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¿Será el MiG-31 vector del misil crucero con motor nuclear Burevestnik?, por Valentin Vasilescu
Durante el salón aeronáutico Berlin Air Show, en abril de 2018, Francia y Alemania anunciaron que Airbus (constructor del Eurofighter, el principal avión de guerra de la fuerza aérea alemana) y Dassault Aviation (fabricante del Rafale francés) han iniciado la concepción de un nuevo caza de quinta generacion. Debido al Brexit, Inglaterra no fue incluida en ese proyecto.
En julio de 2018, el fabricante estadounidense Lockheed Martin hizo volar un F-35 que portaba el número 300.
El 2 de julio de 2018, el viceministro de Defensa de la Federación Rusa, Yuri Borisov, declaró que el Su-57 no es una prioridad y que las fuerzas armadas rusas han limitado su pedido a sólo 12 ejemplares de ese nuevo avión de guerra. Eso implica que se ha pospuesto el inicio de su producción en serie. Se plantea entonces una interrogante: ¿Cuál es la prioridad de la fuerza aérea rusa en materia de equipamiento?
A principios de 2018, una de las prioridades de las fuerzas armadas rusas era la modernización de 10 interceptores supersónicos de largo radio de acción MiG-31 BM, transformados en MiG-31 BP para poder equiparlos con misiles antibuque Kh-47M2 Kinzhal. Este tipo de misiles, cuyo alcance es de 2 000 kilómetros, está destinado a la eliminación de portaviones y portahelicópteros.
Pero el escudo antimisiles de Estados Unidos instalado en Rumania, Polonia, Sudcorea y Alaska será con certeza objetivo seguro para los misiles rusos Kh-47M2 Kinzhal (ver foto debajo). Ilya Tarasenko, director general de la sociedad MiG, había declarado en 2017 a Sputnik que tenían previsto reemplazar los MiG-31 por el nuevo proyecto MiG-41, un interceptor de quinta generación capaz de volar a Mach 4.3.
El MiG-31 BM está concebido para interceptar los aviones de alerta temprana AWACS [1] y está equipado con misiles Vympel R-37, cuyo alcance es de 384 kilómetros. Después fue adaptado para garantizar la intercepción de misiles crucero a baja altitud. El radar del MiG-31 BM contiene en la memoria de la tarjeta numérica del microprocesador la topografía del terreno que sobrevuela, lo cual le permite hacer comparaciones y detectar la presencia de misiles crucero. El MiG-31 tiene algunos límites ya que no es un avión multipropósito capaz de efectuar maniobras de combate aéreo. Es un avión biplaza, tripulado por un piloto y un operador de armamento, capaz de realizar patrullas a gran altitud durante 2 horas.
El MiG-31 pesa 46 toneladas en el momento del despegue, con un tanque interno de carburante cuya capacidad es de 12,8 toneladas, su velocidad máxima es de Mach 2,83 (3 000 km/h), y es capaz de volar a 20 600 metros de altitud. Este avión está protegido por un revestimiento de aleaciones de titanio que lo hace resistente al calor cinético generado durante el vuelo a altas velocidades. En 2016, durante un ejercicio de verano, un MiG-31 BM realizó un vuelo de 7 horas, de Krasnoyarsk a Astrakan, recorriendo una distancia de 8 000 kilómetros con 3 reabastecimientos en vuelo. Esas características y posibilidades hacen del Mig-31 BM el vector ideal para aumentar el alcance de los misiles aire-tierra, gracias a su velocidad inicial y la poca densidad de la atmósfera que favorece el lanzamiento de misiles desde grandes altitudes.
Todos se sorprendieron cuando la embajadora de Estados Unidos ante la OTAN, Kay Bailey Hutchison, llamó a Rusia a poner fin al programa de misiles-crucero afirmando que era una violación del Tratado INF, y sobre todo cuando agregó que de no hacerlo Estados Unidos y sus aliados emprenderían una acción militar.
Junto a la difusión de esa declaración, los medios occidentales publicaron fotos de un MiG-31 BM, portador de la identificación «81 Blue», que llevaba bajo su fuselaje un nuevo tipo de misil del que nada se sabe (ver foto abajo). Este avión fue fotografiado en la base aérea Jukovski, está concebido para someter a prueba nuevos tipos de armamento y no dispone del sistema necesario para portar armamento bajo las alas, como en la configuración del MiG-31 BP.
Se ha especulado que el misterioso misil quizás sea una versión modernizada del misil antisatélite de 3 etapas Kontakt 79M6, capaz de alcanzar 600 kilómetros de altitud. El Kontakt fue sometido a ensayos, desde 1987, utilizando dos MiG-31 D modificados, uno de ellos identificado como «072 Blue». El misil Kontakt mide 7,25 metros de largo, pesa 7 toneladas y fue lanzado desde 15 a 18 kilómetros de altitud desde aparatos del tipo MiG-31 D que volaban a velocidades entre 2 120 y 2 230 km/h. Sin embargo, después del derrumbe de la URSS se abandonó el programa y tanto los aviones como los misiles terminaron en un museo.
El Burevestnik tendría un alcance al menos 10 veces mayor que el misil crucero Tomahawk estadounidense y permitiría a Rusia evitar las zonas protegidas por la defensa antiaérea para golpear cualquier objetivo en cualquier lugar del mundo. Estados Unidos se halla completamente indefenso ante ese tipo de arma ya que no tiene nada que puede hacerle frente, ni tampoco ningún proyecto que le permita concebir algo parecido a ese tipo de misil crucero en un futuro próximo.
El uso de ese tipo de misil tiene grandes ventajas pero también podía plantear grandes riesgos ya que existían posibilidades de que aparecieran fisuras en el aparato durante el vuelo o de que se afectara el aislamiento del reactor. Por consiguiente, durante los ensayos, el misil en vuelo era escoltado por dos grandes aviones Ilushin-76 convertidos en laboratorios volantes equipados para la detección de radiaciones por la empresa Rosatom. También se utilizaba un Ilushin-976 portador de un equipamiento de telemetría de la trayectoria del misil en funcionamiento con los canales de comunicación por satélite.
Pero las afirmaciones que las fuentes de la inteligencia estadounidense hacen llegar a las estaciones de televisión no concuerdan con la exigencia que la embajadora Kay Bailey Hutchison acaba de plantear a Rusia. Si la embajadora estadounidense ante la OTAN declara que Estados Unidos hará todo lo que pueda para impedir el desarrollo de un programa… es porque ese programa no ha fracasado.
Por otro lado, si los resultados de los ensayos del misil Burevestnik no hubiesen sido concluyentes, ¿qué interés tendría Rusia en adaptarlo al MiG-31 BM?
El hecho es que el misterioso misil que aparece en las fotos del MiG-31 BM no se parece al misil Kinzhal, su nariz no está hecha para vuelos a velocidades hipersónicas sino más bien para velocidades subsónicas, como en todos los misiles crucero. Y también se distingue en esas fotos la tobera característica de un motor de combustible sólido utilizado en la fase de aceleración, inmediatamente después del lanzamiento desde el MiG-31 BM.
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