Raúl Flores
Hernández, el centro de una extensa red de lavado de dinero que
involucra al futbolista Rafael Márquez, al cantante Julión Álvarez y a
un sobrino de Rafael Caro Quintero, fue capturado el pasado 20 de julio y
está en la espera de su extradición a los Estados Unidos.
La historia personal de este presunto operador financiero es por demás atípica: sus comienzos provienen de los años ochenta, bajo la tutela de los legendarios Caro Quintero y Don neto, siempre con Guadalajara como centro de operación.
Lo curioso es que la presunta captura de Raúl Flores Hernández en 2013, que fue incluida entre los primeros logros de la presente administración federal en su combate al narco.
De este personaje se puede decir todo, menos que sea anónimo. Estuvo vinculado a equipos de futbol profesionales y la trayectoria como hombre ligado a bares y restaurantes es bastante conocida en Guadalajara. Incluso logró algunos éxitos deportivos ascendiendo de división a equipos de los que era el presidente. Los equipos desaparecieron sin motivos aparentes.
La fórmula de “El Tío”, como se le apoda a Flores, le brindó la posibilidad de seguir vigente cuando el gran cártel de alcance nacional de los años 80, se fraccionó, y ahora en las épocas recientes de guerra abierta entre bandas de criminales, aún estaba en activo.
El Tío se convirtió en un prestador de servicios independiente, hábil en blanquear recursos ilícitos, lo que resultó provechoso para la segunda generación de capos, desde Joaquín “El Chapo” Guzmán y hasta derivar en los llamados juniors del narco, quienes hoy tienen menos de 40 años y han puesto especial atención en los movimientos financieros dentro de sus “empresas”.
En expedientes judiciales de 2017 en los Estados Unidos, se le vincula a Flores Hernández con el cártel Jalisco Nueva Generación, lo que significaría que El Tío estaría prestando servicios al grupo de crimen organizado emergente.
EL INDEPENDIENTE. Aunque se sabe que opera de manera independiente, las autoridades estadunidenses han señalado que “Los Flores” es una red que funciona con éxito desde los años 80 en Guadalajara, Jalisco, así como en la Ciudad de México como plaza secundaria.
En el primer informe de labores de la Comisión Nacional de Seguridad publicado en 2013, se lee que se logró la detención de Raúl Flores Hernández, operador financiero junto con Alberto Carrillo Fuentes, líder del Cártel de Juárez y hermano de Amado Carrillo.
Después de eso, se le perdió la pista. Habría abandonado la prisión en 2015.
El informe presentado ayer por el departamento del Tesoro de EU indicó que en marzo de 2017 se presentaron acusaciones sobre el tráfico de drogas en distritos de Columbia y el distrito sur de California en contra Raúl Flores Hernández.
Entre las empresas señaladas por las autoridades estadunidenses están el Club Deportivo Morumbi A.C, radicado en Zapopan, Jalisco, y que era la razón social de Guerreros Autlán, equipo con presencia en la Segunda y Tercera División del futbol mexicano.
El equipo registró a Raúl Flores Hernández como su presidente hasta el verano del 2008, fecha en que, de manera imprevista, desapareció la franquicia.
Entre los nombres de personas que fungieron como prestanombres están la hija de El Tío: Sendy Flores Castro y los sobrinos de Caro Quintero, Efraìn y Omar Caro Urias.
La historia personal de este presunto operador financiero es por demás atípica: sus comienzos provienen de los años ochenta, bajo la tutela de los legendarios Caro Quintero y Don neto, siempre con Guadalajara como centro de operación.
Lo curioso es que la presunta captura de Raúl Flores Hernández en 2013, que fue incluida entre los primeros logros de la presente administración federal en su combate al narco.
De este personaje se puede decir todo, menos que sea anónimo. Estuvo vinculado a equipos de futbol profesionales y la trayectoria como hombre ligado a bares y restaurantes es bastante conocida en Guadalajara. Incluso logró algunos éxitos deportivos ascendiendo de división a equipos de los que era el presidente. Los equipos desaparecieron sin motivos aparentes.
La fórmula de “El Tío”, como se le apoda a Flores, le brindó la posibilidad de seguir vigente cuando el gran cártel de alcance nacional de los años 80, se fraccionó, y ahora en las épocas recientes de guerra abierta entre bandas de criminales, aún estaba en activo.
El Tío se convirtió en un prestador de servicios independiente, hábil en blanquear recursos ilícitos, lo que resultó provechoso para la segunda generación de capos, desde Joaquín “El Chapo” Guzmán y hasta derivar en los llamados juniors del narco, quienes hoy tienen menos de 40 años y han puesto especial atención en los movimientos financieros dentro de sus “empresas”.
En expedientes judiciales de 2017 en los Estados Unidos, se le vincula a Flores Hernández con el cártel Jalisco Nueva Generación, lo que significaría que El Tío estaría prestando servicios al grupo de crimen organizado emergente.
EL INDEPENDIENTE. Aunque se sabe que opera de manera independiente, las autoridades estadunidenses han señalado que “Los Flores” es una red que funciona con éxito desde los años 80 en Guadalajara, Jalisco, así como en la Ciudad de México como plaza secundaria.
En el primer informe de labores de la Comisión Nacional de Seguridad publicado en 2013, se lee que se logró la detención de Raúl Flores Hernández, operador financiero junto con Alberto Carrillo Fuentes, líder del Cártel de Juárez y hermano de Amado Carrillo.
Después de eso, se le perdió la pista. Habría abandonado la prisión en 2015.
El informe presentado ayer por el departamento del Tesoro de EU indicó que en marzo de 2017 se presentaron acusaciones sobre el tráfico de drogas en distritos de Columbia y el distrito sur de California en contra Raúl Flores Hernández.
Entre las empresas señaladas por las autoridades estadunidenses están el Club Deportivo Morumbi A.C, radicado en Zapopan, Jalisco, y que era la razón social de Guerreros Autlán, equipo con presencia en la Segunda y Tercera División del futbol mexicano.
El equipo registró a Raúl Flores Hernández como su presidente hasta el verano del 2008, fecha en que, de manera imprevista, desapareció la franquicia.
Entre los nombres de personas que fungieron como prestanombres están la hija de El Tío: Sendy Flores Castro y los sobrinos de Caro Quintero, Efraìn y Omar Caro Urias.
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