Calderón tiene frío

José Cárdenas

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Se ve… se siente.
No se trata de un adelanto de la gélida temperatura invernal que se sufre en el país.
Es el frío del ocaso… tras la derrota.
Las cabañas de Los Pinos quedaron vacías… en la primera residencia del país sólo quedan los recuerdos de quienes ahí “vivieron” los últimos seis años.
Es la hora del cambio constitucional… y de las renuncias, las salidas y las despedidas.
Algunos piensan que, tras 12 años de gobiernos panistas, el que se va padece frío… aunque la entrega del poder al nuevo gobierno del viejo partido haya resultado más cálida y sin sobresaltos —aparentes—.
Qué diferencia con Vicente Fox.
A estas alturas, en 2006, el espigado Presidente con botas y su sucesor michoacano traían pleito casado… mismo que duró todo el sexenio… y tardará hasta el fin de sus tiempos.
Felipe Calderón vislumbra un  nuevo porvenir.
Aun lejos, estará cerca. Si bien perderá casi todos los privilegios del más alto cargo público, su naturaleza política lo arraigará al escenario nacional.
Si algo distingue al próximo ex Presidente es el protagonismo. A sus 50 años aún es joven… y con mucha cuerda. Dicen que es terco, pero necio.
Su mira apunta a reconstruir la debacle del panismo… y no cejará hasta recuperar el mando absoluto del partido celeste.
Desde luego, sus planes legítimos contemplan recuperar la Presidencia perdida...
Felipe no se dará por vencido… y tras el Waterloo del 1 de julio planea su siguiente batalla.
Sus detractores temen un “maximato”.
Permítame preguntar: ¿para un Presidente lo más difícil es dejar de serlo?
MONJE LOCO: Copeteado será el arribo al poder de Enrique Peña Nieto. En el primer minuto del sábado 1 de diciembre, el próximo ex Presidente entregará el “bastón” del mando nacional a su sucesor. Peña anunciará en Los Pinos a su gabinete —a estas horas, hay más quinielas que cargos por repartir—. A las 10 de la mañana entrará por la puerta grande del recinto legislativo de San Lázaro —el general Roberto Francisco Miranda Moreno, quien seguramente estará al frente del Estado Mayor Presidencial, tiene preparado un megaoperativo para evitar cualquier contratiempo—. Desde la tribuna del Congreso transcurrirá la ceremonia constitucional del cambio de poderes… y la consabida protesta de ley. Abajo, en las curules, se prevén otras. Del Congreso, Peña Nieto irá a Palacio Nacional para recibir a mil 500 invitados, entre dignatarios extranjeros y representantes de los llamados poderes fácticos… y de Palacio, al Campo Marte, para asumirse como comandante supremo de las Fuerzas Armadas. Todo al pie de la letra, como exige la ley.