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Bolivia. Tipnis: Crimen politico, economico, social y ambiental Kaos en la red
…el
problema del Tipnis es enfrentado directamente con argumentos del
pasado que –se suponía– desparecerían para siempre. Ha resucitado el
desarrollismo tradicional obsoleto y el pasado se halla en el presente.
- EXTRACTO DEL PROBLEMA A LA LUZ DE LA ECOLOGIA POLITICA.
PRIMERO.
Dada la compleja situación productiva mundial actual, convertida en
escenario de innumerables cadenas de causas y efectos, siempre
crecientes –que impone la fuerza del poder económico– todo problema que
sufre la naturaleza es resultado inevitable, como fatal, de aquellas
interacciones. No interesa ni preocupa a los causantes que el
laboratorio de la naturaleza sea ya impotente para restaurar la
normalidad ambiental. Ante la inmisericorde sobre-explotación de los
recursos naturales, la respuesta del obediente comercio internacional es
moverse al mismo ritmo de intensidad que le impone la aceleración del
proceso.
SEGUNDO.
La ecología política conoce perfectamente que, desde los primeros
tiempos de la humanidad, la explotación económica –movida por el interés
personal– siempre hubo actuado en forma irracional contra el
medioambiente, produciendo daño y destrucción y convirtió al ser humano
en sujeto pasivo sumiso de humillantes como miserables tipos de
opresión. La tendencia actual de los gerentes, reguladores y mandamases
de la economía mundial: las corporaciones económicas,
es convertir a la humanidad toda en esclava del consumo, para su mayor
lucro. Tal es lo que se conoce como el fenómeno denominado: aceleración de la economía mundial.
TERCERO.
Como consecuencia de la forzada globalización del pensamiento –impuesta
también a todo gobierno de “libre empresa”, por las referidas
corporaciones– los defensores del medioambiente no han demorado en hacer
conocer la respuesta ideológica ambiental. Al encontrar, en el proceso
del saqueo de la naturaleza un conjunto de verdades de validez
universal, destacaron entre otros que capitalismo
y ecología son antagónicos, que la sociedad reclama el imperio de la
ecología sobre la economía y, finalmente, que toda nueva organización
social productiva debe marchar acorde con las leyes de la naturaleza.
Para detener el abuso de la expoliación internacional, se ha extendido y
universalizado también y con bastante rapidez, el principio denominado:
desaceleración de la economía.
Este
principio resulta, precisamente el más oportuno como el más adecuado
para detener la destrucción de la selva del Tipnis en Bolivia, si su
Gobierno es consecuente con su propia ideología (que dice ser
revolucionaria, de izquierda y por un mundo mejor)
- INCONSECUENCIAS DEL GOBIERNO BOLIVIANO
1.
La primera, e inminente realidad de la situación política boliviana, es
que ha asumido el Poder un gobierno, apoyado en fuerzas sociales
importantes de base, particularmente de trabajadores, campesinos y clase
media avanzada, efectuando reformas estructurales importantes y
refirmando su naturaleza liberadora rumbo al socialismo. Ha destacado y
reafirmado en forma insistente, irrenunciables slogans
morales en defensa de la Madre Tierra, cuyas muestras palpables se han
producido en conferencias internacionales; muy en particular, en la
célebre reunión de Tiquipaya
a principios de 2010, donde se fijaron acuerdos, relaciones y
estrategias para la lucha del movimiento ecologista internacional.
2.
Empero, la segunda realidad –contradictoria con la anterior– es que un
grupo importante de agricultores dedicados a la producción de la coca,
obsesionados con los buenos precios causados por la demanda
internacional del alcaloide, y basados en el respaldo que le brindaron y
le dan aún al Presidente Evo Morales, buscan la expansión de su
actividad mediante la obtención de nuevas tierras. Su aspiración de
acumular plus valía social los lleva fatalmente a convertirse, de
agricultores productores de la hoja de coca, a un estadio
económico-social más elevado: el típico de la burguesía mestiza
creciente, cuyo momento y oportunidad le ha llegado. Basta partir en dos
la selva del Tipnis (una original cirugía de vivisección ambiental),
mediante la apertura de una amplia carretera internacional, para que
aquél ansiado sueño o aspiración se haga realidad.
Quede
en claro que todo ese territorio, curiosamente ubicado en el corazón de
Bolivia (pleno centro del país), fue declarado previamente como reserva
ecológica de orden intangible.
3. Al ser pública la metamorfosis
de aquellas bases cocaleras, la tercera realidad es que los hechos del
Poder Central reniegan y repugnan con sus propios principios socialistas
y anti imperialistas con conductas, ni siquiera de amoralidad, sino de
abierta como descarada inmoralidad. Ya no aparece en forma alguna su
inicial afán principista, y se ha esfumado el mandato del “Ama Llulla” (no mentir) Ha surgido, en su reemplazo, un conjunto pragmático de viles actitudes.
Como
se trata de pagar los favores electorales recibidos, así sea con
recursos de la Madre Naturaleza (ahora en peligro de destrucción
nacional), carece de importancia si se olvidan o soslayan los principios
básicos de su insurgencia. Se encuentra a la orden día el hacer y
deshacer, acusar sabotajes, pretextar, confundir, amenazar, agredir, más
otras conductas, que no le avergüenzan nada en la torpe suposición de
que los indígenas, como el pueblo boliviano van rendirse y resignarse.
El más notorio de los exabruptos presidenciales fue que la referida
carretera cruzará la selva del Tipnis, “sí o sí”.
4.
Como cuarta realidad saltan a luz torpes estrategias empleadas,
formuladas y no negadas ante la prensa nacional e internacional:
a)
Los indígenas del Tipnis, y todo aquél que les brinda respaldo, son
parte de un complot subversivo preparado por la extrema derecha
boliviana, organizaciones no gubernamentales, y partidos políticos de
oposición. (Es momento de recordar que todos estos últimos, ya
desplazados del Poder, son fuerza minúscula carente de magnitud)
b)
El imperialismo respalda al movimiento indígena porque precisa de
conservar un “pulmón” ambiental desde Bolivia. (En otras palabras, ¿vela
más el imperialismo por el medioambiente que el propio gobierno
boliviano?)
c)
Se ofrece el “progreso” de la zona con infraestructura, trabajo,
desarrollo, mayor percepción de impuestos y aún otros prodigios del
efecto multiplicador de la economía. (Por supuesto, no se indica la
podredumbre que aquello va a acarrear en forma paralela)
Es
sabido que donde se practica el libre desarrollismo de la economía
neoliberal surge, independiente de ávidos cocaleros –que tampoco exhiben
atisbo alguno de socialismo– el fenómeno creciente de paralelas
prosperidades privadas, nada sociales, porque se arraigan nuevas
burguesías empresariales de variados tipos. Surgen desde los pequeños
intermediarios hasta las burguesías comerciales, burocráticas, el
turismo explotador y depredador y aparece –con más fuerza– el saqueo de
innumerables otros recursos naturales (aves exóticas, peces, tortugas,
ofidios, saurios, madera, plantas medicinales) con una voraz
deforestación que sólo beneficia a nuevos ricos en sociedad con ocultos
burócratas, débiles ante el soborno No se precisa de dotes adivinatorias
para darse cuenta que los aborígenes del lugar acabarán reducidos a
sumisos domésticos, sirvientes, cocineros, “muru-imillas”
de patronas-cholas desclasadas, y trabajadores sin regulación
protectiva –semi-esclavos es el término correcto– en beneficio de nuevos
“señores” de toda calaña.
5)
Finalmente, y esta es la quinta realidad, la miseria moral y política
del Gobierno se hace aguas sobre las propias normas legales que hubo de
dictar. Ofende su propia como heroica Constitución Política del Estado y
las propias normas legales que respaldó para proteger tan vasta, rica
como bella zona, ahora en peligro. Borra con el codo lo hecho con la
mano, gasta sin límites los recursos del Estado para provocar confusión
en sus propios seguidores (cuyas deserciones, muy bien explicadas, ya se
hacen públicas) Tampoco se da cuenta que su testarudez afecta muy poco,
casi en forma insignificante, a los restos de su triste oposición
política (ya derrotada)
El real afectado se llama “Madre Tierra” (Pachamama) como ser excelso y adorado que juró defender en públicas ceremonias folklóricas, con sacerdotes especiales (yatiris), más farsas de sacrificios e incienso.
- VIGOROSA RESISTENCIA DE LAS FUERZAS ECOLOGISTAS
1. SURGE UNA NUEVA REALIDAD.-
La soberbia de sentirse todopoderoso parece haber obnubilado la mente
del Gobierno boliviano, al suponer que triquiñuelas, intrigas,
declaraciones acusatorias, y aún calumnias, más la acción torpe de una
mayoría parlamentaria, sea suficiente para imponer su designio
destructor. Infelizmente, esa conducta no toma en cuenta realidades
poderosas que tiene al frente, porque no tiene la sagacidad suficiente
(cautela y racionalidad) para entender la contradicción entre su capricho y la realidad que tiene ahí afuera.
En pocas palabras, su limitada como miope estrategia supone que pueda
imponerse ante ovejas, llamas y alpacas obedientes, sin apercibirse que
la acción de las masas ecologistas es cada vez más fuerte, indetenible,
vigorosa y sólidamente respaldada. Valga recalcar, con energía, que todo
ecologista auténtico es un ser consciente que sabe que le espera la
dura como abnegada pelea, y no precisa de ceremonias adoratorias ni
derroche de incienso, si se trata de defender y dar su vida por la
naturaleza.
2. LOS DEFENSORES PLANETARIOS.-
En algunos libros que he publicado, fruto de mi angustia personal por
la situación planetaria, hube llegado a la conclusión que no había que
perder la razón –y menos desesperar– ante la destrucción terrestre, sino
preparar unas cuantas condiciones para que la propia crisis nazca el
remedio. Había avizorado que de la misma miseria surgiría en todas
partes del mundo, milicias o ejércitos voluntarios por la Tierra,
substituyendo a los primitivos luchadores individuales anteriores cuyo heroísmo sirvió de ejemplo y cuyo probado martirio no fue en vano, porque se ha multiplicado.
Y
la premonición se hizo realidad. Los defensores de la Tierra aparecen
ahora como hongos (de la noche a la mañana) en todas partes y su
actuación es decidida, valiente, colectiva y cargada de una profunda
moral, que se propaga de sobra. Según la expresión metafórica, aquél
poder moral ecologista puede aún mover las montañas de la resistencia y
también acabar con el empacamiento de la mula, sea donde sea. Empero,
como no todo es color de rosa, el movimiento ambiental acusa todavía
propias debilidades de orden subjetivo, que habrá de superar. Una de
ellas es el problema de organización y logística.
3. EL BUEN OLFATO INDÍGENA.-
El olfato del aborigen lugareño ha resultado sagaz frente a las
pretensiones del cocalero ambicioso (como vicioso) que –dicho sea de
paso– por muy agricultor que sea, no tiene nada de indígena excepto una
huella racial del pasado y una muestra pecuniaria de estadio social más
elevado –calificado por su propia gente con el ofensivo término de: kamake
por haber renegado de su origen–. Se trata, en términos sociológicos,
como y fríos, del cholo aburguesado como expresión objetiva de su
realidad, ante cuya presencia, el natural de la selva huele y presiente
que la naturaleza está en peligro ante la voracidad y lujuria de su
oponente por introducirse en el área selvática virginal. Los dirigentes
de esta nueva próspera clase –bien organizados, con apoyo estatal y
abundancia de recursos económicos– ya se mueven como buitres sobre un cadáver que no existe,
a la espera del momento oportuno hundir tanto garras como el pico (con
el perdón de aquellas aves de carroña, por aludirlas en forma negativa,
pese a que cumplen función sanitaria y útil dentro la naturaleza).
Además, aquél olfato o sexto sentido aborigen despierta su instinto de desconfianza
porque también se apercibe que peligra su entorno natural económico
(caza y pesca de subsistencia, agua sana, plantas medicinales, aire puro
y placidez paradisíaca frente a la corrompida civilización) Sabe el
aborigen que las tierras de su macro entorno le van a ser quitadas para
ser fraccionadas y distribuidas entre los aventureros, ni siquiera para
el consumo nacional sino para el mercado negro de un alcaloide blanco,
conocido por todos. De otro lado, paralelamente a la invasión a sufrir,
se van a crear situaciones de la vergonzante modernidad en tan inmensa
zona, bajo el denominativo del “desarrollo sostenible”. Tales son los
vicios sociales que llegan como consecuencia de la aventura:
alcoholismo, tabaco, prostitución, juegos de azar, drogas, enfermedades
venéreas, miseria, y muerte del paraíso natural en beneficio de
adulones, recomendados, mamones, privilegiados, y demás fauna de
perjuradores y negadores de su propia Madre Tierra. He ahí los
resultados de una aventura vergonzante que paga con creces un miserable,
como pactado, apoyo electoral.
- SOLIDARIDAD QUE ARRASTRA LA LUCHA POR LA TIERRA
Que se decepcionen a tiempo quienes suponen que el Tipnis
está sólo. La abnegación de su gente, el sacrificio, hambre, las
agresiones sufridas y la represión policial organizada, le multiplicaron
las simpatías durante su prolongada trayectoria de varios meses por
lugares desconocidos, ascendiendo y descendiendo montañas y cruzando
estrechos senderos. No sólo recibió pan, alimento y ayuda de muchísima
gente, sino también poderosos estímulos morales y el respaldo indignado
de las poblaciones por los abusos y ofensas que se le hizo padecer.
Más
aún. Las simpatías se han convertido, de simples actitudes de agrado y
admiración, a deberes de consciencia de la ciudadanía, a favor del
medioambiente en peligro. Dicho de otra forma, el apoyo se ha
multiplicado y aquello no es exageración. Muy de repente el problema del
Tipnis se va
convirtiendo de regional en nacional, aunque –de hecho– es ya un
problema de importancia universal. Su victoria no tardará en producirse
porque cierto es que quien marcha con la razón y la historia, tiene el
poderoso vigor de hablar en alto, exigir, y aún pelear sin miedo a morir
por su ideal, como se dijo más atrás.
Ya
veremos lo que se avecina y cómo va a reaccionar directamente el propio
pueblo boliviano, –sin importarle lo que digan o hagan los
sobrevivientes residuos políticos, del pasado– si se pretende consumar
semejante acto de barbarie.
- INSUFICIENCIA ECOLOGICA DE LA BUROCRACIA ESTATAL
Confieso
que el entusiasmo e interés que me provocó la subida al poder del
movimiento que dirige el Presidente Evo Morales, me impulsó a brindarle
una mano y dar a su Gobierno innumerables sugerencias ecológico
ambientales en bien de la tierra que me vio nacer. Desde fuera del país y
también en mis visitas a Bolivia toqué temas, de interés nacional como
el problema de la nueva Constitución Política del Estado y otros más que
orienten políticas para honrar el respeto por la naturaleza, sin
perjuicio de los cambios estructurales. Me movió el impulso voluntario y
desinteresado de ser útil, al no ser mi persona “busca-pega” alguno y,
además, vivir muchos años fuera del país.
Recuerdo
haber golpeado innumerables puertas de la burocracia. En todas las
oficinas visitadas encontré aceptación y sólo sonrisas de simpatía,
aunque en casi todas descubrí improvisación, ignorancia, mediocridad y
el prototipo del empleado público mecánico, que no piensa ni se mueve
pero actúa cuando se le da todo preparado y digerido. Fue entonces
cuando concluí que el único que repetía slogans
ecológico-ambientales era el Presidente, simplemente porque su
burocracia –acostumbrada sólo a recibir órdenes– no sabía qué hacer.
Como aquella burocracia improvisada carecía de todo conocimiento y
entrenamiento, se me asentó el prejuicio de que sólo basta ser mestizo
para trabajar para el Estado, así no se tenga un ápice de conocimientos
sobre ecología ni medioambiente. (Dejo en claro que no tengo prejuicio
racial alguno y respeto el destino natural y los derechos de la mayoría
boliviana)
A
aquellas conclusiones de insuficiencia, ya expresadas, se me aparejaron
otras, llegando a adquirir plena convicción que el Supremo Gobierno,
sólo cacarea
sobre ecología; y este término no es ofensivo. No llegué a conocer,
pese a haberlo pedido, un plan ambiental concreto, serio y ejecutivo que
ilumine y dirija los actos de su gestión. Aprecié un tremendo atraso en
esta materia. No aparecía en aquella burocracia un solo funcionario que
sepa que en estos tiempos heroicos, la economía, peor si se pretende
socialista, debe estar sometida a la ecología.
Por estas razones –más los compromisos electorales operados y descubiertos– es de entender que el problema del Tipnis
es enfrentado directamente con argumentos del pasado que –se suponía–
desparecerían para siempre. Ha resucitado el desarrollismo tradicional
obsoleto y el pasado se halla en el presente.
Lo
que no va a poder evitarse es que cualquier situación que el Gobierno
produzca o maniobre en contra de la puridad e intangibilidad del Tipnis,
–heroico comienzo para la desaceleración de la economía– no va a resignar ni rendir a defensor alguno de la Tierra.
La
tozudez, de quien no se apercibe sobre la gravedad de la situación, no
brindará resultados positivos. Exacerbará ánimos y producirá violencia.
Será entonces bastante tarde, cuando el Gobierno –al cual le siguen
escapando bases por este problema– comience a morder el polvo de una
vergonzante derrota. Finalmente, y como castigo a la soberbia, quede
claro que irán surgiendo nuevos Tipnis en otras partes del país, así se declare el Estado de Sitio para acallar la boca y evitar la movilización del pueblo boliviano.
* El autor tiene producidos los siguientes libros: “La
Angustia de América Latina”, “Meditaciones sobre la Revolución en
América Latina”, “Materialismo Histórico: Filosofía y Ciencia de la
Historia”, “Colapso y Redención del Socialismo”, “El Mito de la
Democracia”, “El Manifiesto del Siglo XXI”, “Historia de las Ideas
Políticas de los Filósofos”, “Epopeya y Muerte de la Tierra”, “La
destrucción de la Tierra y la Esperanza Ecologista”, “Memorias de un Abogado Rebelde”, “El Hombre: Animal en Peligro de Extinción”, “Manual de Ecología Política”, “Hacia el Socialismo en el Siglo XXI”, “Conversaciones con el Planeta Tierra”,
“Protestas, Lamentos, Reflexiones y Aguijones contra el Orden
Establecido”, “Historia de los EE.UU. de América” (La otra historia),
“Destrucción Ambiental” y “Ensayo sobre la Opresión y Humillación
Humana”.
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