miércoles, 4 de septiembre de 2019

La insurrección de París: una operación política


kaosenlared.net

La insurrección de París: una operación política


Por Francisco Ponzán
La alcaldesa de París ha inaugurado un nuevo museo de la Liberación de París. Una nueva ocasión para destacar la fábula de la insurrección popular que liberó París.

Por Frédéric GESROL
Las tropas alemanas de París se rindieron el 25 de agosto, ciertamente después de seis días de combate de los resistentes FFI (Fuerzas francesas del interior), pero sobre todo después de la llegada de los primeros soldados del desembarco. El mando aliado permitió que llegaran primero los de la 2ª división blindada francesa, de acuerdo con el general de Gaulle, que podía así mantener la leyenda de una Francia liberada por los franceses. En un primer momento, los estadounidenses, dudando de la capacidad de los políticos franceses para salvar el aparato estatal desacreditado, habían previsto garantizar el orden ellos mismos, con su administración de ocupación e incluso con una moneda. Pero de Gaulle finalmente los convenció de que él podría hacerse cargo. Había detrás suyo tanto una parte de la administración como también el Partido Comunista, que seguía así la política de Stalin.
Quienes se preparaban para gobernar, como el CNR, el Consejo Nacional de la Resistencia, que contaba principalmente con militantes del PC y representantes gaullistas, sabían que debían rehabilitar la policía y la administración, las mismas que habían arrestado y entregado a los nazis a decenas de miles de judíos y muchos resistentes, comunistas especialmente.
Era necesario, por una parte, para garantizar la continuidad del Estado y del orden social, por otra, porque absolver al Estado era también blanquear a industriales y banqueros. La operación tenía por objeto colorear a la policía con los colores del antinazismo para justificar que permaneciera en su lugar tal cual. Pocos de los responsables de los delitos de colaboración fueron detenidos. Sin embargo, al día siguiente, en algunos barrios, se rapó el pelo a mujeres por acostarse con alemanes. Las autoridades surgidas de la resistencia, gaullistas, socialistas o estalinistas, permitieron que los peores instintos se desahogaran, organizando una distracción destinada a evitar todo riesgo de manifestación del descontento popular.
En total, la «batalla de París» costó la vida a cerca de 1.000 FFI, 130 soldados de la 2ª DB y unos 600 civiles, así como a más de 3.000 soldados alemanes. Pero no fue una insurrección popular: los insurgentes se apresuraron a entregar armas, plazas y barricadas a la policía, al ejército y al Estado. La guerra continuaba y de Gaulle necesitaba el apoyo popular para poder hacer valer los intereses de la burguesía francesa ante los aliados americanos, y en particular garantizar la continuidad de las colonias, La insurrección, organizada en gran parte por militantes del PCF, fue un elemento importante en esta puesta en escena. 75 años después, la leyenda sigue en pie,
pero la acción del PCF casi se pasa por alto en los discursos oficiales, las conmemoraciones y las exposiciones. La burguesía francesa no agradece el apoyo recibido.
Frédéric GESROL
Lutte Ouvrière

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