fuerza dentro de la Iglesia Católica,
donde evoca los tiempos ya superados de Juan Pablo II, el pontífice que
hizo de la sexofobia su principal estandarte.
Los habitantes del Distrito Federal, y
especialmente las mujeres en edad reproductiva, deben estar conscientes
de que el conservadurismo panista busca imponer la represión moralista
y, como consecuencia, el atraso, el autoritarismo y la hipocresía en la
sociedad y en la familia.
Es un partido donde, por su apego a las
normas clericales, muchos se oponen a que las mujeres decidan sobre su
propio cuerpo y su vida reproductiva, y añoran los tiempos en que, en
nuestra Ciudad, un embarazo no deseado constituía un verdadero drama en
la vida de la mujer, que no era libre de recurrir al aborto, y que
enfrentaba la alternativa de acatar los preceptos del clero… O ir a la
cárcel.
La actitud de esos panistas es, asimismo,
el más contundente desmentido a militantes y apologistas de ese partido
que sostienen que en él no hay tendencias conservadoras.
Conservadurismo panista católico
En un comunicado de prensa, el pasado 29
de septiembre las agrupaciones panistas Unidos Transformamos y Mujeres
Sí lamentaron la despenalización del aborto en la capital, y
proclamaron, con una conocida retórica, que esa medida es contraria al
“humanismo” y al “bien común”.
Por ello anunciaron que se unirían a una
campaña antiabortista denominada 40 Días por la Vida, del 24 de
septiembre al 2 de noviembre.
Se quejaron de que, según ellos, “el
Distrito Federal se ha convertido en la capital del aborto… El lugar al
que viajan miles de mujeres sólo para practicarse un legrado”.
Ciertamente, muchas mujeres, provenientes
de estados donde todavía impera el atraso y la represión impuestas por
el clero católico, tienen que viajar a la capital para poder ejercer el
derecho al aborto, evidencia de que en los demás estados, en conformidad
con las necesidades de las mujeres, también se debe despenalizar el
aborto.
Desafortunadamente, en muchos estados se
persigue a las mujeres que abortan, persecución que es producto del
conservadurismo de la derecha y del oportunismo de políticos de otros
partidos, sobre todo del Partido Revolucionario Institucional, deseosos
de congraciarse con el clero católico, al que atribuyen además un poder
de convocatoria que ya no tiene hoy en día en nuestro país.
La organización Unidos Transformamos está
encabezada por Raúl Tortolero, mientras que en Mujeres Sí participan
Alicia Vera y Alexandra Utrilla, a quienes se sumó Sandro Reyes, vocero
de la organización Poder al Militante y de Democracia Real Estado de
México.
En el tono de quien no comprende que
personas diferentes pueden tener gustos, ideas y proyectos diferentes,
Alexandra Utrilla afirmó: “Somos mujeres, somos madres y sabemos lo
hermoso que es poder dar vida a otro ser, cuidarlo y amarlo, verlo
crecer” (como si la maternidad se debiera imponer a todas las mujeres,
independientemente de sus decisiones personales).
Añadió: “40 Días por la Vida es una
campaña de la que estamos a favor y nos unimos para que de una vez en el
Distrito Federal se dejen de practicar abortos, legales o no…”
La mencionada campaña (que “este año se
llevará a cabo en nuestro país por primera vez”) busca “acabar con la
práctica del aborto” mediante una jornada de 40 días que incluirá rezos,
ayunos y “también para planear acciones”, según explica en el portal de
internet del Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (www.siame.mx/apps/info/p/?a=12288&z=32#).
Según esa página electrónica, dicha campaña surgió por primera vez en 2004 en Texas, cuando “cuatro personas pidieron a Dios que los iluminara para encontrar la forma de terminar con este crimen [el aborto]…”
Desde luego, se trata de una campaña organizada por grupos y personajes católicos conservadores.
Lourdes Varela, quien dirige la campaña
en México, ha declarado que “se trata de combatir el crimen del aborto
mediante la oración y el ayuno”, y afirmó haber “llamado a participar a
todas las organizaciones provida, apostolados y movimientos laicales,
así como a todas las personas de buena de voluntad que no están de
acuerdo con la ley establecida en el Distrito Federal desde 2007”.
Entre los grupos participantes en la
campaña antiabortista están el tristemente famoso Comité Nacional
Provida, cuyo dirigente histórico ha sido Jorge Serrano Limón, así como
el grupo católico Unión de Voluntades, auspiciado por el millonario
Patricio Slim Domit, y la organización antiabortista Vida y Familia.
Por cierto, grupos como el Comité
Nacional Provida fueron desde su origen, en la década de 1970,
impulsados por dirigentes panistas, como Jorge Aviña Zepeda y Alfonso
Bravo Mier.
Los panistas que se unieron a la
mencionada campaña de rezos y acciones antiabortistas están donde les
corresponde, de acuerdo con sus reaccionarias y clericales convicciones:
al lado del Arzobispado y de los grupos ultraderechistas.
Edgar González Ruiz*
*Maestro en filosofía; especialista en estudios acerca de la derecha política en México
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